lunes, 8 de abril de 2013

Con el alma al aire: Amanece el barrio

Parir las horas de un domingo se vuelve lento y hasta tedioso. Hay que inventar un entramado de ilusiones para avanzar los minutos compaginando con esas obligaciones que te cuelgan por herencia de siglos, por narices. Axi se asoma a la ventana para tomar un respiro: unos pasean a los perros, otros empujan un carrito de bebé, algún niño monta en bicicleta, un matrimonio de abuelos vuelve del parque, el indigente rebusca en los contenedores de la basura sin importarle quién pueda verlo, un grupo de amigos camina hacia el bar de la calle de atrás. Parece que el barrio va cobrando color y forma ahora que está bien entrada la mañana.

-Tendré que ir a comprar pan –piensa Axi con cierta pereza, porque no tiene muchas ganas de pisar la calle-.

 Al otro lado de la plaza la ventana de María parece haber retenido el tiempo en ella, siempre a la misma altura, ni levantada ni bajada, justo a un palmo del alféizar, como si nadie habitara tras ella, pero sí. Axi la mira durante un buen rato mientras se pregunta cómo terminarían ayer las cosas entre Martín y María, o cómo habrán empezado esta mañana. Siente un pellizco por dentro porque no vaticina nada bueno.

 María se retiró temprano, casi al poco de atardecer, aburrida hasta el hastío de estar sola o con algún amigo, pero sola. Martín agrandó la tarde y la estiró como chicle hasta confundirla con la noche y la madrugada, y a la primera oportunidad escabulló el bulto con un par de conocidos de barra para seguir la parranda, pero sin María. Como otras tantas veces agotó un bar y otro hasta cerrarlos, entre risotadas y canturreos, picoteando escasamente un aperitivo compartido, sin mayores consideraciones que sus propios intereses y caprichos. Con el cansancio y la bebida de más a cuestas, como la chaqueta al hombro, finalmente regresó a casa, creyendo que evitaba hacer ruidos que pudieran despertar a María, cayendo en la cama casi sin desvestir, y durmiendo con aplomo entre vapores etílicos que por la mañana le cambiarían el humor hasta la primera cerveza en el bar, con María cerca, aparentando la normalidad de la felicidad estable, pero reviviendo flash a flash los fogonazos de flirteo vacío, los besos de plástico recibidos, las palabras agolpadas que se derraman sin contenido en conversaciones imposibles de recordar.


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jueves, 4 de abril de 2013

Con el alma al aire: De vuelta (2)

Se despidieron del grupo de conocidos y subieron a casa mientras el bar empezaba a recoger para cerrar pronto sus puertas. Otros ya se habían retirado un rato antes, y el resto de clientes lo iba haciendo poco a poco.

El silencio de la noche se rompía a intervalos por la sirena de una ambulancia que enfilaba camino al hospital Virgen del Rocío con gran velocidad. Para la gente del barrio un sonido familiar que podía oírse de día y de noche pero que en la noche podía desgarrar y levantar inquietud, clamando desde la oscuridad como el grito del que pide ayuda con desespero. La sirena con su acompasado ritmo fue alejando su reclamo hasta que finalmente dejó de oírse y de nuevo se instauró el silencio, tan sólo roto por algún coche pasando por la avenida, por el eco de la conversación de algún transeúnte.

De los altavoces del ordenador fluía la música suave con volumen adecuado para no distorsionar la magia de la estancia, iluminada por una tenue luz de vela cuya llama cambiaba de forma y tamaño a voluntad. Una copa de licor, un baile lento, miradas cómplices y el lenguaje corporal ponían la guinda al espacio y al momento íntimo. Unas horas después, consumido el licor, apagada la vela, la música susurrando al fondo, el cansancio hizo mella y el sueño los embargó sin preguntar.

Las primeras horas de la mañana los sorprendió acomodados entre sábanas, con las primeras luces filtrándose por los agujeritos de la persiana. Con los ojos llenos de sueño y el cuerpo perezoso se permitieron un rato más.


Partes completas: Con el alma al aire

Con el alma al aire: De vuelta (1)

Tras realizar la llamada prometida comprobó los mensajes en el buzón de voz del teléfono; tan sólo había dos llamadas, nada de interés, una de número no identificado y otra de un móvil que no sabía de quién era; ningún mensaje pendiente de escuchar. Dejó el teléfono en la base y se apresuró a deshacer el equipaje, como tantas veces había hecho y como tantas otras tendría todavía que hacer. Revisó las habitaciones, cerró bien las ventanas, conectó el aire acondicionado para calentar la casa. Miró la hora, buscó el cargador del móvil, lo enchufó, encendió un cigarro, comprobó de cuánto dinero disponía, preguntó a sus hijos:
-¿Queréis que pida unas pizzas a Angelita?
-Bueno... -dijo el mayor dubitativo-, pero si va a tardar mucho, entonces no, porque tengo hambre.
-¡¡¡Síiii!!! -exclamó el pequeño haciendo fiestas a la propuesta- ¡tengo muchas ganas de comer pizza!
-Claro, es que hace ya unos cuantos días que no las comemos -dijo Axi-. Bien pues bajo y en cuanto las tenga preparadas os las traigo. Nosotros igual tomamos algo abajo, ¿no os importa?
-No mamá -respondieron los dos-, pero a ver, porque después dices que estás cansada... -completó el mayor-

Había poca gente por la calle, al menos en el barrio, seguramente a causa de la crisis, pero también porque había partido de fútbol. En el bar sí que había más gente, estaba lleno de forofos que no podían ver ese partido en casa porque no tenían Canal Plus y allí mataban el tiempo del encuentro consumiendo sólo lo que pudieran pagar, que la cosa no estaba para tirar la casa por la ventana.
Veinte minutos después estaban las pizzas listas para llevar y de inmediato Marc las subió a casa, bajó de nuevo y tomaron allí algo para cenar y de paso despejaron la cabeza charlando y riendo con un grupo de gente divertida, habitual del sitio.
-Ya se os echaba de menos -dijo Nadia-
-¡Hombre, menos mal que aparecéis! -añadió Sete-

Casi a punto de dar las diez y media, la noche estaba empezando, y aunque se encontraban junto a casa y volverían pronto, una brisa renovada y fresca se dejó sentir en sus rostros, augurando un rato distendido, de esos que luego gusta recordar.


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miércoles, 3 de abril de 2013

Con el alma al aire: La despedida (2)

Llevaba la radio puesta con una buena emisora que al sacudir rock por un tubo contribuía a mitigar la sensación de ahogo e impotencia, de tristeza sublime que le oprime el pecho cada vez que se separa de su madre, tiempo antes también de su padre. La música la transportaba hacia los momentos únicos de esos días que acababan de terminar, ya fueran buenos o malos, divertidos o aburridos, podía revivirlos gracias a la música y éso difuminaba el punto de ruptura de la despedida y lo convertía en un punto de inflexión a partir del cual el tiempo se acortaba camino hacia el próximo reencuentro.
No es fácil decir adiós y menos cuando te despides de alguien de cierta edad o de alguien que no está bien de salud porque nunca se sabe qué puede pasar, y aunque nadie está libre de mal, la ley de la vida se impone. Te duele pensar cómo se las arreglará para hacer sin tu ayuda ciertas cosas, a quién recurrirá, si sentirá la soledad revoloteando a su lado, si tendrá cuidado y no se subirá en aquella escalera para alcanzar un cacharro en la cocina, si no resbalará en el baño, si cerrará bien las puertas por la noche, con quién irá a la cita del médico (y tú sin poder acompañarla). Infinidad de pensamientos recurrentes y cíclicos que se vienen una y otra vez en el transcurso de los días, en el insomnio de las noches, que hacen sentir hasta culpa por no tener el don de la ubicuidad, por no ser superwoman y acudir a todo lo que uno quisiera o debiera.

Entre tanto el paisaje pasa rápido junto a la ventanilla lateral del coche, como si viajáramos dentro de un túnel de acuarelas y suena la música. Le apetece llegar a casa, hacer la llamada que prometió para confirmar su llegada, desdoblar y recoger todo el equipaje que unas horas antes dobló, buscó y guardó, y salir a la calle a respirar hondo mientras se toma una cerveza en compañía de los conocidos del barrio. Después de todo ese ritual, coronado por bromas y risas, comentarios y puesta al día de novedades, todo volverá a algo parecido a la normalidad habitual, y podrá descansar con ganas en su cama, arropándose con sus sueños.
Ahora ya sólo faltan 25 kilómetros para llegar. Un haz de resplandor puede verse a lo lejos: son las luces de Sevilla; las de La Isla las lleva en su pensamiento.


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martes, 2 de abril de 2013

Con el alma al aire: La despedida (1)

No podía ver con claridad con las lágrimas asomando al borde de los ojos, como queriendo derramarse sin conseguirlo. Con el revés de la manga se limpió la mucosidad acuosa que bajaba por la nariz hacia la boca. No quiso tocarse los ojos para que ella no se diera cuenta de que estaba llorando, para evitar que el momento se hiciera aún más duro, incluso esbozó una sonrisa que sabía que advertiría desde la distancia que las separaba y al mismo tiempo gesticuló con la mano como simulando un teléfono y le dijo:
-Te llamo cuando llegue.
Sabía que no la volvería a ver en semanas y éso hacía más difícil decir un hasta luego que era la fórmula perfecta para suavizar un adiós, hasta pronto.
Caminó unos pasos sin mirar atrás, abrió la puerta del coche, subió y se acomodó y agitó la mano saludando. El coche arrancó y se puso en marcha y también la cuenta atrás hasta que volvieran a verse. Cada vez era más duro despedirse.
Luego se sumió en un enjambre de pensamientos y sentimientos, recuerdos inmediatos y lejanos, nostalgias y anhelos, risas y bromas que ayudaron a acortar los kilómetros que las ruedas del coche machacaban en el asfalto de la autopista.


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miércoles, 13 de marzo de 2013

El Guasa

El Guasa no es el apodo por el que conocemos a nadie, no es uno muy muy gracioso, no, y tampoco es un tío muy bromista; no es nadie del barrio ni del pueblo, y en realidad tampoco es ninguna persona, pero el caso es que todos lo conocen. Bien es verdad que su nombre es otro. Me explico y ya veréis que enseguida sabéis de qué hablo.
El Guasa es una aplicación, o sea, un software para mensajería instantánea, utilizado sobre todo en dispositivos móviles. En muchos sitios de Andalucía, asimilando la pronunciación inglesa del término con su casi homófona castellana, pronunciada en andaluz, se pronuncia y escribe Guasa (de broma, claro está) para referirnos a la aplicación WhatsApp.
Tuve conocimiento de su existencia a través de una amiga, mi querida vecina Cefe, que en cuestión de diez minutos me impartió una clase magistral express, sin tutorial. Al poco rato de recibir esta formación ya teníamos El Guasa instalado en dos teléfonos en casa. Según parece, a muchas personas les ha ocurrido igual que me ocurrió a mí, por lo que deduzco que el uso extensivo de El Guasa se ha debido a la transmisión oral.
De: http://www.kreacion.es
Y todo el mundo se guasea, móvil en ristre, para cualquier cosa: una cita, una conversación, enviar un chiste, la foto de los niños, la foto de la tortilla que acabas de hacer, en fin, cualquier cosa, como digo.

Pero hace unos días empezó a desatarse la alarma: El Guasa se iba a volver de pago, con una cuota insignificante, bueno, pero ya no iba a ser igual, porque lo gratis nos gusta a todos y el pago mucho menos, por no decir nada; y lo peor no es ya el hecho del pago en sí, esa cantidad tan pequeñita, sino el tener que andar dando tus datos bancarios y encima para tan poco dinero.

Ante la inquietud que produjo tal alarma entre los usuarios de El Guasa, entre los que me incluyo, pensé poner en mi muro de facebook una entrada en mi estado para compartir con mis conocidos y seguidores el rumor hecho noticia en nuestros propios móviles, en la radio, en la prensa(1), pero también pensé compartir la noticia para buscar opinión sobre otras alternativas.

AVISO A CHATEANTES DE MÓVIL:

LINE es una buena alternativa a WHATSAPP.

OJO: Whatsapp será de pago a partir del próximo día 22 (marzo)

Gracias a este aviso pude intercambiar opiniones e interrogantes con mis amigos. Había aplicaciones que lo podían sustituir decentemente pero, además del inconveniente de dar los datos bancarios si se continuaba con El Guasa, estaba el de comunicar el cambio a todo el "equipo" de contactos si es que se optaba por cambiar.
Un trastorno por donde quiera que se mire.
De: http://www.latostadora.com
Entre las opciones a El Guasa estuvimos barajando LINE, con chat gratuito pero sms y llamadas por cobro; SKYPE, con sms y chat gratuitos pero llamadas con coste, y VIBER, que en otro momento había sido gratis hasta para llamadas pero que ahora sólo era gratis para chat porque para sms y llamadas tenía coste.

Los comentarios derivados de mi entrada de estado en facebook fueron más allá de la elección de un sustituto a El Guasa y mi prima me pidió que escribiera algo sobre ésto, y yo, obediente, así lo estoy haciendo.

Nada de ésto ocurriría si el móvil no estuviera instalado en nuestras vidas de forma tan poderosa. Cuando el mundo estaba cubierto de árboles no hacían falta los teléfonos ni otros dispositivos portátiles. Hoy en día no sólo queremos tener un teléfono para llevarlo incluso a la cama como despertador sino que queremos que el teléfono se conecte a internet, que nos sirva de radio, que nos permita escuchar música, que nos deje grabar vídeos, hacer fotos, grabar sonido, jugar, ubicarnos con geolocalizadores, etc. Si no tienes un móvil medio qué, pues hasta te miran rarito y todo.Y claro está, de ahí que mi prima saltara, porque según decía, ella tenía un móvil prestado porque a su compañero de trabajo le daba vergüenza verla con el Nokia con celo o fixo que le daba servicio, y por éso le había prestado el suyo antiguo. Mi prima, claro está, quería subirse al carro de los dispositivos de nueva generación pero lo quería que fuera smartphone y como es normal, los que le gustan son caros, y luego hay que tener en cuenta que hay que hacer el contrato, porque a ver, ya que cambias, pues cambias, y el que tenía ahora era de tarjeta (una ruína total). Se preguntaba si es que ella era rácana o es que todo se salía de presupuesto, sobre todo en lo que a teléfonos móviles se refiere. Pero ella misma se respondía, porque decía que igual sí era rácana para asuntos como éste, pero que con otras cosas no lo era, y añadió que los teléfonos son una esclavitud, que además, si te llaman y no lo coges por el motivo que sea, encima la gente se enfada y te dice: "¡es que he estado llamándote!".
Y terminaba diciendo mi prima, que en su casa, los fines de semana pasan de móvil, que lo aparcan, o que al menos lo intentan.
Le respondí dándole la razón respecto a que los teléfonos son una esclavitud y que encima de que te enganchan son carísimos, a no ser que aproveches una oferta de que te lo regalen si cambias de operadora y haces con la nueva la portabilidad, pero claro, hasta que se te "escoñe", y el día que éso ocurra, a ver, a ver, porque con el dineral que cuestan...
Nos hemos acostumbrado a vivir pegados al teléfono, pero al teléfono con internet, fotos, vídeos, grabadora de sonido, mapa, y por supuesto, Guasa o sucedáneo. Si nos desmontan el tinglado tendremos que aprender a reinventar nuestra existencia global y continuamente interconectada.

Terminaré esta reflexión tranquilizando a los forofos de El Guasa y a mí misma, no sin antes recomendar que debemos cuidar nuestros móviles como oro en paño, porque sustituirlos puede suponer una inversión extraordinaria que posiblemente no podamos asumir con la facilidad que suponemos. Bien, y ahora, para terminar, la noticia tranquilizadora: al parecer El Guasa podría seguir siendo gratuito(2) y ésto se sabrá en unos días, así que antes de desinstalarlo y buscar otra aplicación sería apropiado esperar a ver qué ocurre.

¡Ésto sí que tiene Guasa!

martes, 12 de marzo de 2013

Llueve

Llueve sin parar, llueve sin piedad, desde hace días y noches. Llueve de pronto suave, como si rociara y al punto llueve con fuerza, como si diluviara. Tanta lluvia, tanto gris, tanto húmedo y frío que se siente, produce melancolía, aturde.
Si miras hacia algún sitio donde haya un fondo oscuro se ve cómo cae el agua.

De: http://talent.paperblog.com
El viento la enfurece más, la vuelve agresiva, golpea y como pequeños dardos hasta se clava al tocar la piel.
Es necesaria la lluvia pero tal como llueve hasta hace daño.
Una tregua se impone porque las tierras están anegadas, hay carreteras rotas, hay familias sin casa, sí más, y a éstas las desahució el agua. El agua es buena, es fuente de vida, pero también puede quitarla. Hay crecidas en los ríos, los pantanos alivian su peso, y todo va arrastrando cauce abajo haciendo aún mayor la masa de agua que avanza.

Y el frío y el viento... No queremos la sequía ni el calor excesivo pero tampoco queremos respirar agua y más agua. Ni en un extremo ni en el otro. Y llueve y llueve, y muchos pensamos "a ver si para, aunque sea unos días", que la tierra absorba y empape, que no contribuya a crear más miseria de la que ya hay por otros fenómenos que no son los meteorológicos. Ahora que está más que limpio el aire, que vuelva un poco la calma. Que volverá a llover, seguro.
De: http://wwwfaustinolobato52.blogspot.com.es


Cuando el calor hace arder el asfalto y las paredes, nos ahoga con su aliento delirante, y también nos enfurece sin razón aparente, nos quema en nuestro interior, pero cuando llueve tanto y tanto afuera, también sentimos que llueve dentro de nosotros, desatando un pellizco ingrato en un envoltorio biselado de tristeza y ansiedad, de húmeda y extraña soledad.

lunes, 11 de marzo de 2013

Una semana cualquiera: lunes

La noche antes se acostó muerta de risa porque no podía quitarse de la cabeza una serie de diapositivas vistas en facebook en una página que, para colmo y delicia, se llama "Quememeo". Repetía en alto los chistes, las frases, describiendo las viñetas y las imágenes y las lágrimas salían a borbotones, pero de la risa.
Noche de domingo, muerta de risa al acostarse, sin poder coger el sueño, hablando en la cama con la luz ya apagada, en fin, algo bastante normal para el tránsito domingo-lunes.

En algún momento consiguió conciliar el sueño, y lo supo, porque también en algún momento se despertó.

De: http://elegandcia.files.wordpress.com

Tic-tac, tic-tac, tic-tac, tic-tac... Justo ese sonidito la despertó, clavándosele en la sien como balas de una nanoametralladora, y se repetía y se volvía a repetir, tic-tac, tic-tac, tic-tac. Asociaba ese sonido con lo inevitable, y lo inevitable era que tendría que levantarse sí o sí ¡en breve!. Y aunque a duras penas y haciéndose la remolona, se levantó.
A partir de ahí lunes lunero cascabelero, a todo correr, cocina, café, nesquick (no quiero hacer publicidad, pero éso es lo que toman...), bocadillos, calentar comida para guardar en la fiambrera-termo, ir al baño, arreglarse, adecentarse, vocear "vamos, qué estás haciendo, dáte prisita", ir de un lado a otro buscando las gafas, el móvil, las botas, el cinturón.

Siempre pasa igual y siempre que pasa igual ella se dice a sí misma lo mismo de siempre: ¿por qué no lo dejaría todo preparado anoche antes de acostarme?

Cuarenta minutos de infarto que concluyen cuando, después de bajar en el ascensor incluso instando a que el ascensor baje más rápido, abre las puertas del edificio, recorren la distancia entre éste y el coche, lo abre, le vuelve los espejos, abre la puerta, sube, se acomoda, arranca, y, ahora viene lo peor, correr sin cometer imprudencias que puedan lamentarse. Conducir hasta el instituto, esperar a que su hijo cruce la avenida y entre por la puerta (que no se lo vaya a llevar ningún desgraciado por delante en el paso de peatones), volver a reanudar la marcha, ir hacia el trabajo, aparcar, coger todo lo que está desperdigado en el asiento, ir hasta el ordenador para firmar la entrada del trabajo, dar unas caladitas a un cigarro y subir hasta el despacho, saludar, encender el ordenador, encender la estufa (shhhhh, que no se puede tener estufa, pero es que si no la tiene se congela), centrarse en el trabajo y romper el hielo del lunes comenzando a trabajar.

Estoy cansada solo de contarlo.



Hoy en especial voy a volver hacia atrás, hasta el momento en que ella va a volver los espejos al coche, porque hoy, en concreto, ese momento le añadió una dificultad al lunes: ¡joder, han roto un cristal!. Así se tuvo que ir con el coche, lleno de cristales hechos añicos, y así lo aparcó, rogando que nadie le pusiera los ojos encima en el aparcamiento del trabajo y que el daño no fuera peor. Una vez en el trabajo, buscó la tarjeta del taller y llamó. Hasta mediodía no había nada que hacer. La broma serían más de 200 euros, así que tendría que llamar al seguro. Menos mal que se harán cargo, pero éso no lo tuvo claro hasta las seis de la tarde, después de peregrinar por otro taller más, por más teléfonos.

Volviendo a la horrible normalidad del lunes, se puede decir que los lunes son días realmente pesados, pero necesarios. Deben existir porque si no hubiera lunes cualquier otro día tendría que cargar con ese San Benito y ningún otro día ya sería lo que hoy es. Un lunes es como una puerta compacta que te cuesta abrir, como una cuesta larga y empinada, como un amigo pesado que nunca deja de hablar y además te importa un pito lo que te está contando. Un lunes es como una segunda oportunidad. Los lunes son un crudo reencuentro con las obligaciones que igual no son las que más te apetece afrontar. El lunes se siente en el cuerpo como un puñetazo y a la vez es como la anestesia que te inyectan para que el resto de los días de la semana puedan ir pasando sin sentirlos tan duramente.

El lunes te das cuenta que te falta de todo en el frigorífico, que no lavaste esa ropa que justo más necesitabas, que no tienes paracetamol y tienes que ir a la farmacia antes de que te cierren la puerta en la nariz. El lunes deseas que termine cuanto antes y te propones que al día siguiente estarás más integrado en ese rítmo frenético que la vida de hoy día nos marca. Quieres acostarte pronto pero, al final, te acuestas a la hora de siempre porque siempre hay algo más que hacer, hasta que te conciencias de que ya no lo puedes hacer hasta el martes y lo anotas en algún sitio que luego puedas encontrar.

De: http://ruizygonzalez-psicologaclinica.blogspot.com.es




El lunes antes de acostarte revisas mentalmente todo lo que te ha sucedido durante el día, y como seguro que encuentras algún fallo, aprietas fuerte los ojos y los puños y te acuerdas de toda tu familia, te consuelas a tí misma y dices, mañana será otro día, otro día que no caerá como una losa sobre tí, otro día que no te empachará como una pesada comida, otro día que tendrá sus pros y sus contras y su propio nombre.

domingo, 10 de marzo de 2013

Una semana cualquiera: domingo

De: www.zazzle.es
El ritmo de las horas se sucede de continuo, y casi imperceptiblemente, como el movimiento de La Tierra, va  dando paso al transcurrir de los días, y así, de las semanas, los meses y los años. Cuando venimos a querer darnos cuenta, resulta que, de pronto, nos han pasado por la piel algunos años, crueles al espejo, aunque haya gente que te diga éso de "qué bien estás", pero por mucho que oigas esa frase u otra similar, el caso es que el tiempo pasa inexorable, dando alegrías y tristezas, haciendo daño, ofreciendo oportunidades, presentando personas importantes que marcan la vida de cada uno, otorgando triunfos y derrotas.
Sí, los años van besando tus manos como un galán que te corteja, y marcan, dan experiencia, te hacen madurar en todos los sentidos.

Un domingo de una semana cualquiera uno tiene estos pensamientos y otros muchos porque los domingos, por lo general, son días raros, o al menos éso dice la mayoría de la gente. El domingo es un día bisagra entre el descanso y el ocio del fin de semana y el trabajo y las obligaciones que están por venir a lo largo de toda la semana a punto de empezar. Es uno de esos días en que todo da pereza, a pesar de que todos hacemos cosas, preparándonos para el lunes, pero todo tiene una cadencia especial, lenta, sobre todo durante las horas de la tarde, que se precipita inevitable hacia la noche; noche que llega de puntillas y en la que nos resistimos a retirarnos a dormir y descansar, tal vez, porque no queremos que se acabe el fin de semana, no queremos volver a retomar la trepidante remontada hacia el lunes.

Lo mejor del domingo tal vez sea la mañana, que nos permite soñar con todo lo que puede estar por descubrir. La mañana del domingo nos da alas, nos deja trabajar, organizarnos, nos invita a salir a pasear y a tomar un aperitivo, sorprendiéndonos con alguna amistad o conocido a quien encontrar y saludar, con quien charlar y reír un rato.

Los domingos nos levantamos un poco más tarde que otros días, como si quisiéramos exprimirnos entre las sábanas, llevarnos puesto el regusto de desperezarnos sin prisa, para luego recordarlo a lo largo de la semana, desayunar tranquilos y con los tuyos, haciendo del desayuno una fiesta.
Preparar una comida dominguera para comerla pausadamente, sin hora fija, sin importar lo que se tarde, pero sí lo que disfrutes. La sobremesa es aún mejor porque nos permite alargar ese momento de ocio que ya no tendremos lugar de disfrutar durante el día.

Luego, poco a poco, va entrando la tarde, y nos va estrechando cercos, nos hace sentir que estamos dentro de una cuenta atrás, nos hace pensar en muchas cosas, incluso nos hace entristecer. Intentamos de cualquier forma quitarnos el pesar de la tarde de domingo haciendo algo, trabajando en la casa, preparando asuntos pendientes, viendo una buena película, leyendo un rato largo, cocinando para comer el lunes, revisando lo que nos llevaremos al día siguiente en la mochila, bolso, cartera; hacemos alguna llamada de teléfono como si de esa manera dejáramos cerrado un ciclo.

Los domingos de cualquier semana, en general, son como un puente que une el ansiado pero ya pasado fin de semana con el lunes que tanto cuesta empezar, por éso son un día muy especial en el que pasamos de la alegría a la melancolía, en el que nos ponemos trascendentes, echamos en falta cosas, echamos de menos personas, revisamos nuestras vidas, hacemos planes, nos planteamos nuevos propósitos, recordamos lo que hicimos el fin de semana y nos lo guardamos muy adentro para ir sacándolo a la luz y traerlo a la mente a lo largo de la semana, en esos momentos en que puedes tener un poco de margen para soñar, revivir.

Los domingos son imprescindibles, como lo son las zapatillas y el pijama, como lo es un buen libro, como lo son las personas que dan sentido a tus días.

domingo, 3 de marzo de 2013

Nadie como Ella

Le arreglaba la ropa para que la llevara bien puesta, le acariciaba la cabeza, la perfumaba discretamente, le sonreía y gesticulaba para que ella sonriera, y sonreía. Le hablaba con voz suave y se quedaba embobada escuchándola y ponía la boca en forma de O, y sonreía.
La paseaba por las calles explicándole todo lo que iban viendo y a ella le gustaba lo que veía y sabía que no sería igual el paseo sin esas explicaciones y sin ella.
Le preparaba la comida en exclusiva para ella y se la daba poquito a poco, con infinita paciencia, mientras le contaba cualquier historia inventada en el momento, y no se enfadaba mucho si ella le tiraba un poco de comida o le rechazaba alguna cucharada. Le dejaba tocar la comida con los dedos porque según le decía, así aprendería a valorar y amar los alimentos.
De: ladiosaluna.blogspot.com
La bañaba todas las tardes, entre risas y chapoteos, entre charadas y juegos, y al secarle, la acurrucaba y apretaba entre sus brazos y en ese instante aprovechaba para comérsela a besos y piropearla y la hacía sentir importante, querida, afortunada, única.
La acostaba cada noche, y después de contarle un cuento, decirle que fuera buena, le ponía un cuento para escuchar, con voces divertidas y música de fondo, le daba mil besos en la frente, dejaba la habitación con una tenue luz y le deseaba que soñara cosas bonitas… Luego se alejaba poco a poco de ella mientras le enviaba besos volados y le repetía bajito las buenas noches y lo mucho que la quería…

La enseñó a hablar, a caminar, a leer, a levantarse después de caer.
La curaba y consolaba si se caía y se hacía daño.
Le daba su opinión cuando la necesitaba.
La ayudaba con los deberes y todos los días la acompañaba hasta la puerta del colegio y la recogía a la salida.
La aconsejaba sobre qué ropa ponerse para salir con los amigos.
Le pedía que no se metiera en problemas con nadie.
Le decía que debía ser trabajadora, leal, honesta, fiel a sus amigos y a sus ideas.
Le ayudó a construir sus propios principios y a tenerlos siempre presentes.

Se hablaban cada día, porque necesitaba saber de ella, escucharla, o verla, así que bendito teléfono, benditos programas de mensajería en internet y bendito skype. Pero lo mejor era ir a visitarla, porque verla y abrazarla no tenía comparación y ese hecho le insuflaba la sustancia suficiente, la motivación necesaria para seguir, hasta la siguiente visita. Qué bonito verla con sus años a cuesta, ¡años llenos de tanto y tanto amor!

Le seguía haciendo las tartas de cumpleaños, a pesar de que pasaban los años... y cuando no había tarta sí que había canción de feliz cumpleaños.

La cuidó cuando estuvo enferma, y ahora que estaban lejos, necesitaba oír su voz y sus palabras si enfermaba porque para ella formaban parte de la medicación.

Nunca conoció ni encontró a nadie como ella.
Esa importante mujer y sus detalles únicos...
Detalles como esos hicieron de ella una gran persona. Hoy día no sería igual si no fuera por el amor que recibió de su madre. Siempre apoyándola, siempre escuchándola, siempre caminando a su lado, aunque estuvieran a kilómetros de distancia. Su madre, su amiga, su mejor ejemplo, ese faro que siempre brilla y que, pase lo que pase, nunca dejará de brillar.
Nunca podrá existir nadie como ella.

sábado, 2 de marzo de 2013

Mi sur en la retina

Hay un rincón al sur
donde se respira sal,
de claridad plateada,
en calma el mar,
unido en línea al cielo.


De: Acuarelas Joaquín Puertas (con permiso del autor)
(https://fbcdn-sphotos-h-a.akamaihd.net/hphotos-ak-ash3/525153_115448998610854_1298336210_n.jpg)


Tomada por María José Gómez Fernández
Asomada a la Bahía,
Cádiz saluda a Puerto Real,
al Puerto de Santa María,
a Rota y a San Fernando,
y desde allí, desde La Isla,
Tomada por María José Gómez Fernández
otro rincón, más chiquito…
donde soñar se permite,
si te sientas en La Cantina del Titi,
Bar Bartolo que le llaman,
en La Casería…
y ves llegar las barquitas
con la pesca
y ves cómo la descargan
y pruebas los boquerones,
con las papas aliñás
mientras charlas con los pescadores.

De Francisco Tomás Rincón (con permiso del autor):
https://fbcdn-sphotos-b-a.akamaihd.net/hphotos-ak-ash3/547304_453304828043799_883748293_n.jpg


No tiene precio
disfrutar sólo un momento
en ese rincón chiquito
donde el tiempo no existe,
donde se remata el arte,
nublado o despejado,
escuchando el tímido abordaje
del imperceptible oleaje
y entre tanto
un cante se te clava
como una puesta de sol
que nunca acaba...

jueves, 28 de febrero de 2013

A la sombra de los tamarindos

Es el título de la novela de Carmen Orcero, que se ha puesto a la venta precisamente hoy, Día de Andalucía, publicada por la editorial sevillana Vitela.


