Si anoche hubiera escrito solo lo habría hecho sobre el calor. Es tan denso el aire, tan irrespirable, tan aplastante la temperatura alta, muy alta, tan abrasador todo lo que tocas -ya sea de noche o de día-, tan pegajoso todo... Sudar, jadear, quedarte inmóvil, hacer la mínima actividad... Es lo razonable hasta que esto vaya bajando y también la inflamación de nuestro propio cuerpo y el dolor de cabeza que nos produce este calor insano, este calor inhumano.
©María José Gómez Fernández
Publicado originalmente en El Doblao del Arte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario