lunes, 25 de septiembre de 2023

La rueda que rueda sin fin

No das crédito al avance inexorable del tiempo; segundos, minutos, horas pasan como si fuera arena que cae en un reloj sin fondo, y ahí estás, con algunos retos superados a lo largo del día pero sin tregua, sin descanso, el cuerpo molido, las ganas a medias, y el saco de cosas pendientes muy lleno. A ciertas horas, ya de noche es una auténtica proeza poder llegar con los párpados entreabiertos, mirando casi sin ver, pero llegas, te duele hasta el aire que respiras, hasta el cabello que se cae --será porque es la época de la berenjena--, te duele tu nombre y te compadeces: pobre de mí, no sé ni cómo puedo. Recuerdas que por la tarde, revisando unos cajones encontraste un lorazepam de cuando te operaron hace unos meses, y hasta le das vueltas a la idea de tragarlo con agua para relajarte, pero lo piensas una segunda vez y lo descartas, realmente solo necesito tumbarme, escuchar el sonido de estática del silencio, cerrar los ojos, no pensar, olvidar cualquier conato de problema, no olfatear siquiera, sentir que vas perdiendo peso, que te alejas hasta del colchón que te soporta, solo eso, nada más y nada menos. En la calle la actividad y los ruidos van disminuyendo. La gente debe andar en retirada, la gente igual que tú, sembrada de estrés, cosas pendientes, carreras, angustias, miedos, carencias, dolor; la gente corriente que comparte su inquietud con la gente "no corriente", que también lo pasa mal, aunque puede que les respalde su mejor posición, influencia, dinero.
No sabes en qué preciso instante te dormiste, pero eres consciente cuando el despertador empieza a bramar en las últimas penumbras antes de que el alba tiña el cielo de los colores más hermosos junto con los del atardecer. Extiendes la mano para aplastar el timbre insistente que te avisa para que muevas las caderas, el pie, la tibia y el peroné, pero no para bailar en la pista como dice la canción, sino para bailar en la vida el nuevo día. Abres los ojos, pequeñitos al principio, y oteas con desconfianza a tu alrededor. Sabes que hay que salir a comerse el mundo pero te falta tener hambre, aunque eso ni lo digas, que nadie lo sepa, comerás sin ganas; un día más demostrarás a tu entorno que eres capaz de sobrevivir a las adversidades con las que te ha tocado lidiar.

©Aji ~ ©María José Gómez Fernández

Mi contribución a #relatosSobrevivir de @divagacionistas.

lunes, 18 de septiembre de 2023

PARIDAD

El pasado día 15 de septiembre tuvo lugar la convocatoria mensual de @hypatiacafe a sus #polivulgadores para que escribieran sobre #PVobstáculos.
Iba realmente mal de tiempo y en esta ocasión opté por utilizar una de las formas permitidas, un tuit, con la intención de luego pasarlo al blog. Mi aportación fue este modesto #sciku:

PARIDAD Techo de cristal: el mayor obstáculo mujer y ciencia

©Aji ~ ©María José Gómez Fernández



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