sábado, 10 de octubre de 2020

Alma de piedra. N.N. – Día 210, 10 de octubre

Esta mañana me he topado con la XXIII Edición Jim Thompson 1280 Almas, concurso que propone David Rubio en El Tintero de Oro, y para quitarme un poco de la caspa que me abruma y me satura he decidido participar, a ver si así, pensando en otras cosas, consigo remontar este momento que me está sobrepasando y que ya me va durando casi una semana.

Les dejo con mi relato esperando que mi psicópata esté a la altura, y que os guste.

ALMA DE PIEDRA

Hace una semana que empecé a trabajar en la biblioteca para cubrir una sustitución por enfermedad. Espero que dure mucho la enfermedad de esa persona que ni conozco ni quiero conocer; me importa tres pares de cojones. Está bien que me hayan llamado porque esta mierda de trabajo me dejará algo más de dinero al mes, aunque no pienso dejar de hacer las otras dos cosas que hago para ganar un poco de pasta.

Ya ni me acordaba de que estaba en una bolsa de interinos, y mira tú por dónde sonó el teléfono y allí me planté a firmar el contrato. El trabajo tiene alguna pequeña dificultad pero es bastante llevadero, y más en la situación extraña sobrevenida por este puto virus. Si viene menos gente a la biblioteca, mejor que mejor, porque así puedo seguir escribiendo los relatos pornos para la web de citas. Me la pela si hay blandengues que entran y leen, que entran y conciertan una cita con una de las putas; me la pela que acudan a la cita, que la puta o el cliente se contagien del virus o de cualquier otra enfermedad; me la pela, solo me importa que me paguen por los relatos. Hay quien los lee y pone comentarios, y me gusta contestarlos con desdén, como si los que comentan fueran insignificantes -para mí lo son-, desde mi posición dominante. Así que todo el tiempo que pueda me dedicaré a esto desde la biblioteca; no voy a volverme melindroso y a pensar en el dinero público y en malgastar las horas de trabajo de la administración en temas personales porque, es que me importa un carajo la administración, los usuarios y el dinero público; lo que me importa es que me paguen. Antes tenían que haberme llamado para otra sustitución, así que ahora voy a hacer lo que me salga de los huevos para resarcirme de todo el tiempo que llevo esperando este contrato. No se va a enterar ni Dios, porque aquí cada uno hace lo que le da la real gana. La cuarentona que trabaja en mi turno y me ha enseñado todo lo que tengo que hacer es una lameculos y una trepa que parece que hace mucho pero que luego no hace casi nada, y el jefe, ese está tan enredado con sus cosas que ni se fija en mí ni en lo que hago, solo me ve como alguien que cubre un hueco que hacía falta cubrir y como no sabe cuánto estaré no se atreve a darme más tareas, así que mejor, yo a lo mío. Por la tarde viene poca gente a la biblioteca pero ya he podido tirarle los tejos a alguna estudiante, poniéndole ojitos, haciéndome el interesante, y si alguna cae y me echo un buen rato eso que me llevo, lo demás me da igual.

Cuando salgo de la biblioteca a las 9 de la noche, aún voy bien para ir al otro trabajo que tengo, casual y en continuo cambio, y ahora más. Pongo esa cara y esa disposición de bueno y me dedico a cuidar viejos por horas, sí, abuelos y abuelas que no pueden quedarse solos mientras sus familiares tienen que trabajar de noche o atender otros asuntos. Es fácil, no hago mucho caso a los viejos, lo justo para que coman y se queden en la cama dormidos la mayor parte del tiempo, sin dar mucho por culo, y así yo también duermo, que es lo que necesito. A las 8 de la mañana llega el relevo, y con suerte, los viejos aún duermen porque si lo toleran les doy una mínima dosis de relajante muscular, así que mi relevo es quien se encarga de bregar a tope con ellos; yo, mientras vayan durando me vale, y si no, pues a buscar otro cliente nuevo.

Anoche recibí una llamada de mi ex-mujer. No sé cómo aún tiene agallas ni ganas de llamarme con todo lo que ya ha sufrido por mi culpa -según dice ella misma-. No se puede ser más tonta, que si el niño, que si mi madre, que si no tengo corazón... Pues no, no tengo nada, y para ella menos; solo tengo para mí, para el resto del mundo no me importa nada. Le he dicho que se busque la vida y deje de molestarme si no quiere pasar los días y las noches llorando por cada cosa que le hago. La última vez que me quedé con mi hijo me lo llevé de pubs -eso fue antes del confinamiento-, y como no me di cuenta, le dio un sorbo a un cubata y se quedó dormido entre las tetas de la medio amiga striper que me acompañaba esa noche. El niño se cogió la primera cogorza de su vida, y en vez de agradecer que lo hiciera con su padre, la madre puso el grito en el cielo. Ahora quiere que le vuelva a pagar manutención porque se ha enterado de que tengo el contrato de la biblioteca. ¡Que le den! ¡Que me demande! Mientras resuelven y no, igual ya no tengo trabajo con nómina, y luego, con no pagarle ya estará todo arreglado ¡No pienso dar un céntimo de los míos a nadie, y a ella menos, que para eso es mi dinero! Nunca me gustó que intentaran quitarme mis cosas. ¡Que vaya a llorar al río, me da igual!

©María José Gómez Fernández

viernes, 9 de octubre de 2020

Rumores humanos. N.N. – Día 209, 9 de octubre

Egoísmo, intereses, necedades,
rumores ruidosos que corren
vida arriba, río abajo,
ingredientes que no dan tregua
a otros ingredientes constructivos
que pueden quedar solapados,
como la colectividad y solidaridad,
rumores en positivo que corren
con menos ruido,
vida arriba, río abajo.

Los rumores hablan claro,
pon la oreja para oírlos,
pon la intención para combatirlos
porque si nada cambia,
por los rumores humanos
nos iremos al carajo,
río abajo, vida abajo...

©María José Gómez Fernández

jueves, 8 de octubre de 2020

Rumores humanos. N.N. – Día 208, 8 de octubre

Rumores de estupidez,
delirios de enfrentamientos,
ataques gratuitos
a quien piensa diferente,
lanzas, disparos, ofensas
queman el aire
que respiramos,
dejando poca o ninguna tregua
a los rumores sensatos.

©María José Gómez Fernández

miércoles, 7 de octubre de 2020

Rumores humanos. N.N. – Día 207, 7 de octubre

El rumor del agua
corre en su lecho
de río encauzado,
corriente que fluye
como fluyen los días
que van pasando,
encauzados,
con los rumores
que todos vamos
generando...

©María José Gómez Fernández

Rumores humanos...

Una mínima muestra de lo que llevo dentro...
Todos tenemos momentos en los que nos sentimos extraños y saturados, superados por el aislamiento, las ausencias, el exceso de obligaciones, la estupidez de los otros, la insensatez humana, la intensidad y frenesí de lo que nos rodea...
Pero poco a poco volvemos a encauzarnos... o eso espero...
Ya me ha pasado más veces...

martes, 6 de octubre de 2020

Hay esperanza. N.N. – Día 206, 6 de octubre

Hay tantos que pueden decir que les duele hasta la MÉDULA todo el daño causado por la pandemia, toda la incongruencia de los políticos, toda la hecatombe en la salud, en la economía, en el futuro de nuestros HIJOS.
Hay tantos que detestan este virus invisible que eligió un modo de transmisión AÉREO, tantos que son responsables y se cuidan, aún al límite de su paciencia.
Llegan las lágrimas por los muertos hasta la orilla de la PLAYA y se confunden con el mar.
La llegada de la vacuna será el PUENTE que nos permita convivir con la nueva enfermedad.

©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

Publicado en Cinco PalabrasRELATO DEL MES DE OCTUBRE (II): MARIO MURGUEITIO, PRESIDENTE DE FANAC EN QUITO, ECUADOR

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