Impresiones, Crítica, Poesía: Saciar emociones, soltar amarras, decir lo que pienso, expresar lo que parece, pisar el firme, derramar silencios...
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lunes, 29 de enero de 2024
Ni videncia, ni psicoterapia
lunes, 27 de noviembre de 2023
Cosas que pasan
---No me lo explico, últimamente está fallando muchísimo, todo lo ralentiza como si le costara traspasar cada segundo, cada minuto...
Mi amigo me hablaba con auténtica angustia, pero yo andaba metido en mis cosas, le hacía ver que tenía toda mi atención cuando en realidad solo escuchaba palabras sueltas de lo que me decía.
---Creo que le sobran cosas pero no sabría descartar las más importantes; tal vez así todo iría mejor...
Lo miraba de soslayo, y en algún instante fijaba la mirada en la suya para que viera que le estaba escuchando como era debido, y es que yo estaba muy enfrascado en revisar el móvil y las notificaciones recibidas durante esa mañana. Él continuaba con su discurso, casi monólogo. Incluso comencé a sentir un cierto cargo de conciencia pensando que el pobre me estaba contando algo realmente importante para él y, sin embargo, yo no estaba a la altura de lo que estaba necesitando de mí, que era solo escuchar, escuchar y responder para constatar que estaba siendo atendido.
---Para mí que es algo de la memoria...
Por naturaleza somos tan egoístas que solo nos miramos y vemos a nosotros mismos hasta que das con el quid de la cuestión: ¿cómo me sentiría yo si me hicieran lo mismo que estoy haciendo ahora? Meditarlo un par de segundos te devuelve la respuesta: mal. Entonces reaccionas y te entregas por entero a las cuitas de tu amigo. ¿Y si es algo muy importante, incluso vital? Con la excusa de empatizar con él, le respondes formulándole una pregunta, aunque la razón verdadera es enterarte de qué narices te está hablando porque te niegas a admitir que no le estabas prestando casi ninguna atención:
---¿Me has dicho que se trataba de tu abuelo, verdad? ---sueltas como para ir atando cabos---.
---¿Pero qué dices, hombre? ¿Mi abuelo, qué tiene que ver mi abuelo con esto? ---responde perplejo, también preguntando---.
---Que piensas que a tu abuelo le está fallando la memoria, ¿no me estabas contando eso? ---me justifico con verdadero apuro---.
---¡Desde luego, estás para que te aten! Claro, como no quitas el ojo del teléfono pues no me estás escuchando. Te estoy hablando de mi móvil, que es nuevo y me está fallando como si tuviera problemas de memoria. Anda, déjalo, sigue enviando tu relato a Divagacionistas...
---Perdona, hombre, no tengo disculpas ---le contesto---.
Cuando levanto la vista se ha marchado.
©Aji ~ ©María José Gómez Fernández
Con este relato participo en la convocatoria #relatosMemoria de Divagacionistas (noviembre, 2023).
lunes, 25 de septiembre de 2023
La rueda que rueda sin fin
No sabes en qué preciso instante te dormiste, pero eres consciente cuando el despertador empieza a bramar en las últimas penumbras antes de que el alba tiña el cielo de los colores más hermosos junto con los del atardecer. Extiendes la mano para aplastar el timbre insistente que te avisa para que muevas las caderas, el pie, la tibia y el peroné, pero no para bailar en la pista como dice la canción, sino para bailar en la vida el nuevo día. Abres los ojos, pequeñitos al principio, y oteas con desconfianza a tu alrededor. Sabes que hay que salir a comerse el mundo pero te falta tener hambre, aunque eso ni lo digas, que nadie lo sepa, comerás sin ganas; un día más demostrarás a tu entorno que eres capaz de sobrevivir a las adversidades con las que te ha tocado lidiar.
lunes, 31 de mayo de 2021
Me llamo Simeón
Imagen ©María José Gómez Fernández. Todos los derechos reservados |
Mi destino era un bidón de la basura pero La Mamma me salvó de ese fin horrible. El 14 de julio cumpliré 6 años. Más que una mascota soy uno más de esta familia, ahora mía.
lunes, 25 de enero de 2021
Deseos, ficción, realidad... N.N. – Día 317, 25 de enero
lunes, 21 de diciembre de 2020
No todas las casas son un hogar. N.N. – Día 282, 21 de diciembre
lunes, 30 de noviembre de 2020
Una promesa cumplida. N.N. – Día 261, 30 de noviembre
lunes, 26 de octubre de 2020
Brotes de creatividad. N.N. – Día 226, 26 de octubre
Esta historia que os cuento empezó hace unos meses, justo el 14 de marzo a las 7 de la tarde en España, la hora que luego fue para todos la hora de #LaBuenaSuerte. Rosa abría sus directos en Facebook para hablar de su obra, para hablar del proceso de creación literaria, de construcción de personajes, de cómo surge la idea huevo de una novela... Y la gente iba llegando a escuchar, a preguntar, procedente de muchos puntos del globo, como abejas a la miel. Ese día era sábado, día cero del confinamiento en nuestro país, y a partir de ahí, todos los sábados y miércoles se producía ese encuentro particular y fructífero, que se convirtió en el mayor taller literario mundial, virtual y espontáneo de todos los tiempos.
Me subí en el barco de los directos de Rosa como el náufrago que, rescatado, sube a una embarcación, luchando con el oleaje y el temporal en alta mar. Estábamos inmersos en un auténtico temporal, el del confinamiento por la pandemia, confusos durante los primeros días, tomando el control de nuestras reacciones ante la adversidad. Días largos e inciertos en los que nos sentíamos algo perdidos, saturados...; entonces llegó el arca de Rosa, nos abrió sus compuertas, y subí.
Ciento sesenta y ocho escritores noveles procedentes de veintitrés países escribimos otros tantos relatos diferentes creados en torno a la descripción de dos personajes, que distintos en cada relato, nos llenan de pinceladas de vida, amor, secretos, intriga, muerte, ilusiones, y ¡cómo no! de carmín, chocolate, palomas e imaginación, mucha imaginación.
Brotes de creatividad, un haz de luz en los tiempos de mayor oscuridad que la humanidad ha podido vivir en los últimos años, un ejemplo de solidaridad -parte de los beneficios serán para ACNUR-, trabajo en equipo, creatividad literaria, algo increíble y mágico, tanto como el hada madrina que posibilitó que este proyecto se disparara, creciendo y materializándose en un libro en dos volúmenes: "En Cuentos con Rosa": "Carmín" y "Chocolate", realizado en el tiempo récord de tres meses, de forma telemática y con el huracán de la pandemia instalado en el cielo de nuestras vidas.
Rosa Montero logró tocarnos a todos con su varita de tinta y entusiasmo, y a partir de ahí, nos hizo #raluquear en tiempos realmente complicados -y eso que aún no sabíamos lo que significaba #raluquear, porque lo supimos después-.
Solo puedo decir ¡¡¡GRACIAS ROSA Y COMPAÑEROS!!!
©María José Gómez Fernández
Publicado en recopilación de relatos de Divagacionistas.
Últimamente me gusta mucho hablar de esta gran experiencia, y con ella participo en la iniciativa de octubre de @divagacionistas sobre #relatosBrotes. Espero que os guste.
lunes, 28 de septiembre de 2020
Ni héroe ni heroína. N.N. – Día 198, 28 de septiembre
Atravesaban la plaza agarrados el uno al otro, más como dos en peligro de caer, por caminar trastabillando, que como una pareja amantísima; los dos tan delgados que parecían juncos al viento. El Feo y La Canija iban a pillar algo a la esquina cerca del cine San Fernando; no mucho, que la pasta no es chicle y no les iba a dar para tanto. Después se irían, "de tranquis" a meterse sendos picos a un lugar apartado en el Barrero, entonces una zona llena de basuras y poco recomendable para pasear. En los últimos tiempos habían logrado mejorar sus paupérrimos ingresos gracias a la intervención de un benefactor que les salió como por arte de magia, un profesor universitario que de pura casualidad los conoció y quiso ejercer de Pigmalión: El Feo encontró acomodo limpiando en un supermercado de barrio -no era gran cosa, pero trabajaba cuatro horas, toda una hazaña para él-, y La Canija tenía que acudir a la casa del profesor para atender labores domésticas. Ambos habían dado al profesor su palabra de cumplimiento. Dos días a la semana, al terminar su trabajo, La Canija esperaba a El Feo en la casa del profesor y éste les instruía repasando con ellos lectura, escritura y otras disciplinas a nivel de sexto de primaria, y todo iba realmente bien porque estaban contentos por la oportunidad de aprender y porque el profesor, orgulloso, les hacía ver sus avances.
