Desgajándose van los minutos de la vida
y sin percibir el hecho quedan atrás,
con sus momentos de sol y sus nublados,
con su cielo de estrellas o su mal pasar.
Ya tenemos más edad
y hemos crecido
junto a bloques de hormigón
y explanadas de asfalto,
entre el humo del bus,
de miles de turismos.
Mis alas se han teñido de gris,
sin embargo continúan alzándome
sobre edificios y seres “humanos”.
Pero entre tanto estruendo temo
que alguna mañana pueda fácilmente agonizar de golpe.
©María José Gómez Fernández
Escrito con menos de 24 años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario