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miércoles, 23 de diciembre de 2020

Azul errante. N.N. – Día 284, 23 de diciembre

La chica de blanco la acompaña hasta el banco del gran jardín, se retira unos metros sin perderla de vista y se sienta en el banco de al lado. Para Sabela este es el momento más feliz y auténtico del día. La brisa le roza la piel, no importa si hace frío o calor, es un privilegio sentirse al aire libre, sentirse libre. Sus ojos, ahora un poco hundidos por la edad, acicalados por escasas y elegantes arrugas, realzan su color gris azulado cuando miran hacia el cielo, ya esté nublado o azul radiante, y sonríen cuando las nubes pasan, cuando pasan los pajarillos revoloteando de rama en rama. Sus ojos pueden ver el mar que no está, y sonríen aún más.

Lo mejor del día para Sabela son esos quince minutos en el banco del gran jardín de la residencia de ancianos donde entró por decisión propia, aunque ahora ya no tenga capacidad para determinar si desea continuar allí. Se diría que, salvo durante esos quince minutos diarios, Sabela siente que ese ya no es su sitio pero no lo dice, no es capaz de recordar cómo tiene que decirlo y solo asiente o niega con la cabeza, no se acuerda siquiera de qué quería decir, ni si tenía intención de decir algo. Pero sus ojos hablan por sí solos durante esos quince minutos. Miran, ven lo que está delante, pero ven más allá, lo que está lejos, lo que estuvo hace tiempo; ven todas las cosas que la hicieron vibrar hace años, muchos, aquel amor que nunca se terminó y que se mantuvo por carta y por teléfono después de darse por acabado o eso creyeron los dos; ve las caras sonrientes de sus hijos cuando tenían que darle buenas noticias, contarles sus pequeños logros y sus grandes éxitos; ve las manos de su madre acariciando su cara en diferentes etapas de su vida, cuando le transmitía su adhesión y su aprobación, su cariño incondicional; ve pasar cada instante en que amó, gozó, rio, bailó, bebió, corrió, triunfó, cantó... Ve aquella casa donde fue feliz durante tanto... Ve el mar, y el mar puede verse en sus ojos si alguien se detiene delante de ellos, las olas rompiendo suaves en la orilla llena de piedrecitas y sus pisadas casi borradas cuando el agua se bate en retirada. Ve el mar, y hasta se huele el mar si te sientas al lado de Sabela... Y ve todo azul y sus ojos cobran un color azulado más intenso, y hasta una lágrima de felicidad y nostalgia escapa por ellos.

--Sabela, ¿está llorando? -se preocupa la chica vestida de blanco-.

Sabela niega con su cabeza y la mira suplicante, queriendo hacerse entender.

--No son lágrimas, no, Sabela... -dice la chica de blanco agachándose y situando su mirada justo frente a sus ojos-.

Y Sabela asiente y sonríe mientras la lágrima baja por su mejilla. La chica de blanco la besa en la frente con una ternura palpable, y luego le susurra al oído:

--Es una ola rompiendo y el mar que se escapa por tus ojos, los más bonitos que nunca vi, con ese color de azul errante...

Y Sabela asiente y sonríe de nuevo mientras enfilan el camino de vuelta al edificio principal de la residencia.

©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

martes, 22 de diciembre de 2020

La última función. N.N. – Día 283, 22 de diciembre

Es un privilegio poder ver el MAR desde mi terraza. El olor a salitre, el vaivén de las olas, su romper sereno en la orilla, su espuma blanca… Siento que puedo VOLAR, muy muy alto, como si fuera inmortal, como si no tuviera edad ni sexo.
Ahora vendrá Dinora a darme el masaje diario en los PIES con esa CREMA fabulosa con olor penetrante a aloe vera.
Repasaremos juntas mi papel en la que será mi INTERPRETACIÓN de la última obra de teatro en la que actuaré. Después podré disfrutar de mi jubilación, con el azul inmenso ante mis ojos.

domingo, 20 de diciembre de 2020

Las reflexiones de Rosa. N.N. – Día 281, 20 de diciembre

De nuevo, y como siempre, has dado en el clavo con tu artículo, Rosa.

Las tremendas noticias de muertes de ancianos en residencias que no dejaban de sucederse en los primeros tiempos del confinamiento en España, llevaban los ánimos al subsuelo, te hacían cuestionarte en qué estábamos fallando como sociedad, qué valor le dábamos a nuestros mayores, si realmente convenía a algún interés macabro que se produjeran esas muertes en masa, y tantos otros interrogantes...

Ahora tampoco dejan de sucederse estas noticias -un poquito menos-, aunque han descendido sustancialmente las cifras de los mayores fallecidos por el virus maldito, en soledad, en residencias, algunos, con mayor suerte, arropados por personas generosas que los han acompañado y acunado como si fueran su propia familia.

Es muy triste, mucho. Nos hace ponernos el dedo en la muñeca y tomarnos el pulso como sociedad, como gestores, como políticos, pero sobre todo, como seres humanos. No podemos tolerar que esto vuelva a ocurrir. Y que nadie diga que no tenía ni idea de que en las residencias de mayores -no en todas- se registraban irregularidades, porque no faltan noticias de tiempo atrás, recogidas en prensa y otros medios, que avalan diversos hechos que ponen el vello de punta. Así que no, no podemos tolerar que esto ocurra de nuevo, ni nada similar. Nuestros mayores no son trastos, ni restos inútiles, ni cosas que se arrumban en el trastero en el que parecen haberse convertido muchas residencias que, sin embargo, cobran bien su mensualidad de la pensión del cliente, que para eso sí que son tenidos en consideración como las personas que son, para que les cobren su mensualidad.

Nuestros mayores son el pasado, la historia, nuestro pasado, nuestra historia, tienen pasión y dolor en cada pliegue y en cada arruga, tienen ternura en la mirada, tienen sentimientos a flor de piel, tienen un inmenso amor que dar, tienen interesantísimos relatos que contar, han vivido experiencias que hoy solo podemos conocer por libros, y ni siquiera eso; han contribuido a construir la vida, la economía y la sociedad que hoy continuamos, y tenemos que aprender de una buena vez a darles su sitio de honor, y nuestro agradecimiento, y dejar de llevarnos por influencias de una sociedad de consumo capitalista absurda en la que todo es sustituible en cuanto tiene el más mínimo rasguño o envejece. Pero esto no es nada nuevo, viene pasando hace años, ya lo decía Serrat en su canción "A quien corresponda", que "a los viejos se les aparta después de habernos servido bien", y sí, definitivamente hay que terminar con esto. Nada de apartar, hay que darles su sitio, hay que darles los cuidados que requieren -como ellos los dieron a sus hijos, sobrinos, nietos, vecinos-, hay que respetarlos, porque son personas, personas mayores, pero personas como el resto de personas que conforman esta, a veces, estúpida, egoísta e incoherente sociedad.

©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

sábado, 19 de diciembre de 2020

En Cuentos Con Rosa, una opción de regalo excepcional. N.N. – Día 280, 19 de diciembre

Sus dos volúmenes, indisociables, Carmín y Chocolate: Historias de dos personajes, harán posible un viaje fantástico al lector, un viaje por multitud de situaciones, sentimientos, puntos de vista, emociones, que, partiendo de una misma descripción para dos personajes, vuelan desde cada pluma de los 168 escritores que ejecutan cada historia.
Así que este es un buen regalo, para estas fechas o cualquier otra, porque no te puedes perder estos relatos, no puedes privar a otros de la emoción de sus páginas, prologadas por Rosa Montero, publicadas por Editorial Literálika y con beneficios que irán destinados a Acnur.

No, no lo pienses, hazlo, pide las obras a través de Amazon (en papel o digital).

Imagen cedida por Editorial Literálika

©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

miércoles, 16 de diciembre de 2020

Para Ana, con todo mi cariño. N.N. – Día 277, 16 de diciembre

Te imagino mirando por la ventanilla del coche viajando hacia la costa, pensando…
-Imposible superar la sublime BELLEZA del cielo estrellado, bueno sí, solo una buena imagen del COSMOS, pero eso se ve en vídeos, en revistas.
-Por qué, sí, lo sé, la muerte es parte de la vida. Qué queda cuando morimos. ¿Dejamos de ser materia y pasamos a ser ANTIMATERIA?

Los ojos se encharcan en lágrimas. No quieres pensar, hablar, escribir. Todo es confuso, doloroso, incluso este último viaje fúnebre para dar sepultura a tu madre.
Sientes un VACÍO que hiere. No queda NADA más que su recuerdo.

©María José Gómez Fernández con todo mi cariño para Ana.

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

Publicado en Cinco PalabrasRELATO DEL MES DE DICIEMBRE (III): CARMEN GARCÍA CALATAYUD, BIBLIOTECA NACIONAL DE ESPAÑA @BNE_BIBLIOTECA


domingo, 13 de diciembre de 2020

Las reflexiones de Rosa. N.N. – Día 274, 13 de diciembre

¡Muy bueno el artículo, Rosa! No se puede decir lo mismo de los gobiernos que se llenan la boca con palabras rimbombantes para tapar todos sus trapicheos o sus inacciones haciendo creer la mentira para cubrir la cruda realidad. Sin duda, hay una parte de la humanidad de la que me avergüenzo y otra que es digna de alabanza. Ya quisieran muchos pueblos tener la valentía y dignidad del pueblo saharaui. Y también ya es tiempo de que se les oiga, se les haga justicia y dejen de vivir en un limbo legal, con todo lo que conlleva. No se justifica nunca la violencia pero eso que se lo expliquen a otro que no lleve varias décadas aguantando y pidiendo con paciencia.

©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

sábado, 12 de diciembre de 2020

Sutil enemigo de halo amarillento. N.N. – Día 273, 12 de diciembre

Tu humo se acomoda en el ambiente,
impregnándolo todo de olor
y color amarillento;
insano, letal tabaco,
poco a poco vas
aniquilando células
mientras te haces imprescindible,
creas dependencia.

Otros muchos y yo
luchamos por desprendernos
de ti, de tus garras,
sutil enemigo
de halo amarillento,
en una larga brega,
y aunque no te des cuenta
-aunque no lo parezca-,
vas perdiendo las batallas
para que al final yo gane la guerra.

©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

viernes, 11 de diciembre de 2020

Esto que parece un tiempo muerto. N.N. – Día 272, 11 de diciembre

Hoy la vida nos regala
tiempo para detenernos
en las pequeñas cosas
que a diario nos rodean
y casi no vemos.

Hoy la vida nos regala
tiempo para pensarnos,
analizarnos, ser mejores,
para disfrutar de nosotros
y de los nuestros.

Esto que parece un tiempo muerto
es un regalo de la vida
para dejar de correr,
sentirnos y reconocernos.

María José Gómez Fernández

Originalmente publicado en El Doblao del Arte.

jueves, 10 de diciembre de 2020

Tiempo de distanciamiento. N.N. – Día 271, 10 de diciembre

Doscientos setenta y un días han transcurrido desde el que se inició la primera ronda de confinamiento en España. Fue la más dura de todas las habidas después y la que más nos impactó por lo insólito de la situación, lo imponente que se nos hacía todo, lo extraños que nos sentíamos, lo inhumano de tantas soledades y muertes en soledad.

Ninguno de nosotros somos causantes de los hechos que desencadenaron aquellas y estas medidas pero en todo momento sí que somos responsables de evitar que los contagios se sigan multiplicando. Y aunque las soluciones están cerca no debemos bajar la guardia y relajar nuestras costumbres.

Nos ha tocado vivir un tiempo de distanciamiento, pero es posible amar en la distancia y también demostrar los afectos.

©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

miércoles, 9 de diciembre de 2020

Los de arriba. N.N. – Día 270, 9 de diciembre

¡Ay, los de arriba!
Eso de estar por arriba hay quien se lo tiene muy creído. Muy creído y muy mal empleado porque son bastantes los que, asentados, en su parcela de poder la usan como base experimental de clientelismos y sectarismos, y hasta parecen disfrutar moviendo sus piezas en el tablero y viendo que perjudican a otros, pero eso, eso no importa, porque lo que de verdad les importa es que nadie ponga en peligro su parcela de poder, ni la invada; y si se sienten mínimamente invadidos atacan con sus armas al alcance, saltándose reglamentos y normativas impunemente para defenderse de cualquiera que pueda aletear y mover su torre de naipes construida sobre la ineptitud y la toxicidad.

©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

lunes, 7 de diciembre de 2020

Tú eres más. N.N. – Día 268, 7 de diciembre

Me acompañan tus pasos en los que doy. Vienes conmigo delante, detrás o a mi lado. Nadie puede verte. Nadie lo sabe si yo no lo digo, y aunque lo diga no pueden creerme.

Vas conmigo a todas partes y solo yo puedo sentirlo. Nadie te deja paso por la calle porque no te ve. Nadie replica tu discurso porque no te oye.

Nadie son todos los demás y, al mismo tiempo, nadie es ninguna persona. Así que el resto no es nada y eso es infinitamente menos que tú, que me acompañas al caminar, que me hablas y luego callas, a pesar de que no te oyen ni te ven los demás, que son nadie.

©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

miércoles, 2 de diciembre de 2020

Han pasado muchos días. N.N. – Día 263, 2 de diciembre

Escribo esto el 11 de diciembre.
Han pasado muchos días desde el último que escribí algo aquí.
No estoy enferma ni me ocurre nada malo, aunque es cierto que me encuentro muy muy cansada física, emocional y mentalmente.
Pido a mis seguidores que disculpen esta ausencia.
También pido disculpas a los que sigo, porque me está resultando imposible leer sus estupendas entradas en los blogs.
Estoy enfrascada en la redacción de un documento para el trabajo; tendré que presentarlo en algún momento, cuando menos me lo espere, cuando salga la convocatoria para afianzar el puesto que estoy ocupando de forma provisional desde el mes de mayo.
Como es lógico necesito tiempo para hacer eso y claro está, como siempre ocurre con estas cosas, el tiempo lo robo de lo que más me gusta: escribir y leer.
Por todo esto estoy entrando muy muy poquito en mis redes sociales porque me entretengo mucho con cada interacción, con cada lectura, y volvemos al factor tiempo, sí, ese que ahora mismo es un lujo que no me puedo permitir derrochar ni siquiera en lo que más me guste o me entretenga.
Solo puedo daros las gracias por seguir ahí y saber disculparme si no interacciono como en otras ocasiones, cosa que volveré a hacer cuando este documento que redacto esté más completo y sienta que ya no requiere más que pinceladas finales.

Gracias y un saludo afectuoso.

©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

domingo, 29 de noviembre de 2020

Las reflexiones de Rosa. N.N. – Día 260, 29 de noviembre

Como siempre, un gustazo leerte, Rosa.

El tiempo, ese bichito inquieto... A veces nos sobra, tantas otras nos falta, pero todo es cuestión de nuestra percepción, en la que por supuesto influye el entorno, los acontecimientos, nuestras vivencias, anhelos, planes.

Y hablando de planes, ¿por qué no hacerlos para 2021? Es cierto que si lo pensamos dos veces se nos quitan las ganas ya que pueden desmoronarse como un castillo de naipes, pero aún así debemos hacerlos, o al menos, contemplarlos en nuestro horizonte, y si podemos verlos cumplidos mejor, pero si no es así, habrá sido por algo, y tendremos que analizar si ese algo lo mereció.

Sin duda es mejor vivir el día a día, degustarlo, exprimir los minutos y hacernos un zumo de tiempo, y beberlo. Hay que beberse el tiempo con sed y gana, atendiendo obligaciones y perdiéndonos en lo que nos da vida, esos placeres que a cada cual, según el momento, le motivan a vivir.

El tiempo es exacto, lo que varía es nuestra percepción del mismo. Siempre transcurre igual, segundo a segundo, pero somos nosotros los que pensamos que se detiene, que se ralentiza, o por el contrario, que vuela y no nos hemos dado ni cuenta de cómo ni cuándo pasó.

A pesar de todas las percepciones que podamos tener del tiempo, yo quiero pensar en positivo, sobre todo en lo referente a 2020, y decir como Manolo García en su canción: "Nunca el tiempo es perdido".

¡¡Un abrazo raluco!!

©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

sábado, 28 de noviembre de 2020

Antes de almorzar. N.N. – Día 259, 28 de noviembre

Hay días que me acuerdo mucho de una canción de los payasos de la tele, sí, Gabi, Fofó, Miliki..., esos. Cantaban diferentes canciones que se retenían con facilidad, y hay una, que se me viene continuamente a la cabeza, sobre todo en estos últimos días en los que el tiempo no me da para más, ni aunque lo estire. La canción se titula "Antes de almorzar" y habla de una niña que todos los días de la semana deseaba jugar un rato antes del almuerzo, pero cada vez que iba a hacerlo le surgía alguna obligación ineludible: el lunes tenía que lavar, el martes tenía que leer, el miércoles tenía que escribir, el jueves tenía que planchar, el viernes tenía que barrer, el sábado tenía que bailar y el domingo tenía que rezar.
Me acuerdo de la canción y la tarareo porque en algún punto me siento identificada con la niña, a la que envidio el martes, el miércoles y el sábado, pero con la que comparto las tareas que ella realiza el lunes, el jueves y el viernes, a las que debo sumar muchas más.
¡Ya te digo! Me identifico con esta niña que nunca podía jugar porque siempre tenía otras muchas cosas que hacer, y nadie las hacía por ella. A mí me pasa algo parecido porque últimamente cada vez que me quiero poner a leer y a escribir, siempre, siempre, tengo algo urgente que hacer, y entonces me acuerdo de la niña y de la canción de los payasos de la tele. Y me siento muy triste, porque leer y escribir me dan vida, pero en los últimos días me falta tiempo para todo, y me falta vida.

