jueves, 30 de abril de 2020

Busco la calma. Confinamiento #YoMeQuedoEnCasa – Día 46, referido al 29 de abril



Busco en el crepúsculo la calma,
adormecida entre las primeras sombras
que se descuelgan caprichosas
y se enredan entre el aire y las cosas,
invadiendo rincones, avenidas y plazas.
La calma, mientras miro al horizonte,
lejos, lo más que la vista alcanza,
en dirección suroeste, hacia el mar,
hacia mi madre y mi infancia,
y se empañan los cristales de mis gafas.
La calma, respirando el fresco aire
que envuelve los días y las noches,
circulando en grandes masas por La Tierra,
y al sentirlo sobre mi rostro y mi piel
me recuerda que la vida aguarda.
Busco la calma en las estrellas,
en las palabras amigas que abrazan,
en la dulce mirada de mis hijos,
que ve más allá de donde la mía alcanza
cuando busco la calma en la esperanza.
#YoMeQuedoEnCasa
©María José Gómez Fernández
Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

miércoles, 29 de abril de 2020

La fuerza de la costumbre. Confinamiento #YoMeQuedoEnCasa – Día 45, referido al 28 de abril

45 días de confinamiento: 1 mes y medio, algo más de 6 semanas, 1080 horas, 64800 minutos.

Hemos tenido mucho tiempo para reencontrarnos con nosotros mismos, con amigos y familiares, con conocidos, porque la posibilidad de comunicación la estamos teniendo, de un modo u otro; tiempo para reflexionar sobre lo rápido que íbamos, las obligaciones que tenemos, las prioridades que marcamos, los órdenes establecidos por nosotros mismos, los órdenes que otros establecen y que rigen nuestras vidas. Hemos tenido tiempo para seguir con rutinas, no iguales, pero sí parecidas, a las que solíamos tener. La fuerza de la costumbre nos ha movido a establecer horarios y cumplirlos de forma lo más estricta posible para no encontrarnos tan descolocados, o para cumplir con obligaciones domésticas o laborales; no siempre hemos podido llevar a cabo todo lo que nos hemos propuesto. Todo este tiempo -y el que está por venir, aunque con expectativas de mayor apertura- hemos procurado llenarlo con actividad que a su vez nos llenara nuestro interior, eso que llaman el espíritu, buscando la parte positiva, recordando, reuniéndonos con los que compartimos el día a día, para charlar, reír; hemos dado rienda suelta a nuestra creatividad y hemos rehuido de la sobrecarga de obligaciones e imposiciones, para sentir la mínima presión psicológica.

En unos días se anuncia que comenzará una desescalada paulatina y lenta lo que supondrá una nueva readaptación a otra situación insólita para todos hasta ahora. La desescalada en total nos llevará otras ocho semanas más, siempre que las cosas transcurran según lo previsto. Cada vez que pasemos de una fase a otra de la desescalada -4 en total- nos encontraremos ante un nuevo escenario de acciones permitidas que no tendrá parangón con ninguno conocido antes del 14 de marzo de 2020. La fuerza de la costumbre nos incitará a repetir comportamientos y horarios que ya teníamos interiorizados, aunque nuestro razonamiento nos obligará a rectificarlos y adaptarlos a las nuevas exigencias de lo permitido-no permitido y a nosotros mismos.

Las reflexiones de 45 días, las vivencias particulares nos llevarán a desviarnos de la fuerza de la costumbre, del yo que éramos antes del confinamiento, y en el mejor de los casos, muchas personas habremos crecido interiormente, endurecido la piel, con mayor conciencia de nuestra nueva capacidad de resistencia, límite de aguante actual, solidaridad, empatía. La fuerza de la costumbre habrá perdido gas y no podrá condicionar a nuestro nuevo yo como antes lo hacía. Es posible que este paréntesis nos haga evolucionar hacia un grado mayor de tolerancia, aunque no a todos porque siempre hay quien se resiste a adaptarse a los cambios, sobre todo aquellos que en situaciones límites no consiguen ahondar en sí mismos porque carecen de contenido en el que ahondar; ellos no tendrán problema para seguir el mandado de la fuerza de la costumbre, los mismos que, por carecer de riqueza interior se han dedicado a sembrar de cizaña, trampas y espinas los hasta ahora 45 días de confinamiento.

#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa

©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

martes, 28 de abril de 2020

No es cosa de hombres. Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 44, referido al 27 de abril

Error es empeñarse
en engañarse a uno mismo
negando que nunca fue
lo que siempre quiso,
como negar el alba
o el ocaso, las olas
o los besos y abrazos.

Cobarde atrincherado
en inventadas mentiras
por aparentar tesón
donde solo hay heridas;
que no es cosa de hombres
demostrar que la pasión
le pudo y le nubló la razón.

Como negar el aire
o la nieve, el calor
o las risas y los llantos
del amor y el desamor;
que no es cosa de hombres
admitir un fracaso
y que aún duele amar...

... por seguir enamorado.

#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa


©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

lunes, 27 de abril de 2020

Aquel hombre interesante. Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 43, referido al 26 de abril

Elegante y enigmático, siempre de negro, camina cabizbajo pendiente del rumbo de sus pies. Su tez pálida contrasta con la oscuridad que transmite su mirada.
Martina lo observa desde hace poco a media distancia antes de encontrarse con él, que llegó hace rato y ocupa una mesa de la terraza; ha pedido un café solo y un brandi sin hielo, saborea el café que combina con un cigarrillo negro mientras la aprobación se deduce de sus gestos, superada tan solo por la que manifiesta tras el primer sorbo al brandi.
Ha llegado el momento. Martina se acerca sin ser vista hasta situarse justo detrás de él, le habla, él gira ligeramente la cabeza para verla al tiempo que Martina se gira en su posición, como jugando a que no la encuentre; piensa que eso le resultará gracioso, por todo lo que han hablado en la distancia, pero es un riesgo que corre, porque esta es la primera vez que van a verse en persona. El momento es explosivo, inesperado, no solo se sonríe y se ríe sino que se levanta de la silla, se queda medio mudo, hace aspavientos con las manos y la cabeza como si no se pudiera creer lo que está pasando, retrocede unos pasos y Martina, también sonriente y eufórica muestra su satisfacción por el encuentro, señalándose primero a ella, después a él, tapándose la cara con las manos, entreabriendo los dedos para poder verlo, hasta que en un impulso se acerca hasta él y de un salto se le encarama entrelazando las piernas a su cuerpo, y ahí se quedan, ante la mirada perpleja de la gente que los observa, fundidos en un abrazo interminable, repitiendo sus nombres y besándose con apasionada ansiedad.
Horas después la cama de un bonito hotel fue testigo de una pasión desorbitada que daba rienda suelta a su delirio tras largo tiempo de espera pactado.
Diecisiete años más tarde ninguno puede olvidar aquella primera vez y otras muchísimas que la sucedieron, al igual que la infinidad de momentos álgidos que vivieron, sin límites. Pero algo se quebró hace tiempo y ahora tienen que separar sus caminos, la ilusión se ha ido alejando junto al respeto, al descuido y a los placeres desgastados por altibajos dañinos sin sentido. De nada valen reproches. Se despiden sin decir un adiós. Ahora Martina conoce mejor la oscuridad que él sigue guardando en su mirada.

#YoMeQuedoEnCasa y participo con este relato en la convocatoria #relatosPlaceres de @divagacionistas. 27 de abril, 2020. #QuédateEnCasa y participa.


©María José Gómez Fernández.

Publicado en Divagacionistas.

domingo, 26 de abril de 2020

Los nervios de Alicia. Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 42, referido al 25 de abril

Hoy ha sido el tema de conversación en casa, todo el día, y ayer también. Han hablado mucho del asunto, como cuando se hacen planes para una ocasión especial, pero es que es una ocasión especial. Alicia ha ido y vuelto incontables veces a su habitación, y cada vez que volvía traía en sus manos una ropa y unos zapatos diferentes, se reía y volvía a irse después de decir un "no, espera, que la otra camiseta me gusta más, espera que la traigo". Más tarde regresaba y preguntaba si podría llevar a Cati, su muñeca preferida, y si también tendría que ponerle una mascarilla para dar el paseo. Su padre le respondía que le parecía muy bien lo de la mascarilla y estuvieron un buen rato entretenidos preparando una para la muñeca. Menos mal que es fin de semana porque si tuviera que hacer deberes del colegio hoy sería muy difícil que se centrara en ellos. Los nervios casi no la han dejado comer y Alicia dice que está contenta pero que también tiene un poco como de miedo, porque después de cuarenta y dos días sin salir a la calle le pregunta a su padre si no les pasará nada. Su padre la ha tranquilizado diciéndole que no tiene por qué preocuparse, que saldrán un ratito a dar un paseo de la mano, los tres, y que podrá caminar y correr por la plaza con Cati, y después volverán a casa, se limpiarán los zapatos, se lavarán muy bien las manos, se cambiarán de ropa y prepararán la comida. Alicia le ha dado las buenas noches tras un día muy largo. En la cama, Cati y ella son incapaces de cerrar los ojos, le explica a su muñeca los mismos argumentos que su padre le ha explicado a ella, y así, hasta que el sueño va venciendo y se duerme. Aún al despertar está fuera de sí y aunque sabe que tendrá que esperar hasta las doce no para de preguntar "¿papá, nos vamos ya? es que Cati quiere salir prontito".

#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa


©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

sábado, 25 de abril de 2020

Refugio. Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 41, referido al 24 de abril

Donde se pierde la imaginación,
donde los proyectos aguardan,
con las ilusiones y los deseos,
cual lista de espera,
allí regreso yo para retornar
con fuerzas renovadas.
Donde el llanto y el dolor no llegan,
sí la risa envuelta por nubes
de solidaridad y comprensión,
como un refugio que arropa
allí regreso yo para retornar
fuerte para el nuevo día.
Donde no se encona la opinión,
donde la tolerancia se sienta
para conversar con la razón,
aunque me llames utópico
allí regreso yo, para volver
con perdón, ilusión y motivación.
La fuente de la que bebo
no vierte agua, sí deseo,
deseo de entendimiento,
no de confrontación.

Sería mejor el mundo
si tuviera un refugio
como ese al que regreso yo,
para volver cada día
con fuerza, intención,
con perdón y motivación.
#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa
©María José Gómez Fernández
Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

viernes, 24 de abril de 2020

Día Internacional del Libro. Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 40, referido al 23 de abril

Hoy es tu día, libro, antiguo acompañante a través de los tiempos y civilizaciones, con formas, tamaños, colores y soportes diferentes, libro, que nos ofreces tan diversos contenidos como diversa es la creatividad de aquellos que te hacen ser lo que eres. Nos acompañas en la soledad buscada, nos acunas con versos de estelas de plata, nos abres al conocimiento para aprender, para estudiar, libro, con tus cinco letras, tapas duras o tapas blandas, o sin tapas porque evolucionas con los tiempos, te haces digital ya sea para leerte u oírte. Nos brindas temas para conversar, nos sirves de refugio ante las adversidades, nos haces reír y también llorar, llegas a todo público, de toda edad y condición social y cultural. Dicen que ayudas a conciliar el sueño, a mitigar el aislamiento y la soledad, que eres el mejor amigo del hombre -para algunos lo es el perro-, que nunca te vas. Estás en todas las casas, despachos y oficinas, en los bancos, liberado, en las bibliotecas, en grupo pero individualmente clasificado y ordenado, escrito en muchas lenguas. El que te busca te encuentra, y el que te encuentra te consulta, te mira, te lee. ¿Quién no ha pronunciado tu nombre? ¿Quién no te ha llevado encima? ¿Quién no te abrió alguna vez para hojear tus páginas, con palabras, con imágenes? ¿Quién no te ha regalado o recibido como presente? ¿Quién no ha hundido la nariz en tu interior para impregnarse de ese olor especial, a tinta, a papel, a nuevo? Has enamorado y levantado pasiones, industria y diversas profesiones, has roto corazones. Nos haces posible viajar, surcar mares, cruzar valles, y no solo a nuevos lugares sino en el amplio sentido de la palabra. Eres policíaco, romántico, de aventuras, intimista, sensible y tierno, y te gusta el bullicio de las ferias donde te exhibes con tu autor, mostrando al público lector tus encantos, con Sant Jordi y una rosa, con personalizada dedicatoria.

Libro, ese objeto especial que debemos valorar aún más, para que perdure a lo largo del tiempo y nos ayude a ser mejores.

Dicen algunos que tienes un incierto futuro. Otros saben que perdurarás, transformándote cual camaleón para adaptarte a lo que va llegando, a lo que está por llegar.

Hoy es tu día, libro, por eso este humilde recuerdo.


#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

jueves, 23 de abril de 2020

Sin ganas. Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 39, referido al 22 de abril

Esta noche me pueden las fuerzas, me siento física y mentalmente cansada. Menos mal que no tengo que caminar mucho hasta ninguna parte, pero lo echo en falta. En la cabeza no me entran más datos nuevos y los que llegan requieren más tiempo y dedicación para procesarlos. Siento un vacío interior enorme y un ansia desmedida que no se sacia. Me digo que lo que tenga que ocurrir ocurrirá pero es que es preciso que no se demore más y pueda ocurrir cuanto antes para cerrar capítulos y libros, y afrontar nuevas historias que vendrán. Entretanto iré haciendo limpieza en la casa y en mis vivencias, deshaciéndome de lo que no sirve, de lo que está caducado, y de todo lo que daña; reordenaré los objetos, las ilusiones, los proyectos por realizar y los pondré en un lugar preferente para comenzar cuando podamos volver a empezar. El tiempo se me vuelve eterno y me exaspera la indeterminación sobre cuánto nos falta. Sigue el silencio meciendo las distancias que separan cada calle, cada casa. El sueño esta noche me está venciendo y no quiero marear a nadie con poesías ni relatos ni nada, porque también os supongo cansados como yo, y hay días que hasta sobran las palabras.

#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa


©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

miércoles, 22 de abril de 2020

Sacudida. Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 38, referido al 21 de abril

Flotaba en el mundo, como todo aquel que cree vivir en un estado de felicidad intermitente.

No todo es lo que parece, ni siquiera para uno mismo.

Un día tras otro van llegando señales que alertan de que algo no va bien. Las señales cada vez son más frecuentes. Al principio te resistes a notarlas, a verlas y escucharlas, más adelante te arrepentirás de no haberlo hecho. Un día reconoces que las alertas ya son más que evidentes, luces y sirenas avisan de que todo puede precipitarse y caer. La alarma te indica que es prudente moverte hacia un lugar seguro, y movido por el instinto de supervivencia que todos llevamos grabado, te pones a resguardo en un lugar que parece seguro.

Instantes después una tremenda sacudida hizo que se moviera el suelo bajo sus pies. Su mundo comenzó a resquebrajarse, a romperse después, cayeron techos, paredes, objetos, quedando desparramados sin poder rescatarlos.

Cuando la sacudida y el temblor cesaron, salió del lugar seguro donde se había resguardado. Ante sus ojos reinaba la desolación, nada era reconocible ni identificable, solo destrozo y escombros. Salió al exterior, despacio y con la serenidad recuperada, inspiró y espiró renovando el aire de sus pulmones, sonrió con una tímida mueca, se encontraba a salvo.

#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa


©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

martes, 21 de abril de 2020

El viento amaina. Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 37, referido al 20 de abril

Llovió como nunca, con viento fuerte, y el cielo gris, casi parecía negro.
Pero cuando cesa la lluvia, el viento amaina, el cielo se torna azul con alguna nube blanca y llega la calma.

Sé que no hablaba solo del tiempo, también describía su sentir, su interior, durante su doble confinamiento.

#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa


©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

lunes, 20 de abril de 2020

Yo caminaré. Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 36, referido al 19 de abril

Aunque aún estás aquí, no puedo dejar de recordar. Echo la vista atrás y te encuentro. El dolor va saliendo por los poros de la piel como el sudor cuando el calor aplasta. Te tengo presente cuando escribo porque estás instalado en la puerta de mi inspiración como un guardia de seguridad.

Un día, todavía indeterminado, te irás. Por un tiempo seguiré extrañando ausencias y presencias.

Llegará un momento que habré sudado todo el dolor y mi piel estará seca de dolor. Ya no estarás apostado en el umbral que me inspira. Volveré la vista y ya no podré encontrarte. Tan solo serás un punto en el recuerdo. Entonces podré abrir mi corazón para escuchar de otros labios lo que los tuyos no alcanzaron a decir, la emoción y la ilusión volverán a florecer, el principio sucederá al fin. La vida me brindará un nuevo camino y yo caminaré.

#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa

©María José Gómez Fernández

Originalmente publicado en El Doblao del Arte.

domingo, 19 de abril de 2020

35, muchos días. Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 35, referido al 18 de abril

1- Dos veces ampliado el estado de alarma. Propuesta una tercera ampliación desde que se decretó.

2- 191.726 casos confirmados, de ellos 20.043 han fallecido (D.E.P.) y 74.662 se han recuperado.

3- Los sanitarios, personal de limpieza, de supermercados, policías, ejército, transportistas, agricultores, ganaderos, empresas de telecomunicaciones, y otros trabajadores imprescindibles para mover el engranaje y atender a los enfermos, trabajan casi sin descanso dándolo todo y exponiendo su salud y la de sus familias.

4- Muchas otras personas trabajan desde sus casas, confundidos con horarios y ocupaciones.

5- Más de un millón de trabajadores se encuentran afectados por un ERTE.

6- Otros trabajadores han quedado sin ingreso alguno, sin trabajo.

7- Los trabajadores autónomos y el sector del comercio, hostelería y reparación del automóvil, entre otros, están sufriendo un revés que muchos no lograrán superar.

8- Registradas más de 80.000 intervenciones policiales por casos de violencia de género.

9- La población permanece en sus casas, excepto los que deben salir a trabajar por obligación y los que tienen que realizar compras para la familia, así como algún desobediente que prefiere desafiar la norma y poner en riesgo su propia salud y la de los demás.

10- Los niños han realizado más manualidades que nunca, pero en casa, donde también juegan, cocinan, se pelean, hacen ejercicio, y continúan sus estudios a pesar de la carga emocional y energética contenida.

11- Padres y madres desbordados por trabajar, atender la casa y reinventar el mundo para sus hijos 24/7.

12- Los perros necesitan descanso, así que todos deben pasear a su mascota con la misma asiduidad o algo menos que lo hacían antes de iniciarse el confinamiento.

13- Las calles están vacías, los balcones, terrazas y ventanas están llenos, sobre todo a la hora de los aplausos convenidos, aunque no todas las tardes el clamor es multitudinario porque la gente se cansa o porque algunos han declinado de aplaudir.

14- Por lo general las personas están mostrando solidaridad y comprensión, así como sentido de la responsabilidad.

15- Algunos egoístas, por miedo irracional, se empeñan en arruinar la vida al vecino, con insultos, amenazas, agresiones, y todo porque lo quieren lejos por ser de los que trabajan en primera línea en hospitales o porque están en aislamiento con síntomas.

16- El aire está más limpio y se nota menos contaminación.

17- La vegetación crece incluso en las aceras.

18- A ratos hay gente que se viene abajo, pero para eso está el círculo de amigos y familiares que está apoyando desde el otro lado del teléfono y desde las redes sociales.

19- Continúan faltando en supermercados y farmacias productos muy demandados de limpieza, higiene y también las mascarillas.

20- Sigue impresionando el silencio que impera por la noche.

21- Muchas personas están sufriendo trastornos psicológicos, reacciones cutáneas, estrés, y trastorno del sueño.

22- El chocolate, la harina y levadura, los dulces, el alcohol, el tabaco y el papel higiénico son de los productos más demandados.

23- Muchos coches no se han movido en todo este tiempo. ¿Funcionarán cuando acabe el confinamiento?

24- La gente está dando rienda suelta a su solidaridad y a su creatividad, en muchos campos: pintura, escritura, música...

25- Durante todo este tiempo, hoy ha sido uno de esos escasos días en que hemos podido disfrutar de un poco de sol, casi sin nubes.

26- Todos tiramos de recuerdos, de amigos, conocidos y familiares para constatar que no estamos solos.

27- Todos estamos aprovechando para hacer limpieza y reorganizar nuestras casas, aunque este no fuera un objetivo en un principio.

28- Los desaprensivos están aprovechando esta situación para engañar, timar y robar a todo el que pueda, ya sea en persona o de forma telemática.

29- Muchas personas están solas en sus casas, y necesitan ayuda. En otros muchos hogares no existe conexión a internet ni posibilidad de comunicarse con otros más que por teléfono, y en algún caso, ni eso.

30- Tras el confinamiento, muchos estaremos tan hartos de las redes sociales, del teletrabajo, de los móviles, tablets y ordenadores, que es posible que evitemos conectarnos. Es solo una suposición.

31- Es muy posible que aumenten las separaciones y divorcios. Desconocemos si aumentará o descenderá la natalidad. Lo que es cierto es que todos hacemos planes para cuando acabe el confinamiento.

32- Cada vez estamos más convencidos de que "después" nada será igual, ni podremos ser los mismos que "antes", para bien o para mal.

33- La incertidumbre temporal planea sobre todos: nadie puede apuntar fechas concretas para el fin de esta pesadilla.

34- Estragos incontables producidos por un virus al que científicos de todo el mundo investigan buscando encontrar un posible tratamiento y una vacuna.

35- Para bien o para mal somos protagonistas de un acontecimiento histórico que quedará grabado en nuestro recuerdo por siempre.


#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa

©María José Gómez Fernández.

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

sábado, 18 de abril de 2020

Debate de dudas. Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 34, referido al 17 de abril

Sin guardar rencor,
a pesar de haber motivos,
sin mostrar ilusión.
Igual tu recuerdo, tu nombre
quiero apartar,
que igual no te dejo de pensar,
y no consigo dejar de notar
nudos en el estómago.
Se debate corazón y razón,
se ahoga pinzada la garganta,
afloran los tiempos
que fueron buenos,
y pesan los malos
como pesa un ancla.
Decir, pensar, soñar
momentos inolvidables
asociados a nuestros nombres,
igual que luego asoma la pesadilla
de tremendas dificultades.
Dudas y no dudas se debaten
sobre si aún nos queremos,
pero seguro que es
fruto del confinamiento.
Los besos se gastaron
tapados por las voces.
Los roces y abrazos
por las sinrazones.
Es mejor dejarnos ir,
si tanto nos quisimos,
si aún podemos querernos,
y como el viento volar
ahora que no vemos el amor,
porque parece que se ha ido,
Es mejor dejarlo así,
aunque aún podamos querernos.

#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa


©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

viernes, 17 de abril de 2020

Vuelta a la vida. Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 33, referido al 16 de abril

“Y cuando veo que no puedo seguir soportándolo, aguanto aún un momento más y entonces sé que puedo soportar cualquier cosa.” Karen Dinesen-Isak Dinesen, "Memorias de África".

Soportar o evitar,
aunque duela
y reviente entrañas,
se impone decidir.
Y al decidir, ejecutar.
Con las manos atadas
por este confinamiento
no es posible ejecutar.
Adormece el tiempo
las dudas que vienen y van,
con lo malo y lo bueno
en bucle sin fin.

Integridad impera.

Soportar o evitar.
Abandonar o seguir.
Aunque duela
y reviente entrañas
se impone decidir,
y no titubear
por imposible
que sea ejecutar.
Calma aliada
durante este encierro.
Integridad impera.
Soportar hasta ejecutar
para evitar seguir
en ese bucle tóxico.

Soportar hasta ejecutar.
Ejecutar para evitar.
Soportar hasta llegar al final,
al momento de dar
la bienvenida
a la vuelta a la vida.


#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa

©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

miércoles, 15 de abril de 2020

Sciku #PVLeonardo. Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 32, referido al 15 de abril


Imagen tomada de Wikipedia



Si digo Renacimiento,
abanico de artes e ingenio,
tu nombre pienso, Da Vinci.



#YoMeQuedoEnCasa y con este sciku sobre #PVLeonardo participo en la convocatoria de abril 2020 de @hypatiacafe a los #polivulgadores. #QuédateEnCasa y participa.

©María José Gómez Fernández

Publicado en recopilación de aportaciones de @hypatiacafe.

“Hoy no puedo”. Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 31, referido al 14 de abril

Ausencia anunciada,
dolor por la ruptura dilatada,
por el egoísmo
del que decía que amaba,
por las mentiras acumuladas,
por tanto daño hecho
sin querer ser reconocido
por quien decía que amaba,
por desprecios recibidos
bajo capas disimuladas
de te quiero, te deseo,
de, en realidad, nada.

Hoy no puedo
pero tengo que seguir
adelante,
adelante,
adelante.


#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa

©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

martes, 14 de abril de 2020

“La luna se confina”. Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 30, referido al 13 de abril

Para seguir con su ciclo
o por simple mimetismo,
por mostrarnos empatía,
hasta su próxima llena
la luna se va confinando.

Las lenguas de algunos
en este país, de la luna
debieran tomar ejemplo
y confinar sus ponzoñas
de labios para adentro.

Que no se precisan ahora
sus malintencionados vómitos,
atacando sin escrúpulos,
pretendiendo derrumbar
en lugar de aportar.

Las lenguas de algunos
en este país, de la luna
debieran aprender
a iluminar la noche,
a confinarse hasta crecer.

#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa


©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

lunes, 13 de abril de 2020

“Veintinueve días y treinta noches”. Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 29, referido al 12 de abril

Que ya se dice pronto, veintinueve días... ¡y treinta noches!, pero no, es un montón de tiempo, es casi un mes, casi un sueldo, con todos sus buenos y malos momentos, los de risas, de lavados de dientes, de leer la prensa, escuchar noticias, ver televisión, entrar en redes sociales, interactuar; momentos de llamar por teléfono, de videollamar, de teletrabajar, de telecervecear, de salir con el perrito a que dé su paseo, a llevarlo al veterinario -él debe ir dos veces a la semana-; con todos sus momentos de ingesta diaria -y deposiciones, no olvidar-, todo lo cual también supone unas pocas de visitas a supermercado, farmacia, estanco, veterinario para hacer acopio de comidas, productos de limpieza, medicamentos, pienso y otras cosas para el perrito; y entre medio, muchísimos lavados de manos, pon-quita quita-pon guantes y mascarilla, momentos de miedo, de incertidumbre, de ilusión, de desánimo, de subidón; momentos de ventaneo, de terraceo, contemplando la calle, imaginando cómo estaba hace veintinueve días, observando la poca gente que transita, observando a los que asoman por los huecos de sus casas, pendiente de los movimientos que son los que dan vida a la calle, observando las hierbas crecidas como nunca en las aceras, incluso setas crecidas en el tronco de árboles talados.
Veintinueve días, con sus lavavajillas, lavadoras, tendederos puestos, tendederos recogidos. Treinta noches, muchas de ellas al borde del insomnio. Veintinueve días procurando mantener el tipo, la moral alta, sacando sonrisas, hablando de todo un poco; veintinueve días espantando derrotas, huyendo de derrotistas y su negatividad y crítica destructiva; veintinueve días que no son más que la muestra de lo que vendrá, pero si hemos podido con veintinueve vamos a poder con más, y vamos a poder seguir ignorando la estupidez de todo aquel que se empeñe en hundir nuestra moral, en socavar el cimiento de nuestro frágil estado de ánimo.
Hay muchas cosas que hacer al cabo de un solo día como para emplearlo en joder al prójimo, y no hay que desgastarse gratuitamente, así que si algunas veces callo no es porque esté dando la razón, es más bien porque estoy evitando discutir con quien no tiene sentido hacerlo.

Veintinueve días, treinta noches escribiendo para desahogar y acostarme más a gusto, escribiendo para los que me estáis leyendo, a pesar de que hay veces que me acostaría sin hacerlo, no puedo fallarme ni fallaros, no puedo darme por vencida ante la debilidad de ningún lamento.

Hay que vencer las dificultades, hay que combatir el miedo; acostarse y descansar, levantarse y continuar, una rueda imparable, la inercia de la supervivencia.

#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa


©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

domingo, 12 de abril de 2020

“Esta noche, otra más”. Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 28, referido al 11 de abril

Esta noche
se vuelve a llenar de silencios,
de luna escondida entre nubes,
de ventanas que callan.

Esta noche
con sus ecos lejanos, irrumpe
desconcertante, sobrevolando,
un helicóptero de policía.

Esta noche
despide en duelo pesadillas,
renovado aire se respira,
planificando escenarios.

Esta noche, otra más,
sentimientos encontrados,
calma extraña la acompaña,
y las noches que vendrán.

Esta noche, otra más,
pierde fuerza la voz,
mas se resiste a callar.


#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa

©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

sábado, 11 de abril de 2020

“Esta noche”. Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 27, referido al 10 de abril

Esta noche, más que otras,
noto el peso de las horas.

Sin delicadeza el tiempo transcurre
a su ritmo habitual, tic-tac tras tic-tac.
Los días, como flores muertas,
se marchitan despacio y se secan.
Y entre este ir y venir de horas,
de acalorado ajetreo desmedido,
extenuante actividad impuesta,
desplomado el silencio cae,
de la mano de soledad, y al caer
pesa, como algo material.

Esta noche la mudez acecha
y deja sin palabras al poeta,
como un río que va sin agua,
no puede sonar, no suena.

#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa


©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

viernes, 10 de abril de 2020

"La calle". Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 26, referido al 9 de abril

En el medio de la calle,
por una intersección cortada,
cuatro posibles caminos se abren.

Volver el camino andado,
no lo pienses, no lo hagas,
mejor es dejar atrás lo pasado.
No vuelvas sobre tus pasos.

Desde este punto que estoy,
la derecha es hacia abajo.
Bajar es siempre más fácil
pero es caer, descender.

Así que mejor a la izquierda,
que desde el punto que estoy
es ir hacia arriba, subir,
remontar, crecer, sumar.

Otra opción que prefiero
es seguir adelante, caminar de frente,
viendo lo que va a venir,
las intenciones de la gente.

#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa


©María José Gómez Fernández

Publicado orginalmente en El Doblao del Arte.

jueves, 9 de abril de 2020

Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 25, referido al 8 de abril, “Ventanas al aire”

Está alta la hierba en los parques,
entre los huecos de las aceras crece
y junto a los árboles de ciudad,
mullida y fresca aparece.

Solos estarán los campos, y verdes,
igual que sus senderos y praderas.
Sin excursionistas ni curiosos,
ni domingueros, ni hogueras.

Las playas, de fina arena,
o aquellas de duras piedras,
desiertas, sin pisadas,
con espuma de mar llenas.

Nevadas las montañas más altas,
sin rastros, inmaculadas,
blanca y dura estará la nieve
hasta que el deshielo caiga.

Trepando por los recuerdos,
descendiendo por la cuesta
de los sueños y deseos,
me quedaré dormida.

Paseando los pensamientos
entre rectas y vericuetos,
sin tropezar ni caer,
me quedaré dormida.

Y dormida, iré a todas partes,
soñaré que no es un sueño.

#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa


©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

miércoles, 8 de abril de 2020

Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 24, referido al 7 de abril, “Ventanas y más ventanas”

Lo primero que haré hoy será agradecer las interacciones habidas, comentarios, me gusta, compartir, en twitter pero sobre todo en facebook, y también en este y el otro blog, de cada post escrito a lo largo de estos 23 días. Gracias, gracias, infinitas gracias a todas y todos, por seguirme, leerme, identificaros, dedicar vuestro tiempo a mis palabras, dedicar vuestro tiempo a comentar, a valorar. Un placer saber que estáis ahí.
Seguimos con las ventanas.
Así que me ha parecido muy buena aportación el comentario de mi prima Begoña, que os traslado ahora mismo: “Aquí en Suiza la gente no suele tener cortinas y las ventanas son ventanales en algunos casos de pie a cabeza. Cuando cae la noche se les puede ver hacer todo, menos el baño claro está que tienen cristal templado. ¡Me pareció muy curioso cuando llegué a este país hace 15 años! ¡¡¡Sin embargo los italianos y españoles que viven aquí todos tenemos cortinas!!!”.
Y también os traslado lo que le respondí: “¡¡¡Es que a los españoles e italianos nos van las cortinas!!! ¿Qué sería de un buen español, de un buen italiano, sin una cortina para correr y descorrer, para quitar parcialmente la luz, para ocultar lo que se hace en el interior?. Normalmente somos muy abiertos pero nos gusta salvaguardar nuestra intimidad, al menos a la mayoría. Y es que también tenemos que contemplar que existe el fisgón, que igual culturalmente no abunda tanto en otros países, por ejemplo en Suiza, y es por eso que no hay tanta necesidad de salvaguardar lo que nadie va a fisgonear. Lo cierto es que cada uno se rige por la educación recibida y por las costumbres que ha adoptado, y hay tantas cosas que hacemos porque así las aprendimos y siempre las vimos hacer así…”
En orden a esto quiero continuar recogiendo el guante lanzado por mi amigo Onofre, que me decía algo así como “narra algo íntimo que veas, desde mi ventana el mar no se ve (como Pepa Flores)”. A lo que respondí con un “a ver qué me sale…”.
Puede que sea por la superluna o porque hoy ha cuadrado así, pero esta noche hay mucho menos movimiento en esos cuadraditos y rectangulitos de los edificios cercanos, que llamamos ventanas. Aparecen una buena parte con luces apagadas -y eso que no es tarde-, pero igual quieren apreciar el haz de luz de luna. Otras muestran sus persianas hacia abajo, y no se aprecia iluminación interior así que puede que se hayan rendido al descanso. Alguna ventana y/o puerta de terraza/balcón sí aparece abierta por completo y con luz interior visible, son las menos esta noche, pero las hay. Durante un buen, rato mientras fumaba un cigarrillo en mi terraza y me dejaba iluminar por la luna, he observado con empeño estas últimas, las que permitían ver el interior, pero ha sido infructuoso localizar algo interesante con un hilo conductor merecedor de un relato. Y es que esto es como todo, cuando buscas algo con empeño igual es cuando más te cuesta encontrarlo.
Así que he entrado en casa, pero como no quedaba contenta, al rato he vuelto a salir a telefonear a mi madre, y entretanto, he vuelto a fijarme. Ahora sí, hay dos ventanas grandes justo en frente, al otro lado de la calle, no muy cerca, con las persianas abiertas, las cortinas descorridas y las luces interiores encendidas; una es de un tercer piso y otra de un cuarto piso. Esto me recuerda a la página del tebeo “La rue del percebe”.
En el tercer piso la sala de estar iluminada no registra movimiento desde hace un buen rato, cuando la mujer parecía disponer algo en la mesa, algo que podría ser un mantel, y luego la vi desaparecer y entrar en la cocina donde se perdió. En el salón del cuarto piso un hombre de mediana edad se ha asomado a la ventana, ha mirado la calle apoyado en el pretil, durante unos minutos y luego ha entrado a la estancia pero ha salido por la puerta de la terraza para dirigirse a unas macetas que tiene allí, y después de tocarlas y mirarlas ha vuelto a entrar al interior.
En el tercero ahora hay una niña que debe estar saltando en el pasillo que separa el comedor y la cocina, e imagino que puede tener hambre porque no para de saltar mientras acompaña a su madre al comedor, portando una gran fuente con comida indeterminada desde mi posición. También entran en el comedor un hombre y un muchacho pero enseguida, unos y otras se pierden de mi ángulo de visión porque seguramente se han sentado a la mesa para cenar; solo puede verse algo del cabello de la que supongo es la madre, que se mueve de un lado a otro y de arriba hacia abajo por lo que deduzco que está comiendo y charlando.
El salón del cuarto piso se ha iluminado, ahora que me fijo, con una luz más tenue y cálida, el hombre se ha cambiado la ropa informal de casa y lleva lo que parece un pijama, y despacio, parece encorvarse sobre una pared, donde seguramente habrá un mueble en el que puede tener un aparato de música; al poco se yergue y se dirige al otro lado de la habitación y ya le pierdo el rastro pero, en cuestión de segundos puedo ver que una mujer se queda parada en el marco de la puerta del salón, apoyada sutil su frente sobre su brazo que a su vez se apoya en la puerta; lleva lo que parece una camisola de tirantes ideal para dormir cómoda, de color claro, y de repente, se separa del marco de la puerta y dirige sus pasos a esa zona ciega donde se me perdió el hombre, así que intuyo que ahora ambos están sentados en el sofá, ellos sabrán qué más podrían contar para terminar esta historia. La familia del tercero continúa cenando y también correspondería a ellos concluir su capítulo. Por mi parte ya hace unos minutos que finalicé mi llamada de teléfono y como estoy notando frío determino entrar y retirarme pronto a la cama.
Mientras me cambio de ropa y me pongo el pijama -con la ventana cerrada, sin posibilidad de ser vista-, me quedo pensando en todas las historias que suceden tras las ventanas -abiertas o cerradas-, a diario, en cada casa, con tantas personas implicadas.
Igual en otra ocasión pueden suceder cosas más interesantes, pero por hoy esto ha sido todo. Y ahora sí, me despido hasta mañana, lamentando, como Pepa Flores, no poder ver el mar desde mi ventana.
#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa
©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

martes, 7 de abril de 2020

Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 23, referido al 6 de abril, “Ventanas”



No sé en otros barrios, en otras calles, en otras ciudades, en pueblos, pero en este donde vivo he observado algo en las ventanas de los edificios que me ha llamado mucho la atención, porque es algo curioso, porque es justo lo contrario de lo que hago en mi casa, pero claro, cada cual tiene sus costumbres o sus manías, o sus gustos.
Resulta que durante el día, tanto por la mañana como a mediodía he visto ventanas cerradas, me explico, ventanas con las persianas hasta abajo, por completo, sin casi rendijitas abiertas. Y claro, eso llama la atención porque detrás de esas ventanas hay personas viviendo, y a esas horas del día y de la tarde temprana es preferible que entre la luz natural y que ventile la vivienda. Pero no, hay algunas ventanas que durante las horas de más luz natural se cierran a la calle y seguramente se alumbren con luz artificial.

El caso es que, en torno a las siete o siete y media de la tarde, esas mismas ventanas comienzan a abrirse, tanto persianas como cortinas, y toda la actividad de cada estancia de cada casa queda expuesta a la vista de otras casas que se encuentren en su ángulo de visión. Y esto me parece muy chocante porque no comprendo dos cosas: una, el uso inapropiado que esas personas hacen de la luz eléctrica, cuando podrían aprovechar la luz como recurso natural; y dos, la escasa estima de esos habitantes por su intimidad, al no pararse a pensar que desde fuera, siempre que te fijes, se puede ver al detalle cualquier movimiento y actividad. Lo mismo les importa todo un comino, y mira, todavía lo de la intimidad, que a ellos no les importe, pero según y qué se deje ver puede herir la sensibilidad del espectador, y más en estos días que tanto público menudo asoma la nariz por los huecos de las casas. Puede verse desde deambular personas de una habitación a otra, hasta cocinar, estudiar, mirar la televisión, hasta alguien que se cambia de ropa, que está tumbado en el sofá o en una cama sin cuidar su compostura, e incluso quien está en el cuarto de baño haciendo las diferentes cosas propias que se pueden hacer en esa pieza de la casa; también puede verse gente que baila, sola o en compañía, aquellos que discuten acaloradamente, o alguna pareja dándose arrumacos, u otras, que desatando sus pasiones se han despojado de sus ropas y se balancean desnudos en danza previa al momento de entregarse a su objetivo final de hacer el amor.

Después hay otras viviendas que, por el contrario, tienen todo el día, la tarde y la noche las ventanas y persianas, y hasta cortinas, abiertas de par en par, como escaparates vivientes. Eso, igualmente, también me resulta muy curioso porque aunque durante el día han aprovechado la luz natural y han ventilado la vivienda, cierto es que cuando va cayendo la tarde y se adentra en la noche, les ocurre un poco lo mismo que a las anteriores.

Por último, hay también otros pisos que durante el día mantienen sus ventanas de modo que ventile la vivienda y entre luz natural, y que al caer la tarde comienzan a replegar velas y se entregan a un recogimiento más propio de lo íntimo.

A veces, en lugar de detenerme en las ventanas, me sorprendo mirando hacia el sur, siguiendo una avenida que transcurre entre dos hileras de edificios, y que se alarga haciéndose poco a poco más diminuta hasta perderse, y allí empiezo a ver pequeños montículos, distingo algo de matorral y algún que otro árbol. A partir de ahí, el horizonte, estático en su posición como estática yo lo contemplo desde mi terraza, perdiéndome en ensoñaciones. Muchos kilómetros más al sur están varios familiares, entre ellos mi querida madre, a la que espero ver en cuanto sea posible. Muchos kilómetros más hacia el sur está el mar, al que miraré de frente tan pronto como las circunstancias lo permitan, en el que bañaré mi larga ausencia hasta que todo me sepa a sal.

Entre tanto... miro las ventanas y las diferentes costumbres de las personas que guardan, miro el horizonte, pienso en esos pocos familiares, pienso en mi madre, pienso en el mar, azul eterno.

#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa

©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

lunes, 6 de abril de 2020

Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 22, referido al 5 de abril, “Mirando la luna”

Día 22, los dos patitos. Pasan las nubes en forma de borreguitos y juegan a tapar la luna, y mientras pasan sigo mirando y hasta me pongo a contarlas, como cuando cuentas en la cama para que te llegue el sueño antes y no termina de llegar. Parpadeo y sigo mirando a la luna fijamente, con esa luz que refleja, blanca, brillante. El aire fresco de la noche se empeña en acompañarme y quiere besar mi cara, pues que la bese. Oigo algún coche a lo lejos, sus ruedas rápidas pasar por una avenida cercana, por lo demás impera el silencio. Hace un rato varias motos de reparto de pizzas u otras comidas a domicilio también pasaron por delante de casa.

Y yo sigo con la luna. Mirando hacia el cielo caigo en la cuenta que hace días que no se oye un avión, el último no recuerdo, pero fue hace no mucho, y como tenía curiosidad consulté en el mismo instante FlightAware, una página de vuelos en vivo, y jugué a cazarlo: ¡sí, tenía que ser ese!, a esa hora solo había dos vuelos sobrevolando Andalucía y solo uno Sevilla, procedente de Barcelona con destino Tenerife, es lo que se veía en los detalles del vuelo.

¿Cómo se verá el planeta desde la luna? Me quedo pensando mientras miro y miro al cielo.
Es posible que se note una atmósfera más nítida. Es probable que se perciban las borrascas. Puede que se note menos contaminación lumínica. Y de pronto me dan ganas de gritar: ¡Ey!, ¿hay alguien ahí? ¡aquí estamos! S.O.S. ¡luchando contra un virus, confinados en casa!. Enmudecen mis intenciones porque, en honor a la verdad, no creo que nadie me oiga, salvo los vecinos, que saldrían a mirar preocupados por mis gritos.

Pero si pudiera claro que pediría ayuda, bastaría solo la sospecha de que alguien estuviera monitorizando La Tierra. Igual podrían ayudarnos... ¡Qué ingenua! Empecemos por ayudarnos nosotros mismos, respetando esta penitencia -y uso esta palabra por aquello de que ahora estamos en Semana Santa-, esta penitencia de permanecer en nuestras casas y la penitencia de los que tienen que salir para atender enfermos, solventar nuestra intendencia, limpiar nuestras ciudades y pueblos.

3.706 personas han recibido el alta hoy, están curados, y esto es una buena noticia.
Parece una frivolidad decirlo, pero en sí es un pequeño éxito porque hace ocho días que no podíamos decir que la cifra de fallecidos había sufrido un descenso: 674 personas han muerto hoy en España, descansen en paz.

Va por ellos, seguimos en la lucha, porque esto es cosa de todos.

#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa


©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

domingo, 5 de abril de 2020

Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 21, referido al 4 de abril, “Algunas veces”

Algunas veces no te sale el habla,
la voz guarda silencio y dice el alma,
el alma, la conciencia, el corazón,
o como quieran llamarla.

Algunos días siendo primavera,
el tiempo anda revuelto y nos engaña,
lo mismo parece otoño que invierno,
o como quieran llamarlo.

Algunas noches prefiero el silencio,
silencio por las voces ya calladas,
para digerir tanta masacre,
o como quieran llamarla.

Desde hoy nos faltará una voz,
Aute se fue como otros 809 más,
será terriblemente absurdo estar vivos
y no poder vivir sin sus latidos.

Algunas veces no tiene sentido,
reír, reñir, llorar, o hablar contigo,
porque me falta algo, o me sobra,
o como quieran llamarlo.

Algunas veces la vida te enseña
sus dientes y sus garras como fiera,
igual que este virus y su guerra
o como quieran llamarla.

Algunas noches quiero recostar
en el único hombro de mi almohada,
mi dolor, mi miedo, mi nostalgia,
o como quieran llamarla.

Desde hoy nos faltará una voz,
Aute se fue con otros 11.744 fallecidos,
será terriblemente absurdo estar vivos
y no poder vivir sin sus latidos.

#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa


©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

sábado, 4 de abril de 2020

Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 20, referido al 3 de abril, “Abril de 2020”

Azahar, llegan aromas a la ventana.
Brillan luces al atardecer.
Renuncias interiorizadas.
Imágenes nunca olvidadas.
Levará anclas el estado de alarma.

#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa


©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

viernes, 3 de abril de 2020

Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 19, referido al 2 de abril, “Tanta prisa sin pausa”

Tanto correr por los días, alborotados,
llenos de prisas, persiguiendo horarios.
Tanto avanzar cumpliendo objetivos
agazapados en excusas de calidad,
de empleos temporales, inciertos.
Tanto medir, pesar, valorar, informar,
tanto deliberar sobre asuntos banales
hasta que un buen día, se planta delante
algo realmente sustancial y trascendente
y nos vuelca la vida con un soplo.

Tanta burocracia, revestida diplomacia,
protocolos, argucias, entresijos, promesas,
tanta injusticia, pobreza, escasa riqueza
mal repartida entre la humanidad.
Tanto significarse para ser más que otro,
pisando cabezas, piernas, manos,
hundiendo ilusiones, corazones rotos.
Tanta mentira salpicada en papeles,
tanta locura para demostrar qué eres
y qué no eres, tu valía, tus poderes,
lo que sabes hacer y conoces, y ¿para qué?,
para llegar a ser alguien antes que otro alguien.
¿Y qué importa todo eso ahora, esa rutina,
esa prisa, ese desatino por llegar?
¿Qué importa más que la salud y la vida?
Nos rompe todo una pausa repentina,
nos obliga a quedarnos en casa,
a organizar de nuevo el mundo.

Una pausa repentina para reencontrarnos,
con nosotros mismos, y desnudarnos
de temores, sensibilidades, errores.
Y mientras, la gráfica dibuja más cifras al alza,
y no es la bolsa, que esa baja,
son curados, los menos,
son contagiados y muertos,
cifras que son personas, que nos duelen,
que se han ido en soledad, y ya no estarán...
¡Tanto dolor, tantos muertos!
¡Tanta prisa sin pausa!

#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa


©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

jueves, 2 de abril de 2020

Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 18, referido al 1 de abril, “Al otro lado de la mesa”

Comienza abril de 2020, como si fuera cualquier otro mes, porque quién no tiene la noción del tiempo algo perdida. Si no fuera por los referentes que nos rodean: el calendario del móvil, el de la pared de la cocina -quien lo tenga-, el del ordenador, las noticias en televisión, en periódicos, la campaña de la Declaración de la Renta que hoy empieza...

Comienza abril y no he podido salir a oler el azahar de los naranjos, aunque me consolé pensando cómo olía el año pasado o cualquier otro año. Tampoco el sol acompañaba como merece este día, y sí una fina lluvia, que se colaba tímida, por las rendijas de los visillos. Los pajaritos volaban buscando resguardo, casi sin entonar sus cantos. El cielo hoy se congraciaba con el gris del asfalto, y mimético también se mostraba gris.

Abril comienza y no es posible disfrutarlo más allá del otro lado de la mesa, donde continúa la casa, junto al sofá, enfilando hacia la terraza. Al otro lado de la mesa hay más vida que merece la pena ser explorada y sentida. Los libros duermen en las estanterías del pasillo mientras el puchero cuece en la cocina y las camas se desperezan de su letargo nocturno para mostrarse frescas a la noche. De los grifos de la casa mana el agua cuando se acciona su apertura, y te sientes afortunado por disfrutar de esta comodidad, ¿qué sería de nosotros si los grifos y la canalización del agua no se hubiera inventado?. Igual ocurre con la luz. Al otro lado de la mesa hay un sinfín de posibilidades que observar, objetos que nos traen recuerdos, cacharros que ordenar, ropa que guarda instantes vividos, papeles que archivar, y más, y más, y todo son partículas de uno mismo, en las que hace tanto que no te detenías... y ahora lo haces, y hasta le encuentras un punto en el que poderlas degustar.

Al otro lado de la mesa está todo el resto de la vida: las cosas de cada uno, mis cosas, las puertas y ventanas, los confines de esta inmensidad que nos circunda y, a ratos nos aplasta, y sin embargo nos abraza y nos protege ofreciéndonos sensación de seguridad.

#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa


©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

miércoles, 1 de abril de 2020

Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 17, referido al 31 de marzo, “Adiós marzo de 2020”

Quedarás en nuestra memoria por siempre, pasarás a la historia por los estragos que causó el innombrable virus: nueva enfermedad a la que se busca trepidante un tratamiento y una vacuna, decretado Estado de Alarma, incertidumbre, desolación, dolor, con lluvias y temporales de invierno, con ciudades desiertas, habitantes confinados, miles de personas muertas en soledad, asalto a supermercados para compras masivas compulsivas, miedo, odio, ruina económica... También pasarás a la historia porque una parte de la humanidad mostró su solidaridad, se volcó voluntariamente en ayudar, cada uno como podía y con lo que podía, unos en primera línea -dándolo todo-, otros en las trincheras -aportando su creatividad para procurar elevar la moral de la tropa ante el enemigo casi invisible-. Pasarás a la historia por muchas cosas más, seguro, y solo espero ser uno de esos que lo pueda recordar en primera persona.

Hoy las calles
volvían a ser
esas lenguas de asfalto
interminables,
solo pobladas
por el silencio
y la soledad,
por las ventanas
con bustos asomando,
escaparates cotidianos
de un encierro
sobrevenido.
¿A quién odiar,
a quién culpar?

Prefiero decir:
¿a quién saludar,
a quién apoyar?,
¿por qué nos robaron
marzo de 2020?
¿cómo hemos
llegado hasta aquí?.
Y como Sabina
preguntarme mañana
"¿quién me ha robado
el mes de abril?,
"cómo pudo
sucederme a mí?

Confinados
continuamos.

Adiós marzo de 2020,
hola y adiós abril.

#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa


©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.
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