jueves, 2 de abril de 2020

Confinamiento domiciliario #YoMeQuedoEnCasa – Día 18, referido al 1 de abril, “Al otro lado de la mesa”

Comienza abril de 2020, como si fuera cualquier otro mes, porque quién no tiene la noción del tiempo algo perdida. Si no fuera por los referentes que nos rodean: el calendario del móvil, el de la pared de la cocina -quien lo tenga-, el del ordenador, las noticias en televisión, en periódicos, la campaña de la Declaración de la Renta que hoy empieza...

Comienza abril y no he podido salir a oler el azahar de los naranjos, aunque me consolé pensando cómo olía el año pasado o cualquier otro año. Tampoco el sol acompañaba como merece este día, y sí una fina lluvia, que se colaba tímida, por las rendijas de los visillos. Los pajaritos volaban buscando resguardo, casi sin entonar sus cantos. El cielo hoy se congraciaba con el gris del asfalto, y mimético también se mostraba gris.

Abril comienza y no es posible disfrutarlo más allá del otro lado de la mesa, donde continúa la casa, junto al sofá, enfilando hacia la terraza. Al otro lado de la mesa hay más vida que merece la pena ser explorada y sentida. Los libros duermen en las estanterías del pasillo mientras el puchero cuece en la cocina y las camas se desperezan de su letargo nocturno para mostrarse frescas a la noche. De los grifos de la casa mana el agua cuando se acciona su apertura, y te sientes afortunado por disfrutar de esta comodidad, ¿qué sería de nosotros si los grifos y la canalización del agua no se hubiera inventado?. Igual ocurre con la luz. Al otro lado de la mesa hay un sinfín de posibilidades que observar, objetos que nos traen recuerdos, cacharros que ordenar, ropa que guarda instantes vividos, papeles que archivar, y más, y más, y todo son partículas de uno mismo, en las que hace tanto que no te detenías... y ahora lo haces, y hasta le encuentras un punto en el que poderlas degustar.

Al otro lado de la mesa está todo el resto de la vida: las cosas de cada uno, mis cosas, las puertas y ventanas, los confines de esta inmensidad que nos circunda y, a ratos nos aplasta, y sin embargo nos abraza y nos protege ofreciéndonos sensación de seguridad.

#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa


©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

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