Tu humo se acomoda en el ambiente,
impregnándolo todo de olor
y color amarillento;
insano, letal tabaco,
poco a poco vas
aniquilando células
mientras te haces imprescindible,
creas dependencia.
Otros muchos y yo
luchamos por desprendernos
de ti, de tus garras,
sutil enemigo
de halo amarillento,
en una larga brega,
y aunque no te des cuenta
-aunque no lo parezca-,
vas perdiendo las batallas
para que al final yo gane la guerra.
©María José Gómez Fernández
Publicado originalmente en El Doblao del Arte.
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