A pesar de tanta normativa autonómica, institucional, empresarial, etc., etc. -parole ♫♪♫♪ parole ♪♫♪♫ parole ♪♫♪♫-, la incertidumbre reina en el ambiente. Hay aspectos que parecen estar bien cubiertos pero otros se tratan de una forma general, como por encima, y dejan la decisión última al buen entendimiento de cada cual o de la entidad o persona responsable.
Está claro lo de la distancia de seguridad y las medidas higiénicas pero faltan otras especificaciones. Basta leerse cualquier normativa autonómica al respecto. Eso sí, lo que falte por incluir, por regular, solo podrán echárselo en cara a ellos mismos, que la han redactado.
De todas formas, amén de normativas, en este país, lástima de país, mucha gente carece del sentido de responsabilidad social, individual, de civismo, de educación mínima, y de ahí el pillaje que predomina en los comportamientos, siempre queriendo saltarse la norma, buscar algún resquicio para burlar las restricciones. Durante todos los días del Estado de Alarma hemos podido ver algún ejemplo de alguien que se las ingeniaba para incumplir la normativa, la recomendación o lo que fuera, y poder seguir haciendo su santa voluntad. Ahora con la nueva normalidad también está ocurriendo lo mismo y hay quien se comporta como si nada hubiera ocurrido, como si fuera inmune a todo, como si el virus ya no fuera una amenaza, en muchos casos mortal, como si el virus nunca hubiera existido. ¿Qué virus?
Todo junto, normativas incompletas e individuos que las incumplen sistemáticamente, todo junto genera incertidumbre, y la incertidumbre a su vez, genera cautela y hasta miedo, al menos entre los que sí son responsables en su comportamiento y tienen conciencia de que vivimos en sociedad.
©María José Gómez Fernández
Publicado originalmente en El Doblao del Arte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario