Y no hubo más remedio:
se cierran las ciudades,
las comunidades autónomas,
mientras otros países
se confinan, o anuncian
que se confinarán
en los próximos días.
Pesadilla recurrente,
cifras al alza de nuevo:
contagiados, hospitalizados
y muertos.
Gente desesperada,
al límite del aguante económico,
sin saber si tendrán trabajo
a partir de mañana.
Pesadilla recurrente...
Muerta de frío por dentro,
muerta de amor y de miedo.
¿Y quién no lo está?
Buscamos un abrazo
imaginando cómo era.
Buscamos una sonrisa
fijándonos en los ojos
sobre la línea de la mascarilla.
Se cierran las ciudades, y más,
y el toque de queda a las 11.
Nuestras impotentes armas
para luchar contra este virus
hasta que triunfe un tratamiento
y una vacuna.
Paciencia y ánimo,
responsabilidad...
Cifras al alza y revueltas...
Se cierran las ciudades
pero no se cierra la vida...
©María José Gómez Fernández
Originalmente publicado en El Doblao del Arte.
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