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lunes, 27 de enero de 2025

Eternos momentos

El cuello le empezaba ya a molestar. Hacía un buen rato que mantenía el teléfono apoyado en el hombro sin separarlo de la oreja mientras continuaba reordenando los papeles de la mesa, buscando una anotación que no terminaba de aparecer. ¡Por Dios, qué barbaridad! ¿Cuánto tiempo más tendría que esperar para que la siguieran atendiendo? Se estaba empezando a aburrir de escuchar la musiquilla de fondo que se repetía en bucle hasta que respondiera alguien del departamento de facturación. ¡Nada, imposible!, decía en voz alta, a pesar de que eso no sirviera para nada. Manténgase a la espera... ¡Oiga, oiga!, reclamaba con ansia para hacerse oír aunque estaba claro que le hablaba a una máquina. Todos nuestros agentes están ocupados... ¡Y yo me acuerdo de toda tu parentela! ¡Que no puedo estar aquí toda la vida, caramba!. ¿Y dónde habré puesto el número de incidencia que me dieron hace diez días? Dando un tironcillo a un trozo de papel de cuadros respiró con alivio, como si por haber encontrado el número referente ya estuviera todo solucionado. Algo es algo, pensó, ¡venga, ahora a ver si se pone alguien de facturación!, y la música continuaba sonando entre su desesperación y su propia sorpresa por tararearla inconscientemente. ¡Seré boba, claro, también me puedo poner a bailar! Por favor, manténgase a la espera, le atenderemos lo antes posible... El cuello dolorido, la oreja echando humo, la desesperación subida por las paredes, ya no sabía ni qué era lo que tenía que reclamar; el teléfono sobre la mesa con el altavoz activado, el papel con el número de incidencia al lado, otro trozo de papel en blanco junto a él y en su mano derecha un bolígrafo preparado para escribir. Buenas tardes. No se lo creía. Buenas, respondió. Y de nuevo, buenas tardes, disculpe la demora. Por favor, si es tan amable, para poder localizar su expediente, me puede indicar su nombre completo y apellidos. Pero, oiga, ya he dado este dato cuatro veces a otras personas que me han ido atendiendo... Sí, mire, yo entiendo, pero es que necesito comprobar sus datos... El nombre y los apellidos, el DNI, el domicilio, el nombre del banco, y los sudores bajándole por la sien. ¡Oiga! ¿Sigue ahí? Sí, disculpe, ya enseguida tomo nota de su problema, estoy terminando de comprobar todos sus datos, un momento, por favor...

©Aji ~ ©María José Gómez Fernández

Mi contribución para la convocatoria de @divagacionistas de enero 2025 #relatosMomento 

Imagen tomada de la convocatoria de Divagacionistas

Publicado en recopilación de Divagacionistas, enero 2025.



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