Estuve el domingo pasado en la playa. 14 de junio de 1983.
Deshaciéndose en equilibrios
pasan escasas gaviotas
cortando un brazo del aire.
Agua mansa,
cristal de niebla opaco,
retablo de caracolas.
Acicalada de acero,
metálico manto líquido,
amigo mío, mar mío,
esta tarde como nunca,
luces en tu cuello remoto,
perdido en lontananza,
las joyas que te llegan
con los últimos destellos
del sol poniente al horizonte,
línea inalcanzable y acuosa,
acuarela de grisáceos hasta
el cielo.
Y entro despacio en ti,
salado acero de agua,
por no quebrar tu belleza,
metal cristalino
impregnado de algas,
agua inmensa,
agua mansa,
esta tarde como nunca,
avanzando por ti, sola,
casi detenida y sola,
te contemplo: alucino;
solo de espumas te haces
al llegar a la orilla.
Te vuelves a tus adentros
tras besar la arena blanda,
rompiendo suave…
En la punta recortada de tus alas
traes las últimas espumas de esta tarde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario