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lunes, 26 de febrero de 2018

Ese ser incondicional...


Cuando Lena miró en sus ojos, cargados de ternura y desinterés, se reencontró consigo misma, conectó con su pasado, desde el primer día de su existencia, tal vez antes, y supo que lo que veía en aquella mirada era AMOR y FIDELIDAD auténticos. Ella le dio la vida, todo y aún se lo daba. Para Lena su madre es y será siempre la mejor de las MUJERES, la que no vacilaba, reinventando el mundo cada día para enseñarle a luchar, afrontando las dificultades con PACIENCIA, sus desaires con BONDAD. Mientras su madre le sonreía supo que no había nadie igual.


©Jo-B, libre de derechos


©María José Gómez Fernández, para mi madre, con todo mi ser.

Mi aportación para RELATO DE FEBRERO (V) 2018, de Cinco Palabras: EL MAÑANERO @MANANERORD DE KQ 94.5 CON @IBELKAULERIO

martes, 30 de enero de 2018

Para Susana

Siento que soy madre cuando
©Martin Vorel, libre de derechos
tu SONRISA me habla,
sincera y expontánea,
me desarma,
y tus ojos me siguen
por donde vaya.
Voy marcando tu CAMINO.

Ya no entiende mi CORAZÓN
de otros ruegos, de otros PASOS
que los tuyos.
Cada día me enseñas
los COLORES de la vida.

©María José Gómez Fernández

#Con_5_Palabras


domingo, 7 de mayo de 2017

!Te quiero, mamá!



Juana se llamó su madre,
Otra gran mujer, como ella,
Siempre atenta y pendiente.
Es mi madre,
Fuerza y dulzura,
Amor incondicional:

Josefa Fernandez Romero 
¡Te quiero, mamá!
en el Día de la Madre
y todos los días de mi vida.

¡Gracias por existir!

domingo, 1 de diciembre de 2013

Con el alma al aire: De su presencia imposible a la cara más gris del asfalto

Cuando en la noche un pensamiento se asienta en el sentido, agota los recursos para intentar conciliar el sueño, los ojos se niegan a cerrarse, la mente se resiste a relajarse, la impaciencia ocasiona un tsunami en el cuerpo, que se gira a derecha e izquierda en la cama, se revuelve hacia el piecero y el cabecero, una y otra vez, incansable.
El pensamiento que se ha adentrado en el sentido es poderoso, su naturaleza puede ser diversa: un problema, una vivencia, una inquietud, un olvido, una persona; alguien cercano que no está muy cerca, alguien querido que lo está pasando mal; alguien a quien se quiere apoyar y ayudar, a quien no se desea ver sufrir; alguien que fue muy querido, que lo sigue siendo, pero que ya no está y por éso su presencia es anhelada e imposible, y por éso se queda esa noche acompañando.
Ese pensamiento se adhiere de tal forma que después de rumiarlo un buen rato, comienza a mutarse en cualquier otro pensamiento.

De: http://defectosdeunego.blogspot.com.es

Axi se levanta por quinta o sexta vez a beber agua, a fumar un cigarro, a pasear por la casa, a comer chocolate, al cuarto de baño, a asomarse a la ventana. Y mientras deja que su mirada se pierda en el horizonte de ladrillos y antenas, acolchado por un silencio casi completo, se acuerda del hombre que vió por la tarde pidiendo es una esquina, de cómo lo miró sin que él se diera cuenta de que estaba siendo observado, de lo que imaginó que podría estar pensando, de lo puta que es la vida cuando se lo propone... y te muestra a la cara lo más gris del asfalto, para que lo recuerdes desde el insomnio asomado a la ventana.

- - - . . . - - -
Metió la mano en el bolsillo del pantalón, tan abajo como pudo, hurgando al mismo tiempo hacia un lado y otro, subiendo los dedos, rozándolos entre ellos como queriendo despegar algo invisible que se pudiera adherir. Y nada. Nada de nada. Ni un cochino céntimo. Ni siquiera el que siempre podía encontrar en otros tiempos, olvidado después de algún pago frugal.
¡Qué desesperación! Otra vez igual. Esperando que algún transeúnte le regalara algo, imaginando que inauguraba el día con un desayuno abundante, soñando con otros tiempos, sin querer comparar las diferencias con el presente, por no romper el hechizo, por no regresar a la realidad por alguno de los agujeros negros del forro de su pantalón.
No pudo ni quiso evitarlo, y permitió que las lágrimas le inundaran los ojos, contrajo los músculos del rostro y lloró con rabia y angustia, con dolor y sentimiento, sin pudor y sin pañuelo para enjugar su llanto.

 
De: http://www.20minutos.es

Hasta aquí había llegado, no quería quedarse para siempre, pero no sabía cuánto se quedaría. Ahora lo único que tenía era el tramo de aquella calle, el sitio en el mismo portal y en la esquina de al lado, unos cartones, un corazón herido, dignidad por encima de todo y toda la fuerza para luchar por un mundo entero al alcance de su mano pero no de su bolsillo.
Levantó la cabeza, inició la marcha y encaminó sus pasos enfilando la calle, en busca de otro tramo de asfalto que conquistar, sin pañuelo, sin un céntimo, sin espectativa, sin intención de dejarse pisotear su dignidad, sin perder el porte elegante que siempre le acompañaba en su caminar.

domingo, 3 de marzo de 2013

Nadie como Ella

Le arreglaba la ropa para que la llevara bien puesta, le acariciaba la cabeza, la perfumaba discretamente, le sonreía y gesticulaba para que ella sonriera, y sonreía. Le hablaba con voz suave y se quedaba embobada escuchándola y ponía la boca en forma de O, y sonreía.
La paseaba por las calles explicándole todo lo que iban viendo y a ella le gustaba lo que veía y sabía que no sería igual el paseo sin esas explicaciones y sin ella.
Le preparaba la comida en exclusiva para ella y se la daba poquito a poco, con infinita paciencia, mientras le contaba cualquier historia inventada en el momento, y no se enfadaba mucho si ella le tiraba un poco de comida o le rechazaba alguna cucharada. Le dejaba tocar la comida con los dedos porque según le decía, así aprendería a valorar y amar los alimentos.
De: ladiosaluna.blogspot.com
La bañaba todas las tardes, entre risas y chapoteos, entre charadas y juegos, y al secarle, la acurrucaba y apretaba entre sus brazos y en ese instante aprovechaba para comérsela a besos y piropearla y la hacía sentir importante, querida, afortunada, única.
La acostaba cada noche, y después de contarle un cuento, decirle que fuera buena, le ponía un cuento para escuchar, con voces divertidas y música de fondo, le daba mil besos en la frente, dejaba la habitación con una tenue luz y le deseaba que soñara cosas bonitas… Luego se alejaba poco a poco de ella mientras le enviaba besos volados y le repetía bajito las buenas noches y lo mucho que la quería…

La enseñó a hablar, a caminar, a leer, a levantarse después de caer.
La curaba y consolaba si se caía y se hacía daño.
Le daba su opinión cuando la necesitaba.
La ayudaba con los deberes y todos los días la acompañaba hasta la puerta del colegio y la recogía a la salida.
La aconsejaba sobre qué ropa ponerse para salir con los amigos.
Le pedía que no se metiera en problemas con nadie.
Le decía que debía ser trabajadora, leal, honesta, fiel a sus amigos y a sus ideas.
Le ayudó a construir sus propios principios y a tenerlos siempre presentes.

Se hablaban cada día, porque necesitaba saber de ella, escucharla, o verla, así que bendito teléfono, benditos programas de mensajería en internet y bendito skype. Pero lo mejor era ir a visitarla, porque verla y abrazarla no tenía comparación y ese hecho le insuflaba la sustancia suficiente, la motivación necesaria para seguir, hasta la siguiente visita. Qué bonito verla con sus años a cuesta, ¡años llenos de tanto y tanto amor!

Le seguía haciendo las tartas de cumpleaños, a pesar de que pasaban los años... y cuando no había tarta sí que había canción de feliz cumpleaños.

La cuidó cuando estuvo enferma, y ahora que estaban lejos, necesitaba oír su voz y sus palabras si enfermaba porque para ella formaban parte de la medicación.

Nunca conoció ni encontró a nadie como ella.
Esa importante mujer y sus detalles únicos...
Detalles como esos hicieron de ella una gran persona. Hoy día no sería igual si no fuera por el amor que recibió de su madre. Siempre apoyándola, siempre escuchándola, siempre caminando a su lado, aunque estuvieran a kilómetros de distancia. Su madre, su amiga, su mejor ejemplo, ese faro que siempre brilla y que, pase lo que pase, nunca dejará de brillar.
Nunca podrá existir nadie como ella.
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