jueves, 7 de julio de 2011

Dulce locura

Dedícame tu mirada,
y por un instante
detén tus ojos en mi boca,
que quiero sentirlos besándola.

Abraza mi sonrisa
y desliza tu cuerpo
con caricias que descubran
mis emociones.

Se abrirá el abanico de mis sentimientos
y entraré en una batalla contigo,
y los dos seremos vencedores
y a la vez los dos seremos vencidos.
De: fotowho.net/tokano (google images: filtro estricto)
Háblame:
un susurro se hará conmigo,
devorará como un virus mi voluntad,
seré para ti de nuevo,
resurgirá el vivo deseo
que reposa adormecido.
Me revolveré en gemidos
pero no de lamento,
continuando la lucha encarnizada,
los dedos locos por rozar,
pulsaciones que aumentan,
sangre agolpada,
oteo tu ternura y tus ansias,
subida en lo más alto,
reina de mi reino
con mi cetro entre las manos,
hundo el mástil en mi barco,
galopada salvaje,
travesía sin tregua,
éxtasis derramado de tu fuego
y de mi excitación intensa irrefrenable.

Cuando volvamos a encontrarnos,
pídeme que te dedique mi mirada,
y que por un instante
detenga mis ojos en tu boca,
que quiere sentirlos besándola,
dime sin palabras que te abrace,
que quieres sentirme en tu espalda,
secuestra mi voluntad,
invade mis territorios,
libremos otra batalla...
vencedores y vencidos...
reina de mi reino...
travesía sin tregua...
...
de mi mano cogido, duermes...
enemigo y aliado...
nos aguardan más batallas...

miércoles, 6 de julio de 2011

Serenata

Tomada por Marcos Vázquez Vidal,
La Lanzada (O Grove, Pontevedra),
2005
Cuando el desvelo se instala
en el filo de la noche
haciendo equilibrios insensatos
por no desvanecerse...

Cuando se asoma al fondo
del silente nocturno
susurro de aire acondicionado
con su hálito caliente...

Mana el sudor sin piedad,
del centro árido,
corre frente abajo
hasta ser detenido en su corriente
por el dorso de la mano.

Y mientras...
la espuma rompiente de una ola
se figura, caprichosa,
sobre húmeda arena fina
que tumbada observa absorta
el claro de luna poniente,
resfresca la noche un alud,
que no de nieve,
y sí de agua marina
que se entretiene,
en tanto va y viene,
lamiendo la orilla
de la frente candente
y llevando mar adentro
austero calor,
pájaros negros,
espinos crecidos
entre maleza.
...
...
Al Sur se va con un vuelo
que despega a todas horas
desde el deseo,
haya levante o poniente

martes, 5 de julio de 2011

Verano interminable

Tomada por Marcos Vázquez Vidal,
Cádiz 2004
Retorcida
entre las horas de la noche
y alentada
por el hastío al estío,
escucha pasar el silencio lento
de los coches,
del neón,
del led incipiente,
de alguna discusión
entre escasos transeúntes,
que nutren de vida
el asfalto aún caliente.

No puede conciliar el sueño
el gato azul de las pesadillas,
ni la ingrata madurez
que aporrea los años
persiguiendo sus talones,
mordiendo con varices
las pantorrillas.

Engalanada de ojeras,
con el cansancio a cuestas
afronta el amanecer,
casi desde su nacimiento.
Sin fuerzas, sin ganas,
desmotivada
por el maltrato
que a diario
la vida le depara,
levanta el cuerpo de la cama,
lo lleva hasta la ducha,
lo inyecta con café cargado,
con buenas intenciones,
lo viste con engaños,
con esperanzas y argucias,
lo tapa con algún trapo
y lo saca reventando
a que enfrente el día.

Mientras,
se enroscan las apariencias,
se disparan las excusas,
se enumeran negativas,
se divisan las mentiras,
la vida sigue, quería decir,
y sube la temperatura
haciendo más insoportable
la levedad del aire,
vulnerable como la sensibilidad
herida
de un amante.
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