-Te llamo cuando llegue.
Sabía que no la volvería a ver en semanas y éso hacía más difícil decir un hasta luego que era la fórmula perfecta para suavizar un adiós, hasta pronto.
Caminó unos pasos sin mirar atrás, abrió la puerta del coche, subió y se acomodó y agitó la mano saludando. El coche arrancó y se puso en marcha y también la cuenta atrás hasta que volvieran a verse. Cada vez era más duro despedirse.
Luego se sumió en un enjambre de pensamientos y sentimientos, recuerdos inmediatos y lejanos, nostalgias y anhelos, risas y bromas que ayudaron a acortar los kilómetros que las ruedas del coche machacaban en el asfalto de la autopista.
Partes completas: Con el alma al aire
Luego se sumió en un enjambre de pensamientos y sentimientos, recuerdos inmediatos y lejanos, nostalgias y anhelos, risas y bromas que ayudaron a acortar los kilómetros que las ruedas del coche machacaban en el asfalto de la autopista.
Partes completas: Con el alma al aire
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