Día 22, los dos patitos. Pasan las nubes en forma de borreguitos y juegan a tapar la luna, y mientras pasan sigo mirando y hasta me pongo a contarlas, como cuando cuentas en la cama para que te llegue el sueño antes y no termina de llegar. Parpadeo y sigo mirando a la luna fijamente, con esa luz que refleja, blanca, brillante. El aire fresco de la noche se empeña en acompañarme y quiere besar mi cara, pues que la bese. Oigo algún coche a lo lejos, sus ruedas rápidas pasar por una avenida cercana, por lo demás impera el silencio. Hace un rato varias motos de reparto de pizzas u otras comidas a domicilio también pasaron por delante de casa.
Y yo sigo con la luna. Mirando hacia el cielo caigo en la cuenta que hace días que no se oye un avión, el último no recuerdo, pero fue hace no mucho, y como tenía curiosidad consulté en el mismo instante FlightAware, una página de vuelos en vivo, y jugué a cazarlo: ¡sí, tenía que ser ese!, a esa hora solo había dos vuelos sobrevolando Andalucía y solo uno Sevilla, procedente de Barcelona con destino Tenerife, es lo que se veía en los detalles del vuelo.
¿Cómo se verá el planeta desde la luna? Me quedo pensando mientras miro y miro al cielo.
Es posible que se note una atmósfera más nítida. Es probable que se perciban las borrascas. Puede que se note menos contaminación lumínica. Y de pronto me dan ganas de gritar: ¡Ey!, ¿hay alguien ahí? ¡aquí estamos! S.O.S. ¡luchando contra un virus, confinados en casa!. Enmudecen mis intenciones porque, en honor a la verdad, no creo que nadie me oiga, salvo los vecinos, que saldrían a mirar preocupados por mis gritos.
Pero si pudiera claro que pediría ayuda, bastaría solo la sospecha de que alguien estuviera monitorizando La Tierra. Igual podrían ayudarnos... ¡Qué ingenua! Empecemos por ayudarnos nosotros mismos, respetando esta penitencia -y uso esta palabra por aquello de que ahora estamos en Semana Santa-, esta penitencia de permanecer en nuestras casas y la penitencia de los que tienen que salir para atender enfermos, solventar nuestra intendencia, limpiar nuestras ciudades y pueblos.
3.706 personas han recibido el alta hoy, están curados, y esto es una buena noticia.
Parece una frivolidad decirlo, pero en sí es un pequeño éxito porque hace ocho días que no podíamos decir que la cifra de fallecidos había sufrido un descenso: 674 personas han muerto hoy en España, descansen en paz.
Va por ellos, seguimos en la lucha, porque esto es cosa de todos.
#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa
©María José Gómez Fernández
Publicado originalmente en El Doblao del Arte.
Impresiones, Crítica, Poesía: Saciar emociones, soltar amarras, decir lo que pienso, expresar lo que parece, pisar el firme, derramar silencios...
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lunes, 6 de abril de 2020
Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 22, referido al 5 de abril, “Mirando la luna”
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