martes, 12 de marzo de 2013

Llueve

Llueve sin parar, llueve sin piedad, desde hace días y noches. Llueve de pronto suave, como si rociara y al punto llueve con fuerza, como si diluviara. Tanta lluvia, tanto gris, tanto húmedo y frío que se siente, produce melancolía, aturde.
Si miras hacia algún sitio donde haya un fondo oscuro se ve cómo cae el agua.

De: http://talent.paperblog.com
El viento la enfurece más, la vuelve agresiva, golpea y como pequeños dardos hasta se clava al tocar la piel.
Es necesaria la lluvia pero tal como llueve hasta hace daño.
Una tregua se impone porque las tierras están anegadas, hay carreteras rotas, hay familias sin casa, sí más, y a éstas las desahució el agua. El agua es buena, es fuente de vida, pero también puede quitarla. Hay crecidas en los ríos, los pantanos alivian su peso, y todo va arrastrando cauce abajo haciendo aún mayor la masa de agua que avanza.

Y el frío y el viento... No queremos la sequía ni el calor excesivo pero tampoco queremos respirar agua y más agua. Ni en un extremo ni en el otro. Y llueve y llueve, y muchos pensamos "a ver si para, aunque sea unos días", que la tierra absorba y empape, que no contribuya a crear más miseria de la que ya hay por otros fenómenos que no son los meteorológicos. Ahora que está más que limpio el aire, que vuelva un poco la calma. Que volverá a llover, seguro.
De: http://wwwfaustinolobato52.blogspot.com.es


Cuando el calor hace arder el asfalto y las paredes, nos ahoga con su aliento delirante, y también nos enfurece sin razón aparente, nos quema en nuestro interior, pero cuando llueve tanto y tanto afuera, también sentimos que llueve dentro de nosotros, desatando un pellizco ingrato en un envoltorio biselado de tristeza y ansiedad, de húmeda y extraña soledad.

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