Por fin viernes, primer viernes de confinamiento, primer día de la primavera. Viernes sin atascos para volver a casa después del trabajo, porque no había que volver a casa, ya estabas allí. Temperaturas más bajas, la lluvia y los cielos grises fueron protagonistas y testigos de calles despobladas de nuevo, de ventanas y balcones con bustos asomados, mirando el paisaje urbano con vida escasa, buscando complicidad en el aire, respuestas que no llegan, esperando que todo acabe pronto y bien.
Los aplausos de las 8 hoy fueron más apagados, puede que influyera la lluvia, puede que el desánimo también influyera.
Procuramos planificar las horas del día para no perder el rumbo, tan acostumbrados como estamos al trajín de ir y venir, con prisas, atascos, horarios al límite. Procuramos guardar minutos para intercambiar palabras escritas o habladas con los seres más queridos, algunos lejos, algunos mayores, algunos desempeñando trabajos en puestos ahora mismo de riesgo. Procuramos mantener con algún contacto una videollamada para ver a otras personas distintas de las de casa, como garante de que todo continúa aunque no podamos presenciarlo en persona.
Procuramos leer como método de ocio, escuchar música, alivio para el espíritu, bailar, flexionar el cuerpo, ejercitarlo un poco. Procuramos no perder la calma, no alterarnos. Procuramos estar al día de las noticias a través de algún medio de comunicación.
Buscamos tiempo para el trabajo en casa y para las tareas de casa. Buscamos aislarnos de nosotros mismos. Buscamos algún momento para soñar, para meditar.
Durante estos días vamos a reflexionar mucho sobre esta vivencia que nos ha tocado en prenda. Está claro que cambiará nuestro modo de afrontar la rutina, los quehaceres, la forma de relacionarnos, las prioridades que debemos establecer, la seguridad, la salud, valorar las pequeñas cosas que hasta hace unos días hacíamos como autómatas y ahora no podemos; cambiaremos en nuestras relaciones familiares, en unos casos para peor y en otros para mejor, y también cambiaremos en nuestras relaciones de amistad, escolares, académicas y laborales, en la importancia de asistir a nuestras clases, al trabajo, de tener y mantener un trabajo. Y reflexionaremos sobre muchas cosas más, y sobre más aún conforme vayan transcurriendo los días.
Nunca nos hemos visto en una como esta.
#YoMeQuedoEnCasa #QuédateEnCasa
©María José Gómez Fernández
Publicado originalmente en El Doblao del Arte.
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