Hay días que me acuerdo mucho de una canción de los payasos de la tele, sí, Gabi, Fofó, Miliki..., esos. Cantaban diferentes canciones que se retenían con facilidad, y hay una, que se me viene continuamente a la cabeza, sobre todo en estos últimos días en los que el tiempo no me da para más, ni aunque lo estire. La canción se titula "Antes de almorzar" y habla de una niña que todos los días de la semana deseaba jugar un rato antes del almuerzo, pero cada vez que iba a hacerlo le surgía alguna obligación ineludible: el lunes tenía que lavar, el martes tenía que leer, el miércoles tenía que escribir, el jueves tenía que planchar, el viernes tenía que barrer, el sábado tenía que bailar y el domingo tenía que rezar.
Me acuerdo de la canción y la tarareo porque en algún punto me siento identificada con la niña, a la que envidio el martes, el miércoles y el sábado, pero con la que comparto las tareas que ella realiza el lunes, el jueves y el viernes, a las que debo sumar muchas más.
¡Ya te digo! Me identifico con esta niña que nunca podía jugar porque siempre tenía otras muchas cosas que hacer, y nadie las hacía por ella. A mí me pasa algo parecido porque últimamente cada vez que me quiero poner a leer y a escribir, siempre, siempre, tengo algo urgente que hacer, y entonces me acuerdo de la niña y de la canción de los payasos de la tele. Y me siento muy triste, porque leer y escribir me dan vida, pero en los últimos días me falta tiempo para todo, y me falta vida.
©María José Gómez Fernández
Publicado originalmente en El Doblao del Arte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario