Nos hacen falta a todos.
No todos podrán disfrutarlas.
Muchos no las tendrán siquiera.
Otros estarán de vacaciones obligadas, sin trabajo y sin dinero que poder gastar.
Algunos preferirán pasarlas en casa, en el entorno habitual, será su elección responsable.
Algunos las pasarán en su segunda residencia, en la misma provincia o en otra.
Hay quien irá de vacaciones a casa de algún familiar, en algún pueblo o ciudad de España, tal vez su pueblo o ciudad de origen.
Hay quien no podrá ir de visita porque sus familiares prefieran no ser visitados, por precaución, incluso por temor a posibles contagios.
Algunos se trasladarán a la otra punta del país, a un rinconcito en la montaña o en la costa, un remanso de paz donde recargar baterías.
Hay quien se atreverá a cruzar fronteras y visitar un país cercano, o puede que no tanto.
Habrá quien prefiera utilizar su propio vehículo por diversos motivos, entre ellos sentirse más resguardado.
Habrá quien no tenga más remedio que hacer uso de transportes colectivos para sus desplazamientos.
También están todos los que no podrán irse de vacaciones, a pesar de que las tenían planificadas, y no podrán porque este virus se llevó su vida.
Otros no tendrán ánimos ni ganas de nada porque han perdido seres queridos o los tienen enfermos y deben atenderlos.
Lo más importante de tomarse días de vacaciones, para quien pueda hacerlo, es hacer lo que más les apetezca durante esos días, y hacerlo de forma responsable, con respeto hacia ellos mismos y hacia los demás. Lo más importante de las vacaciones es buscar, cada uno a su modo, la forma de recargar energías, de renovar el espíritu, desconectar de las rutinas habituales, descargar cargas y obligaciones. Lo más importante de las vacaciones, al menos de estas vacaciones, no es viajar y viajar por viajar sino viajar al fondo de uno mismo y descubrirse de nuevo. Lo más importante de las vacaciones no es contar a la vuelta todo lo que has hecho sino hacerlo, que llene, que quede ahí para volver a buscarlo cada vez que necesitemos reinventar nuestro día a día.
Lo mejor de las vacaciones es poder estar de vuelta, renovados, y pensar en las vacaciones que vendrán.
©María José Gómez Fernández
Publicado originalmente en El Doblao del Arte.
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