Busco en el crepúsculo la calma,
adormecida entre las primeras sombras
que se descuelgan caprichosas
y se enredan entre el aire y las cosas,
invadiendo rincones, avenidas y plazas.
adormecida entre las primeras sombras
que se descuelgan caprichosas
y se enredan entre el aire y las cosas,
invadiendo rincones, avenidas y plazas.
La calma, mientras miro al horizonte,
lejos, lo más que la vista alcanza,
en dirección suroeste, hacia el mar,
hacia mi madre y mi infancia,
y se empañan los cristales de mis gafas.
lejos, lo más que la vista alcanza,
en dirección suroeste, hacia el mar,
hacia mi madre y mi infancia,
y se empañan los cristales de mis gafas.
La calma, respirando el fresco aire
que envuelve los días y las noches,
circulando en grandes masas por La Tierra,
y al sentirlo sobre mi rostro y mi piel
me recuerda que la vida aguarda.
que envuelve los días y las noches,
circulando en grandes masas por La Tierra,
y al sentirlo sobre mi rostro y mi piel
me recuerda que la vida aguarda.
Busco la calma en las estrellas,
en las palabras amigas que abrazan,
en la dulce mirada de mis hijos,
que ve más allá de donde la mía alcanza
cuando busco la calma en la esperanza.
en las palabras amigas que abrazan,
en la dulce mirada de mis hijos,
que ve más allá de donde la mía alcanza
cuando busco la calma en la esperanza.
#YoMeQuedoEnCasa
©María José Gómez Fernández
Publicado originalmente en El Doblao del Arte.
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