Tanto el silencio avanza
mientras avanza la noche,
tanto la ausencia crece,
palpita y se hace ente.
Tanto aúlla la soledad
cuando no es deseada,
que su sonido se clava,
y quiere rasgar,
resquebrajar, y
destrozar a zarpazos
el fino filo de esperanza
que custodio con celo,
que custodio con saña.
Tanto el silencio avanza,
tanto la ausencia crece
que hace más fuerte
y más grande mi gana.
©María José Gómez Fernández
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