Como un NÁUFRAGO se agarró a los sentimientos del recuerdo, henchido de soledad, amor y hasta rabia, por no haber sido fuerte como un ROBLE y resistir los envites del amor, los embates de la convivencia.
Ahora todo quedaba a la SOMBRA de los años y del recuerdo. Solo podían ESPECULAR con un futuro incierto e indeterminado que se dibujaba en cada conversación.
¡Pero ahí seguimos! -pensó-.
©María José Gómez Fernández
Publicado originalmente en El Doblao del Arte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario