José gastaba las últimas horas de la tarde, mirando al mar, en un banco del paseo marítimo de Barbate. Con su mirada firme y curtida, apoyado en su bastón, revivía las jornadas de la pesca de ALMADRABA. Aquellos días de duros trabajos quedaron atrás y ahora sentía hasta DESENGAÑO, después de tanto trabajar estaba solo y cobraba una mísera pensión.
Detuvo sus dulces ojos claros de anciano en el niño que jugaba con un PERISCOPIO observando a la muchacha que con su CÁNTARO cruzaba la PLAZUELA. La nostalgia lo transportó a los buenos días en familia, con abundancia de pesca.

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©María José Gómez Fernández.
Publicado para Cinco Palabras, RELATO DE MARZO (III) 2018: con las palabras de la DIRECTORA DE MEDIOS DE ASUNTOS EXTERIORES ANA MARÍA RODRÍGUEZ PÉREZ