Los demás días de la semana corrían el peligro de verse envueltos en cualquier desamparo del azar, incluso tentaban a la suerte y volvían a sus antiguas fuentes de ingreso, aún no abandonadas: pequeños hurtos de El Feo y prostitución barata de La Canija, pero de esto el profesor no sabía nada.
Se despidieron en torno a las 11 de la noche con un fugaz beso en los labios -¡tan enamorados seguían!-. El Feo fue a sus asuntos para birlar algo por ahí; La Canija se puso a hacer dedo a las afueras de la ciudad, en dirección a la playa. Tuvo suerte y pronto subió a un coche.
Dos días después, el periódico refería que una mujer joven, cuya descripción correspondía con la de La Canija, había sido hallada sin vida en las dunas de la playa. No había muerto por sobredosis de un mal pico sino cosida a puñaladas. El Feo la lloró durante mucho tiempo, sin poder olvidarla.
©María José Gómez Fernández
Con este relato participo en la convocatoria de @divagacionistas con #relatosPicos de septiembre 2020. Basado en una historia real ocurrida a finales de los años 80 en una ciudad del sur de España.
lunes, 27 de julio de 2020
El levante, la luna o el calor: gente especial de La Isla. N.N. – Día 135, 27 de julio
lunes, 29 de junio de 2020
Un ramo de flores en la playa. Nueva Normalidad – Día 107, 29 de junio
lunes, 25 de mayo de 2020
La puerta abierta. Fase 2 – Día 72, 25 de mayo
La vida es como una rueda. Nos movemos en círculos aunque no lo percibamos. Nacer, crecer, jugar, estudiar, trabajar, amar, fracasar, caer, subir, reir, llorar, morir, podrían ser algunos de los palos de esa rueda de la vida. Cada persona tiene su propio círculo vital pero los círculos de una o varias personas se entrecruzan continuamente, en las diversas relaciones sociales, ya sean de trabajo, amorosas, de vecindad, de amistad, familiares. Entonces coinciden en algún punto, existe una intersección que tiene una duración en el tiempo y en el espacio, un principio y un final. Estoy recordando una historia muy reciente de dos personas que por azar de las vueltas de la vida se encontraron con que sus círculos vitales coincidieron, conectaron, formaron pareja, hicieron proyecto de vida juntos, sin saber cuál sería la duración de la interconexión de sus círculos vitales -¡claro, eso no lo sabe nadie!-, bailaron, rieron, se amaron hasta el infinito, con esa complicidad que solo existe en las miradas de los amantes que se beben sus cuerpos, hasta que un día indeterminado, la monotonía, los alicientes, las preferencias, los descontentos, la desidia, la desazón, las diferencias, comenzaron a instalarse en su día a día, y ninguno quiso entender al otro porque ninguno quiso escuchar el corazón del otro -¡qué iban a saber ellos que el punto de interconexión de sus círculos vitales estaba a punto de llegar a su fin!, se habrían evitado tantas discusiones estúpidas e ingratas...-. A partir de ahí, se acercaron peligrosamente a los límites que se rebasan con facilidad pero después uno se arrepiente de haber rebasado. Daba igual el arrepentimiento porque los círculos se habían dejado de cruzar. Ahora se preguntan si sería posible que la vida los pusiera de nuevo al uno en el camino del otro, lo hablan tranquilamente, como hace mucho no hablaban. Y la pregunta queda en el aire, porque todo es posible cuando hay sentimientos vivos y puertas que continúan abiertas; todo es posible cuando ignoramos si en la rueda de la vida está prevista otra nueva intersección de los círculos vitales de las mismas personas entre sí. Pero ellos no conocen la existencia de esos círculos ni de sus tiempos, así que se agarran a lo que sí saben: dejar los sentimientos sobre la mesa, el entendimiento funcionando y la puerta bien abierta.
©María José Gómez Fernández
Esta entrada participa en la iniciativa #relatosCírculos @divagacionistas lunes 25 de mayo 2020.
Publicado en @divagacionistas.
lunes, 27 de abril de 2020
Aquel hombre interesante. Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 43, referido al 26 de abril
Martina lo observa desde hace poco a media distancia antes de encontrarse con él, que llegó hace rato y ocupa una mesa de la terraza; ha pedido un café solo y un brandi sin hielo, saborea el café que combina con un cigarrillo negro mientras la aprobación se deduce de sus gestos, superada tan solo por la que manifiesta tras el primer sorbo al brandi.
Ha llegado el momento. Martina se acerca sin ser vista hasta situarse justo detrás de él, le habla, él gira ligeramente la cabeza para verla al tiempo que Martina se gira en su posición, como jugando a que no la encuentre; piensa que eso le resultará gracioso, por todo lo que han hablado en la distancia, pero es un riesgo que corre, porque esta es la primera vez que van a verse en persona. El momento es explosivo, inesperado, no solo se sonríe y se ríe sino que se levanta de la silla, se queda medio mudo, hace aspavientos con las manos y la cabeza como si no se pudiera creer lo que está pasando, retrocede unos pasos y Martina, también sonriente y eufórica muestra su satisfacción por el encuentro, señalándose primero a ella, después a él, tapándose la cara con las manos, entreabriendo los dedos para poder verlo, hasta que en un impulso se acerca hasta él y de un salto se le encarama entrelazando las piernas a su cuerpo, y ahí se quedan, ante la mirada perpleja de la gente que los observa, fundidos en un abrazo interminable, repitiendo sus nombres y besándose con apasionada ansiedad.
Horas después la cama de un bonito hotel fue testigo de una pasión desorbitada que daba rienda suelta a su delirio tras largo tiempo de espera pactado.
Diecisiete años más tarde ninguno puede olvidar aquella primera vez y otras muchísimas que la sucedieron, al igual que la infinidad de momentos álgidos que vivieron, sin límites. Pero algo se quebró hace tiempo y ahora tienen que separar sus caminos, la ilusión se ha ido alejando junto al respeto, al descuido y a los placeres desgastados por altibajos dañinos sin sentido. De nada valen reproches. Se despiden sin decir un adiós. Ahora Martina conoce mejor la oscuridad que él sigue guardando en su mirada.
#YoMeQuedoEnCasa y participo con este relato en la convocatoria #relatosPlaceres de @divagacionistas. 27 de abril, 2020. #QuédateEnCasa y participa.
©María José Gómez Fernández.
Publicado en Divagacionistas.
lunes, 30 de marzo de 2020
Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 15, referido al 29 de marzo, “¿Real o virtual?”
Antes de comer, Alberto habla con sus amigos en divertida charla por su grupo de Whatsapp.
Claudio, con cinco años, continúa aprendiendo a leer y escribir con su mamá. Se sientan juntos por la tarde en el sofá, y aprenden mientras se divierten, con papel, lápiz y el método Micho.
Carmen está realizando su Proyecto Fin de Grado para Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma, de Formación Profesional Grado Superior. Los recursos disponibles en internet, la comunicación con su tutor a través del correo electrónico y su espacio virtual de enseñanza son fundamentales para ir revisando el desarrollo de su trabajo.
Marta no se pierde sus clases de baile. Su profesor le envía un videotutorial semanal.
Pablo habla cada noche con su madre, nonagenaria. Ahora, como no podrá ir a visitarla durante quién sabe cuánto tiempo, alterna la llamada de voz con la videollamada y comprueban que todo va bien.
Aurora cumple cada mañana con su jornada de teletrabajo, con más horas que la presencial, llena de correos electrónicos, mensajes por Whatsapp, reuniones por videoconferencia, chat con los usuarios a los que atiende para resolver sus dudas, ficheros compartidos que se editan y guardan en tiempo real.
Imagen de Everypixelfree ©geralt (libre de derechos) |
Como ahora no puede salir, Conchita ha realizado por primera vez su compra mensual por internet. No se la pueden llevar a casa, así que un vecino generoso se la recoge y entrega.
Julio escribe su Trabajo Fin de Grado en Óptica y Optometría. Necesita libros y artículos de revistas que no puede obtener de la biblioteca universitaria por estar todo cerrado. A través de un chat lo orientan sobre cómo llegar a libros y artículos electrónicos suscritos por la biblioteca y a otros que, ahora mismo, las plataformas de recursos están ofreciendo en acceso abierto.
Manuela ha resuelto una avería eléctrica menor contactando por teléfono con su compañía de suministro. Han acudido a arreglarla gratuitamente, servicio especial del momento.
Enrique emite por YouTube los ensayos de su próximo single.
Rosa mantiene tertulias literarias con sus seguidores en Facebook.
Hoy, sin precedentes, los límites entre lo real y lo virtual se desdibujan porque todo es real e igual de efectivo. Volveremos a viajar, a abrazarnos, pero podemos constatar que lo digital y remoto también es tangible. El 14 de marzo de 2020 marca un antes y un después en nuestra percepción del mundo y nuestras vidas.
©María José Gómez Fernández. #QuédateEnCasa. Este mes #YoMeQuedoEnCasa y escribo mi aportación de #relatosLímites para @divagacionistas (30 de marzo 2020).
Publicado en Divagacionistas.
lunes, 27 de enero de 2020
Un día raro
Hay días en los que uno se siente extraño y entonces piensa eso de ¡vaya día tan raro!, como queriendo atribuir al pobre día la capacidad de provocar esa sensación extraña que uno siente. Sí, como si uno se encontrara fuera de lugar, pensando que la está liando con todo, que no se sabe explicar o que nadie lo entiende; sin encontrar la palabra que justo necesita para expresar algo, o cambiando una letra por otra al pronunciar repetidamente una determinada palabra con el empeño de corregirse, pero no, en vez de arreglarlo, lo empeora, y uno se siente ridículo ante la mirada de los demás, como si estuvieran viendo sus ideas, sus huesos, su desnudez a través de los ojos, la piel y las ropas.
Así se sentía Pedro esa mañana, deseando que acabara el día cuando apenas había empezado. Se creía observado por todo el que se cruzaba en su camino, ya fuera un pasillo o la otra acera de la calle. Sí, ese día que tenía la defensa de su proyecto ante el tribunal, justo ese día, se notaba que le iba a pasar, que al pronunciar, iba a cambiar involuntariamente muchas eles por muchas erres, o que iba a ocurrir lo mismo con cualquier otro par de letras, y no lo podía consentir, se jugaba mucho.
-¡Pedro Pérez Alcalde! -escuchó que lo nombraban desde la puerta del aula-.
Respiró profundo al tiempo que encaminaba sus pasos hacia la puerta, escuchando solo su respiración, concentrado en un único pensamiento: "lo voy a leer bien" -se repetía-, "no me van a traicionar estas rarezas que me provocan los nervios".
Media hora más tarde salía Pedro por la puerta del aula, con satisfacción rebosando su expresión.
-¿Qué tal? -le preguntó otro compañero opositor-.
-¡Bien, gracias, Juan!. Al menos lo he podido leer bien. Había hecho un buen examen y no me iba a suspender a mí mismo fallando en la lectura por causa de los nervios. Estoy satisfecho.
©María José Gómez Fernández para #relatosRarezas de @divagacionistas (27 de enero, 2020).
Publicado en @divagacionistas.
miércoles, 25 de diciembre de 2019
La noche más larga - Explicación
Para algunos románticos la noche es mágica porque, iluminada la oscuridad por luces artificiales, hace que todo parezca envuelto en un halo especial que da pábulo a intimidades, escarceos, y socialmente otorga licencia y permisividad para desinhibirse y divertirse con lo que cada cual quiera, aunque hay quien se propasa consumiendo drogas o alcohol, o bien abusando de la libertad de los que creen más débiles, precisamente, porque para otros, la oscuridad y las sombras de la noche son el escenario perfecto para ocultar miserias y llevar a cabo acciones deplorables contra personas y cosas.
La noche más larga en el hemisferio norte coincide con el solsticio de invierno, que cada año varía y tiene lugar entre el 20 y el 23 de diciembre.
"El solsticio de invierno se corresponde con el momento en que la posición del Sol en el cielo se encuentra a la mayor distancia angular negativa del ecuador celeste" (Wikipedia).
Explicación a La noche más larga.
Giros del destino - Explicación
Lamentablemente, en estos días que corren, muchas personas ven truncada su vida por un giro del destino. El desempleo, los despidos rompen el ritmo y la armonía de muchos, que de un día a otro se ven desamparados y desahuciados. Ojalá todas esas realidades tuvieran un final rápido y feliz, como el que, amparándonos en el espíritu navideño, hemos dibujado para Pablo, algo que nos recuerda que la solidaridad existe y que la amistad está por encima de todo.
Explicación a Giros del destino.
lunes, 23 de diciembre de 2019
La noche más larga
Eran casi las 6 menos diez de la tarde del 22 de diciembre cuando se puso el sol, dando paso a la entrada de la noche que duraría hasta pasadas las 8 y media del día siguiente, sin duda la noche más larga del año.
Cuando era pequeño me daba verdadero miedo escuchar a mis mayores decir que esa iba a ser la noche más larga; me iba pronto a la cama después de cenar y sin embargo no conseguía conciliar el sueño hasta que el agotamiento me vencía, porque durante mucho rato, horas eternas para mí entonces, pensaba que en esa noche tan larga ocurrirían cosas que terminarían haciéndonos daño. Acurrucado entre las mantas, con la cabeza tapada hasta la coronilla, imaginaba que alguien entraría en casa y nos raptaría, o que caeríamos en un abismo oscuro cuando estuviéramos durmiendo, y moriríamos sin enterarnos. Pensaba en infinitas horas de oscuridad que evitarían que nunca más volviera a ser de día, es decir, que en La Tierra siempre sería de noche, lo que me hacía pensar que la larga noche provocaría el advenimiento de una especie de fin del mundo, aunque sin llegar a serlo. Una elucubración me llevaba a otra, y cada nuevo pensamiento se volvía más retorcido; daba mil vueltas en la cama, cansándome de tanto moverme, sudando a pesar del frío, propio de la entrada del invierno, que también sucedía esa noche, y todo junto, el invierno y la noche más larga, se me figuraban como entes terribles que nos atraparían en un limbo incierto, como si fuéramos a ser tragados por un agujero negro.
Imagen ©Paul Volkmer, libre de derechos. Tomada de Everypixels free: https://www.everypixel.com/search?q=&authorname=Paul%20Volkmer |
Al despertar por la mañana siguiente me sorprendía por verme de nuevo sano y salvo en mi cama, cuya ropa parecía haber sufrido una auténtica batalla, claro está, la que había mantenido conmigo mismo, por evitar ser devorado por la noche más larga que estaba a punto de terminar. Me alegraba comprobar que por las rendijas de la persiana entraba un tímido reflejo de la claridad del incipiente amanecer. Con alivio empezaban a quedar atrás los pensamientos lúgubres y tenebrosos que me habían acompañado en la vigilia horas antes.
Ahora que han pasado muchos años, esbozo una sonrisa cuando refiero mis recuerdos infantiles sobre la noche más larga pero sé bien que en la noche ocurren cosas buenas y también malas, no tan lóbregas como las que yo imaginaba, aunque a veces...
©María José Gómez Fernández para la convocatoria #relatosEntrada de @divagacionistas de 23 de diciembre, 2019.
Aquí se puede leer la recopilación de #relatosEntrada de @divagacionistas.
Giros del destino
Entrada la medianoche yo seguía esperándolo a la puerta del bar, con sentimientos encontrados, entre preocupación y cabreo por el retraso. Me juré que una vez terminada la copa me marcharía sin más, así que encendí un cigarrillo para acompañar el tiempo. Al rato observé que un tipo pretendía acceder al pub por la puerta de salida; un segurata le impedía el acceso capeando la insistencia machacante del hombre. Me percaté de que era mi amigo y me acerqué para quitar hierro al asunto mientras pensaba "este se está colando con media entrada". Pablo me reconoció con cierta dificultad, lo que delataba su perjudicado estado de ebriedad. Dejé mi copa y me llevé a Pablo dando tumbos.
Fuimos a mi casa; en su estado no quise abandonarlo a su suerte ni reprocharle su retraso, mi larga espera o la pérdida de mi querida entrada al concierto de GUNS N' ROSES.
Se echó en el sofá como si fueran los brazos de un amante al tiempo que rompía en llanto inconsolable. Entre sollozos y voz resbaladiza me contó que el día antes lo habían despedido del trabajo; desde entonces vagaba de bar en bar sin saber cómo reconducir su vida y afrontar los pagos de la moto y del piso, de los que meses antes había pagado la entrada.
Imagen ©MichaelGaida, libre de derechos, tomada de Everypixel free. |
Luego se quedó dormido, y mientras yo cavilando cómo podría ayudarlo, y así amanecimos. No quise despertarlo porque dormía como si no hubiera un mañana y quería evitarle su baño de realidad.
Me acordé de Macarena, amiga de siempre y algo más, que dirigía una empresa familiar de portes rápidos a domicilio. Por teléfono quedamos a la entrada de su negocio y al despedirnos respiré con un soplo de esperanza.
Desperté a Pablo con un café calentito y una sonrisa. Me pareció más envejecido que nunca, incluso con la entrada del pelo más notoria.
-¿De qué te ríes, gilipollas? ¡Estoy yo para risitas! -me escupió en la cara a modo de buenos días-.
- ¡Yo también te quiero!. ¡Porque somos amigos que si no te iba a aguantar tu abuela! -le respondí-, ¡vamos!, arréglate un poco que hemos quedado con Macarena.
Me miró sin verme y respondió con un cordial ¡vete al carajo!.
Dos horas más tarde me dijo mil veces gracias y lo siento dos mil. Macarena y su oferta de trabajo lo habían devuelto a la vida con una entrada triunfal.
©María José Gómez Fernández para la convocatoria #relatosEntrada de @divagacionistas de 23 de diciembre, 2019.
Aquí se puede leer la recopilación de #relatosEntrada de @divagacionistas.
martes, 26 de noviembre de 2019
El Bicho
Aunque parezca contradictorio, era muy buen estudiante y bastante inteligente, pero lo desaproveché: cambié el sacrificio y el esfuerzo por la diversión y el "golferío"; no supe, o no quise compaginarlo todo y me desvié del camino correcto, no sé si por faltar mi madre desde muy pequeño, o por la actitud dictatorial de mi padre.
Aparqué los estudios; pasaba el día en la calle haciendo gamberradas, metido en peleas, llegaba magullado y sangrando a casa y se endurecía la cosa con castigos de mi padre al que robaba cigarrillos.
Mi primera experiencia con las drogas, el cannabis, fue a los 13-14 años: primero porros, luego pastillas; con 19 años acabé siendo un politoxicómano. En la época fuerte de la heroína me enganché al caballo hasta la médula destrozando mi vida y la de la gente que me quería. Me convertí en un ADVP intravenoso (Adicto a las Drogas Vía Parenteral).
Con 23 años, en 1989, tras innumerables intentos y recaídas, dejé la droga. Pero todos estos errores dejaron secuelas de por vida en mi organismo, el virus C. Este bicho empezó a actuar en mi hígado. Aunque ya no consumía cogía mis borracheritas los fines de semana... y el "bicho" seguía mordiéndome. Hace unos 12 años, sintiéndome muy jodido, me ingresaron en el hospital: cirrosis hepática. Dejé el alcohol, reduje mi consumo de grasas y me cuidé al máximo. Cambió mi forma de ver la vida y prioricé mi salud.
Tras años de ingresos, épocas malas y buenas, el año pasado me diagnosticaron cáncer de hígado, tres tumores. El mundo se me vino encima, comprobé que los errores de esta vida se pagan. He pasado un año de sufrimiento indescriptible, he llegado a verle las orejas al lobo, hasta la guadaña brillando frente a mis ojos.
Gracias a un DONANTE, que dejó su vida y me dio a mi una nueva, estoy aquí otra vez, con más fuerza que nunca, porque la vida es lo mas intenso que se puede sentir, con sus alegrías y sus tristezas, pero merece la pena.
Para #relatosEnfermedad de @divagacionistas noviembre 2019. ©María José Gómez Fernández.
Este es mi pequeño homenaje a un amigo que se fue demasiado pronto (2011). Con todo mi cariño hoy cumplo con la palabra que un día le di.
Para que otras personas no cayeran en los mismos errores que él, me dio permiso para usar sus palabras, aunque las he modificado un poquito. Murió seis meses después de escribir en una de sus redes sociales algo parecido a lo que habéis leído, y también a esto:
"Después de 16 días de la operación, me encuentro como cuando tenia 20 años; hacía muchísimo tiempo que no podía bailar, apenas moverme, y ahora soy un enérgico culo inquieto, tengo ganas de comerme el mundo y disfrutar de todo lo que me ha faltado durante muchos años, tengo muchas ideas, fuerza para no parar, ganas de amar, besar, disfrutar de vuestra compañía, pescar, tatuar, dibujar, cocinar, mis conciertos, teatro, espectáculos, aprender de la vida, que aún tiene mucho que ofrecer; estoy feliz, emocionado, mineralizado y vitaminizado, no se puede decir de otra forma.
HE VUELTO A NACER. SALUD A TODOS PARA TODA LA VIDA. OS QUIERO."