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lunes, 21 de mayo de 2018

El post intrigante

No creyó que al enfrentarse a la página en blanco pudiera sentir de nuevo el bloqueo, pero así fue. ¿Aquello era el fin o tan solo algo puntual?. Pero estaba ocurriendo y ¡no le hacía ninguna gracia!. Sentía miedo, por no saber si podría escribir más. Le venían ideas que era incapaz de trasladar en armonía al espacio en blanco a conquistar, expresadas por caracteres que fueran emborronando, con un sentido, un mensaje que transmitir. Lo peor de todo era que lo que había escrito la noche antes parecía haberse perdido en un limbo de bits. ¿Qué había pasado en el blog para que ahora no pudiera ver las líneas que con tanto esfuerzo llenó anoche?. ¡Esto era cosa de meigas, de fantasmas, seguro...! En realidad, la noche antes había rescatado un escrito de años atrás, y lo había copiado en el blog, pero ahora no aparecía, y le daba rabia, porque trataba del bloqueo de la creatividad. Como por arte de magia, las palabras comenzaron a surgir, cuando accidentalmente pasó el ratón sobre el lugar donde no parecía haber nada escrito. Si estás leyendo esto, prueba a ver qué pasa, porque parece que el post estuviera poseído por fantasmas.

Es curioso que a veces cuando me siento, dispuesta a escribir, a desahogar mi interior, me quedo durante un buen rato en blanco. Claro está, que también debo estar tranquila, saber que nadie me va a requerir, estar alerta de cualquier cosa que suceda en la casa mientras intento poner los dedos en el teclado, la mente en mi interior y las palabras en su sitio. Me quedo como colapsada, sin desplazar los dedos por las teclas, sin que fluyan ideas ni palabras. Y me invade el caos, por ser incapaz de expresar lo que hasta unos instantes antes creía haber tenido tan claro y pienso que estoy haciendo el tonto, queriendo ser un ensayo de fantasma de escritora. Lo primero es sacar lo que llevo dentro, contarlo. Solo vaciando mi interior seré capaz de ir inventando historias, bonitas o feas, que retraten o no la realidad, la superen, la ficcionen, la fraccionen, que elucubren sobre ella; historias que me permitan desarrollar mi creatividad, si es que existe, que supongo que sí. Pero lo importante es sacar lo que hay dentro, para que no se produzca desbordamiento interior, que puede confundirse con impotencia, incapacidad, limitación, frustración. Comunicar, expresar, es vital.

Publicado por @María José Gómez Fernández para #relatosFantasmas de @divagacionistas en su convocatoria de mayo 2018.

sábado, 17 de marzo de 2018

¿Cortos o sobrados?

Falta creatividad, sobra mediocridad.

Como diría Germán Coppini: "malos tiempos para la lírica".

©pxhere, libre de derechos

©María José Gómez Fernández

jueves, 15 de septiembre de 2011

Creo en la web

Desde que iniciamos nuestro webaje con este blog hemos incorporado una serie de enlaces a otros blogs y a otros sitios que nos gustan especialmente.
Como resulta que no siempre se detiene uno a mirar las columnas izquierda o derecha que flanquean los posts, y para llamar la atención sobre ello, vamos a relacionar aquí esos enlaces, tal y como están al día de hoy, ya que cada uno de ellos tiene un valor especial para mí.
Son los enlaces que quedan comprendidos en los apartados BLOGS QUE ME ENWEBAN y SUGERENCIAS PARA ENWEBARTE.¡Que los disfrutéis!.


Blogs que me enweban

Sugerencias para enwebarte

lunes, 5 de septiembre de 2011

Tubo de ensayo


Un montón de ideas, de palabras revolotean por su mente, se acercan, se alejan, no se dejan atrapar para quedarse en un papel, en orden, expresando sentimientos, contando historias, haciendo reir o llorar, desahogando el espíritu. Las ideas y las palabras que las representan pueden comportarse en ocasiones como estrellas fugaces, como una lluvia de estrellas en las noches de agosto, bellas y huidizas, refulgentes por sí mismas, ágiles, inquietas, casi entrechocándose en su deambular, como si no soportaran el calor estival.
Hay que permitir que las ideas y sus palabras se comporten de forma natural, pero se agradece que a veces se detengan un poco en su agitada carrera y se dejen atrapar y se dejen dibujar. Es entonces cuando se dejan tocar, manosear si cabe, y se muestran generosas, ricas, caprichosas. Hay que permitir que las palabras se comporten de forma natural, como todo en la vida, sólo así serán auténticas cuando las encontremos en un poema, en una historia.
Pero es duro observar cómo pasan por delante de las narices, burlonas, porque en esas ocasiones, se agolpan las ideas sin poderse ordenar en fila, como los niños en el patio del colegio para entrar en la clase tras el descanso del recreo. En esas ocasiones uno se queda como mudo y manco, impotente para expresar todo el potencial que le brota de su corazón, a punto de estallar por guardar silencio.
Para romper el hielo no se puede hacer nada porque hay que esperar a que las palabras abandonen su infantil juego del corre que te pillo. Y cuando finalmente se sientan a descansar, la boca habla por la mano que escribe. Las palabras toman orden y forma y se siente que el aire llena los pulmones e inunda el pecho, barriendo con su brisa la impotencia del silencio contenido.
Eso es lo que ocurre cuando se quiere contar toda una historia o muchas, de golpe, pero no se siente serenidad para asentar ideas, ordenarlas y darles forma con palabras. Éso también es lo que ocurre cuando finalmente se puede empezar a escribir; uno siente como si se fuera desahogando poco a poco, despacio, sin pensar, quedándose vacío momentáneamente, como el niño que llora, como el hombre que llora, desconsolado, hasta agotar sus lágrimas, hasta ahogarlas con un suspiro, al menos por esa vez, aunque la escena se vuelva a repetir una y otra vez, como las olas que vuelven a la orilla para romper en la arena mojada de la playa, una y otra vez...
Cascada en el camino a Peñalba de Santiago (El Bierzo).
Tomada por: MVV (Agosto, 2007)

Las historias, las historias... Realmente todas las historias pueden ser semejantes, tienen argumentos similares. La diferencia estriba en cómo las viven las diferentes personas, en cómo las cuentan los diferentes narradores. Las historias son partes de la vida misma y en la vida de las personas los móviles y los hechos y las consecuencias se repiten una y otra vez. La vida no tiene nada nuevo, todo se vuelve a producir como en una noria de feria que gira; lo nuevo viene aportado por las peculiaridades y las diferencias del que sube en cada cuna de la noria, o por los matices de percepción de cada uno de los viandantes que se detienen a observarla mientras gira y gira...

En Enwebada, en Micros
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