©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

viernes, 27 de noviembre de 2020

Incrustado. N.N. – Día 258, 27 de noviembre

Tardes frías.
Cielos de gruesas nubes grises.
Lluvia que apunta en el aire.
Soledad incrustada.
Un dolor en el alma se hace físico.
Y nadie se entera de nada...

Noches largas.
Sombras que pueblan la casa.
Las calles ya son como ríos.
Amor incrustado.
Un dolor muy adentro, se clava.
Y nadie se entera de nada...

©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

jueves, 26 de noviembre de 2020

Divagando. N.N. – Día 257, 26 de noviembre

Tinta que se queda impregnada en el papel, caracteres en la pantalla, en forma de letras conexas, que juntas son palabras y expresan, tienen fuerza, transmiten emociones que serán compartidas por los que las lean; letras, palabras, oraciones, frases, párrafos, páginas, capítulos...

©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

miércoles, 25 de noviembre de 2020

Pequeñas cosas. N.N. – Día 256, 25 de noviembre

Escribo pequeñas cosas, textos cortos, que no incompletos; cosas cortas como corto es el tiempo que puedo dedicar a pensarlas y a escribirlas.

©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

martes, 24 de noviembre de 2020

Las reflexiones de Irene. N.N. – Día 255, 24 de noviembre

Un placer leerte, Irene, es como un bello paseo cogida de una mano que te guía segura.

"Somos el pasado de ese porvenir, y todavía estamos a tiempo de impedir que los desastres arruinen el mundo".

Un punto de esperanza y de reflexión: el futuro siempre está en nuestras manos, para bien, pero lógicamente también para mal.

¡Saludos!

©María José Gómez Fernández

Originalmente publicado en El Doblao del Arte.

lunes, 23 de noviembre de 2020

Las reflexiones de Rosa. N.N. – Día 254, 23 de noviembre

¡¡Muy bueno, Rosa!!

La masa apaleada, desposeída, perdida puede tirar por el camino equivocado -para ellos no, que están cegados-, el de seguir al payaso, al loco, al impresentable, al que despotrica y destripa impunemente, que posiblemente tiene en su haber un registro de desprecios y humillaciones que proyecta de esa forma para hacerse fuerte, cuando en realidad es una persona tóxica. Pero la masa desprotegida ve en ellos el carisma del líder que aplicará la justicia y pondrá cada cosa en su lugar.Esos locos con poder y un historial y un pasado de pena son los más peligrosos para llevar el gobierno de un país, porque como bien dices, han llegado a cometer atrocidades.En este país nuestro de cada día también lo intentan, van poquito a poquito subiendo escalones, con su correspondiente masa exaltada tras ellos; solo espero que se tropiecen en un escalón, se den en la boca y se les quite la gana de seguir adelante. Es para preocuparse cómo evolucionarán en los próximos años. Ojalá les corten la escalera o se tropiecen y desistan.

¡Un abrazo!


©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

domingo, 22 de noviembre de 2020

¡Menudo sarao!. N.N. – Día 253, 22 de noviembre

Cuando él se comportaba de forma insolente, ella le decía que ya empezaba con la FARRUCA, ignorando él que se lo refería por el origen galaico-asturiano de la copla, tan cercano a su tierra de procedencia.
A su altanería e insolencia ella respondía con MINERAS y CANASTERAS, sacando todo su NERVIO, tanto, que hasta se le hinchaba una vena en el cuello, vaya, como si realmente estuviera cantando flamenco, pero claro está, sin cantar, solo vociferando, y moviendo a la par todo su cuerpo, que lo hacía hasta con ritmo, como una MULATA bailando salsa.
¡Menudas broncas y menudo sarao!

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