26ºC a las 2:18 a.m. hacen insufrible toda la madrugada que queda por delante. Con esta temperatura conciliar el sueño es una hazaña, por muy cansado que uno se encuentre. La desgana, el decaimiento, y hasta la desidia se apoderan de las mentes porque de los cuerpos ya se apodera el terrible y denso calor. El aire es denso. No se nota alivio ni siquiera por la escasísima brisita que tímidamente se quiere asomar por la ventana. Tumbarse en la cama es garantía de dar mil y una vueltas sin poder quedarse dormido, así que es mejor posponer la ida a la cama para el momento en que los ojos ya no se quieran mantener abiertos, y entonces, posiblemente pueda hacerse realidad el deseo de ¡dormir!. Pero aunque se duerma, con noches como esta, lo que es seguro es que el descanso no está confirmado. Podrás dormir algo, pero descansar ya son palabras mayores. Hasta se notan los cuerpos hinchados, desde los pies hasta la cabeza, que hasta duele de no poder descansar y dormir como es debido. Después de varios días sometidos a esta tortura lo que se siente es como si te hubieran manteado, apaleado, vamos, que tienes una paliza considerable y arrastras un cansancio tal que necesitas dormir una semana con temperaturas normales para poder recuperarte.
Mañana se esperan de nuevo temperaturas superiores a 41ºC-42ºC.
Esto es insufrible.
Desconozco cómo estaremos mañana pero este calor saca de sus casillas al más bendito.
Desearles lo que no podremos hacer por aquí, que descansen y duerman bien.
©María José Gómez Fernández
Publicado originalmente en El Doblao del Arte.
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