domingo, 14 de septiembre de 2025

Sin rodeos

 A finales del pasado mes de mayo, Diversidad Literaria contactó conmigo para comunicarme que mi relato "Sin rodeos" se encontraba entre los seleccionados del I Concurso de microrrelatos sobre las brujas “Susurros desde el caldero”, y que junto al resto de seleccionados, finalistas y ganador aparecería en la antología publicada con el mismo título.



Si deseas leer mi relato, puedes hacerlo bajo esta línea.

Sin rodeos Preparada la baraja, la bola, el hilo musical, el péndulo y los conjuros para la salud, el amor, los amarres, el olvido, para la buena suerte o la abundancia del dinero, Vista Áurea se acomodaba su bata de pirineo que la protegía del frío extremo junto a la pequeña estufa, al borde del teléfono mudo desde la noche anterior, acompañada por un café, el humo del quinto cigarrillo y el gato Cloro, tumbado sobre el respaldo de la butaca.

¡Rin, rin!

-¿Qué te acecha? Vista Áurea te ofrece la respuesta.

©Aji ~ ©María José Gómez Fernández

lunes, 31 de marzo de 2025

Sueño del agua

Tras los cristales, bajo la ropa de cama, acurrucando sueños a punto de cuajar, el sonido del continuo repiqueteo del agua le llegaba a los oídos como música celestial. Tras varios meses de pertinaz sequía, quién no ansiaba con desesperación que llegaran las lluvias para aliviar las gargantas propias y de la tierra. El suelo resquebrajado, la vegetación reseca, el aire con peso de plomo y sabor polvoriento, la gente sudorosa y agotada, con el ritmo del sueño roto. Agua, tan preciada e imprescindible, valorada como el oro, sobre todo en aquellos parajes donde era un equivalente a vida, algo necesario para que los cultivos no se perdieran ni los animales perecieran ni nada se marchitara por su ausencia.
Ya eran varios días lloviendo sin parar, como quien dice, pero a Aurelio solo se le venía a la mente la imagen de los días anteriores a la borrasca, cuando le pesaba en el alma contar con los dedos que ya eran casi cinco años sin llover como debía. Sabía que los tiempos de sequía alternaban con las temporadas más húmedas, pero los primeros siempre eran más cruentos que las segundas, y se repetía una y otra vez, que no recordaba nada igual que lo de esos últimos años, cuando miraba al horizonte con la sensación de que iba a perderse todo, mientras entre sus labios resecos sostenía una brizna de paja también reseca, y de sus ojos sentía caer unas lágrimas; en aquellos momentos llegó a lamentar que no fueran lluvia. Qué tremenda angustia le producía aquel recuerdo que para nada le provocaba nostalgia. Notó entonces que algo humedecía la almohada y comprendió que era una emoción incontenible hecha llanto sereno, silencioso, lágrimas de alegría que ahora para nada deseaba que fueran lluvia. Se durmió poco después, con una sonrisa dibujada en su boca, con el son rítmico del golpeteo del agua, música para un sueño, sueño hecho realidad.


©María José Gómez Fernández

Con esta aportación de #relatosLluvia participo en la convocatoria de marzo de @divagacionistas.bsky.social

Publicado en recopilación de relatos de Divagacionistas.


Imagen tomada de la convocatoria de Divagacionistas



sábado, 15 de marzo de 2025

Estrellas Scikus

 A simple vista

diminutas, brillando

desde la Tierra.


Nos engañan desde lejos,

despistan de sus grandes dimensiones

sus guiños y tintineos.


©María José Gómez Fernández

Con esta aportación me uno a los #polivulgadores de @hypatiacafe 15 de marzo, 




Imagen tomada de la convocatoria de Café Hypatia


LHC Scikus


Aceleradas,

dos haces enfrentados,

colisión danza.


Dentro del gran contenedor

alta energía lograda veloz,

descomposición, declive.


©María José Gómez Fernández

Con esta aportación me uno a los #polivulgadores de @hypatiacafe 15 de marzo, 




Imagen tomada de la convocatoria de Café Hypatia

lunes, 24 de febrero de 2025

Portadora de anhelos

Tiene los ojos verdes, como su abuelo; según les de la luz, cristalinos, como el mar cuando está verdoso, o verde esperanza, igual que su nombre, heredado de, al menos, hasta cinco generaciones.

A la más antigua de sus antepasadas sus padres la llamaron así por personificar el deseo ferviente de que su amor fuera eterno. A la madre de su tatarabuela la bautizaron con ese nombre como una evocación de buenos augurios para el bienestar familiar, que nunca les faltara nada. A su tatarabuela la llamaron Esperanza simplemente porque a sus padres les gustaba todo lo que esa palabra significaba. Su abuela también heredó el nombre, elegido como un deseo de libertad para la España que les estaba tocando vivir -a su tía abuela la llamaron República, aunque más tarde acabaron llamándola María Dolores-. Su madre heredó el nombre y con él un sentimiento de que en ella se cumplieran las expectativas igualmente heredadas de las anteriores generaciones. Y luego está ella, también Esperanza, a la que llamaron así para consolidar y pasar el testigo de todo el compendio de anhelos de sus predecesoras.
 
Es una gran responsabilidad llevar ese nombre porque parece otorgar a quien lo lleve el poder y la obligación de conseguir que lo que se anhela se vea hecho realidad. Pero no, obligación ninguna, porque decidir y conseguir es cosa de cada cual, no depende de estar cerca de una persona u objeto talismán, aunque esto pueda condicionar a alguien. Nadie es un amuleto de la suerte, de fin de privaciones, un "conseguidor" de buenos deseos, de sentimientos positivos y bienestar ansiados.
Esperanza, desde sus ojos verdes, irradia frescor, alegría y optimismo, con su presencia y actitud; sin pretenderlo, desde su positividad y sus dificultades, transmite ilusión, anhelo.
Nunca le ha faltado una buena compañía, y alguna no tan buena, movida por el interés de obtener un beneficio o la intriga de si su "amistad" contribuiría a materializar algún deseo.
Ninguno de sus dos hijos lleva su nombre, pero sí ha depositado en ellos las bases para que trabajen para hacer del mundo un lugar mejor: educación para tener conocimientos, aplicar y rebatir criterios, tener opinión y defenderla; valores desde los que construir los cimientos que posibiliten consolidar los avances y conseguir otros, convertir en hechos las ilusiones; fortaleza para no perder la motivación, que es lo último que se pierde después de la esperanza.


©Aji ~ ©María José Gómez Fernández

Mi contribución para la convocatoria de @divagacionistas de febrero 2025 #relatosEsperanza 



Imagen tomada de la convocatoria de Divagacionistas
                    

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