Continuamente trabajo en lo que más me gusta. Me detengo en alguna parte, observo a la gente, observo las cosas, el transcurrir de la vida, el flujo de la calle, y me gusta disecarlo, paladearlo, como si fuera un pajarito que lo mira todo posado en alguna rama, en algún alambre, en alguna ventana.
La vida es puñetera, bien se sabe, no hace falta que venga un observador como yo a contarlo; tiende trampas, te cede el paso solemne, todo depende del caso, del momento y lugar oportuno en que te encuentres. La vida es dura, con sus dos caras, la bonita y sonriente y la puñetera.
©María José Gómez Fernández
Publicado originalmente en El Doblao del Arte.
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