Y aquí, enfrascada, perdiendo el tiempo en revisar mi pasado laboral para escribir una memoria que me permita afianzar el puesto que ocupo provisional desde mitad de mayo. Y alguno pensará que tampoco hay mucho que hacer, pues no. A mí se me ocurren infinidad de cosas que poder hacer en este semiconfinamiento, cosas que me llenan, me gustan y me satisfacen. Pero no, con esto de la memoria tengo la sensación de estar en una rueda de hámster, y a pesar de los muchos años que han pasado, observo con pesar que continúo en el mismo punto de partida, teniendo que volver a defender un puesto igualito que el que ya gané hace unos años, también con memoria y toda la parafernalia. Y sí me siento en el mismo punto de partida y eso es muy triste, porque no es por mis méritos ni mi valía o intentos que siga ahí, sino porque no soy del gusto de las personas que están por arriba. Pero nunca se me dio bien callar y guardar mi opinión, y claro, eso incomoda, y mucho, a los de arriba.
©María José Gómez Fernández
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