No abraces por desesperación la derrota,
no te hundas en el lodo
ni te des por vencido;
todo cambiará, saldremos de esta.
Las horas rotas, el tiempo huido
serán una pesadilla al despertar,
y volveremos a tener primavera,
paseos sin límites, encuentros;
volveremos a ser un poco lo que fuimos,
habiendo aprendido que somos vulnerables
pero no por ello siempre vencidos.
©María José Gómez Fernández
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