Esta historia que os cuento empezó hace unos meses, justo el 14 de marzo a las 7 de la tarde en España, la hora que luego fue para todos la hora de #LaBuenaSuerte. Rosa abría sus directos en Facebook para hablar de su obra, para hablar del proceso de creación literaria, de construcción de personajes, de cómo surge la idea huevo de una novela... Y la gente iba llegando a escuchar, a preguntar, procedente de muchos puntos del globo, como abejas a la miel. Ese día era sábado, día cero del confinamiento en nuestro país, y a partir de ahí, todos los sábados y miércoles se producía ese encuentro particular y fructífero, que se convirtió en el mayor taller literario mundial, virtual y espontáneo de todos los tiempos.
Me subí en el barco de los directos de Rosa como el náufrago que, rescatado, sube a una embarcación, luchando con el oleaje y el temporal en alta mar. Estábamos inmersos en un auténtico temporal, el del confinamiento por la pandemia, confusos durante los primeros días, tomando el control de nuestras reacciones ante la adversidad. Días largos e inciertos en los que nos sentíamos algo perdidos, saturados...; entonces llegó el arca de Rosa, nos abrió sus compuertas, y subí.
Ciento sesenta y ocho escritores noveles procedentes de veintitrés países escribimos otros tantos relatos diferentes creados en torno a la descripción de dos personajes, que distintos en cada relato, nos llenan de pinceladas de vida, amor, secretos, intriga, muerte, ilusiones, y ¡cómo no! de carmín, chocolate, palomas e imaginación, mucha imaginación.
Brotes de creatividad, un haz de luz en los tiempos de mayor oscuridad que la humanidad ha podido vivir en los últimos años, un ejemplo de solidaridad -parte de los beneficios serán para ACNUR-, trabajo en equipo, creatividad literaria, algo increíble y mágico, tanto como el hada madrina que posibilitó que este proyecto se disparara, creciendo y materializándose en un libro en dos volúmenes: "En Cuentos con Rosa": "Carmín" y "Chocolate", realizado en el tiempo récord de tres meses, de forma telemática y con el huracán de la pandemia instalado en el cielo de nuestras vidas.
Rosa Montero logró tocarnos a todos con su varita de tinta y entusiasmo, y a partir de ahí, nos hizo #raluquear en tiempos realmente complicados -y eso que aún no sabíamos lo que significaba #raluquear, porque lo supimos después-.
Solo puedo decir ¡¡¡GRACIAS ROSA Y COMPAÑEROS!!!
©María José Gómez Fernández
Publicado en recopilación de relatos de Divagacionistas.
Últimamente me gusta mucho hablar de esta gran experiencia, y con ella participo en la iniciativa de octubre de @divagacionistas sobre #relatosBrotes. Espero que os guste.
Si, vaya, es como una mirada al mundo de los escritores que ya han tomado un nivel un poco mas en serio. He estado en estos evento pero mas como un espectador, viendo a escritores de cuentos infantiles junto con mis hijitos.
ResponderEliminarA mi me gusta ver como el escritor narra sus propias historias.
Me alegra que hayas compartido estas estampas.
Saludos
Muchísimas gracias Hugo!!
EliminarEstos encuentros fueron realmente un refugio mágico y un recreo para expandir el interior a través de la creatividad.
Encantada de que te guste el post!!
Saludos!!