Te alcanzó de lleno,
como una ráfaga de viento,
el haz de luz de un cometa,
la explosión en las manos.
como una ráfaga de viento,
el haz de luz de un cometa,
la explosión en las manos.
Te rasgó el sentido,
resquebrajado quedó,
en trozos innumerables
por un hilo unidos.
resquebrajado quedó,
en trozos innumerables
por un hilo unidos.
Te robó las horas,
el tiempo perdido
por quien no lo mereció
ni el suyo entregó.
el tiempo perdido
por quien no lo mereció
ni el suyo entregó.
Te humilló por gusto
de transmitir desprecio,
como escudo para tapar
su nula calidad humana.
de transmitir desprecio,
como escudo para tapar
su nula calidad humana.
Se alejó huyendo
de sí mismo, sin lograrlo.
Se acordó siempre
de lo que pudo haber sido.
de sí mismo, sin lograrlo.
Se acordó siempre
de lo que pudo haber sido.
Le alcanzó de lleno,
le rasgó el sentido,
le robó las horas,
y se despreció a sí mismo.
le rasgó el sentido,
le robó las horas,
y se despreció a sí mismo.
Se alejó huyendo
de su egoísmo, se maldijo
por no poder volver,
ni tener lo que pudo haber sido.
de su egoísmo, se maldijo
por no poder volver,
ni tener lo que pudo haber sido.
No supo reconocer
que ya era tarde,
para proponerle retornar
con la segunda parte.
que ya era tarde,
para proponerle retornar
con la segunda parte.
©María José Gómez Fernández
Originalmente publicado en El Doblao del Arte.
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