Hoy termina el año laboral para mí. El balance no es del todo malo: sigo teniendo trabajo.
Me he despedido de un compañero que está en fase de prejubilación, y ya no volveremos a coincidir con él hasta el próximo 1 de septiembre; estas cosas lo dejan a uno con el corazón pequeñito, porque es un buen compañero, buena persona, trabajador, con mucha voluntad para todo, proactivo, con sentido del humor, con gran sentido de la responsabilidad, y más cosas que ahora soy incapaz de enumerar, pero todas buenas; en fin, que gente así en los trabajos tampoco abunda. Nos dará mucho gusto volver a recibirte dentro de ocho meses y compartir contigo los últimos seis meses de trabajo antes de tu jubilación definitiva, y espero continuar ahí para verlo, señal de que habré conseguido ganar el concurso de méritos.
Cierro el año orgullosa por todo lo que he llevado a cabo. Ha sido un año complicado.
Deseo que el próximo no tengamos que aumentar las medidas de seguridad, sino al contrario reducirlas. Deseo que continuemos trabajando en buena armonía los compañeros y compañeras que formamos el pequeño equipo. Y deseo que todos los que nos necesitan estén contentos con nuestro trabajo y les hagamos mucha falta.
Adiós 2020 laboral.
©María José Gómez Fernández
Publicado originalmente en El Doblao del Arte.
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