De la autora a través del grupo Amigos blogueros para siempre (Facebook) https://www.facebook.com/groups/108969919227559/215069071950976/


A la sombra de los tamarindos es, tal y como dice su autora, "una historia de sentimientos, de esas que se pegan al corazón, muy femenina, que nos habla de amor y amistad". Y así la presenta Ana Mancera Rueda para la editorial: "Es el tamarindo un árbol tropical, originario del este de África. A su sombra se protegen de los rigores del sol los senegaleses. Cuentan que, sentados bajo este árbol, un lejano día del siglo XV estos vieron desembarcar a un extraño grupo de toubab –así se llama a los blancos en la lengua wolof— que, con palabras y gestos desconocidos para ellos, les preguntaron el nombre de aquella tierra. A veces, la incomprensión de un gesto es capaz de alterar el curso de una historia. De un gesto simple, como el de los primeros colonizadores portugueses de Senegal, o de uno no tan simple, como el que lleva a alguien a colgar su vida del techo de una habitación. Es entonces cuando, tratando de sobrellevar la culpa, la protagonista decide emprender un viaje que comienza en la consulta del psicólogo, y que le llevará desde Madrid, por Cádiz y hasta Dakar".
Queremos desear a Carmen Orcero toda la suerte del mundo con su novela, de la que ahora iniciará la ronda de presentaciones. Estará el día 8 de marzo en Mairena del Alcor (Sevilla) y en Abril en la Universidad de Cádiz y en San Fernando (Cádiz). También está prevista la presentación en Sevilla, pero aún no se conoce fecha.

Medidas, mentiras y sueños de vidrio


Si no pensamos igual, si no sentimos igual..., no podemos ir a la par...

No consigues retenerme en tu mirada.
Tal vez porque ando inquieta de un lado para otro, porque me duele la realidad que vivimos, me duele como una herida fresca de la que brota la sangre sin doler apenas.
No podemos avanzar en línea.
Quizá porque no estamos de acuerdo en casi nada, y la opinión nos hace enfrentarnos en cada esquina, situándonos a cada uno en un extremo.
De: mesecosicas.blogspot.com.es

De: comunidad.uem.es
La realidad es tan dura que hasta quita las ganas de sonreir.
Un día cualquiera, las noticias que te llegan por cualquier medio de comunicación, te arrojan a la cara un sinfín de despropósitos, corrupción, mentiras, protagonizados por nuestros gobernantes, por personas y personajes públicos, que deberían ser ejemplo y modelo de rectitud y honestidad. El engaño que destilan, su afán de lucro, el abuso de poder que ostentan, su egoísmo, nos están llevando a una situación límite, para muchos de pobreza y miseria irreversibles.

¿Cómo reír si tienes un mínimo de sensibilidad? ¿Cómo no unirte al dolor, a la desesperación de muchos y a su protesta? Desahucios, suicidios, personas quemándose en las sucursales bancarias, viviendo en la calle, gente, cada vez más, sin trabajo, sin posibilidades, sin medios, sin futuro, con hijos, con padres a los que atender, pero sin capacidad para atenderlos, sin derecho a sanidad pública, colegios con recursos más y más limitados, el ciudadano ahogado en impuestos, en precios encarecidos, en horarios y condiciones de trabajo leoninas; todo un conjunto de medidas, mentiras hechas realidad, que convierten nuestros sueños en vidrio, y los hacen añicos, en pro de un intento de salvar un capitalismo feroz, unos intereses privados, de engordar con dinero sucio los bolsillos de unos pocos, inventando una crisis, arbitraria y convencional, que dará al traste con los derechos conseguidos por trabajadores y ciudadanos a través de una lucha de años.


De: www.papozoblanco.es

Puede que la distancia se esté instalando entre nosotros, empeñándose en hacernos desconocidos que en otro tiempo eran cómplices, amigos.
Es posible que la amistad y el amor puedan vencer los obstáculos y permitan que puedas retenerme en tu mirada y que yo consienta en detenerme porque pueda descansar de este delirio, de esta inquietud y esta lucha necesaria.
Pero la sensatez y la honradez tienen que hacerse ver, dejar que las retengan nuestras miradas, porque sólo así podremos volver a confiar, a construir, a sonreir.



Quiero pensar que el amor y la amistad podrá ganar el pulso a las dificultades, que me permitirá volver a confiar un poquito en aquellos valores humanos que me inculcaron.
Pero mientras todo siga siendo turbio, sucio, enmarañado, no podrás retenerme en la mirada porque no dejaré de moverme para intentar cambiarlo, para aliviar tensiones, para ayudar a otros.

Si no pensamos igual, si no sentimos igual..., no podemos ir a la par... Pero si nos unimos, si somos un mismo sentir, una misma idea, tendremos un soplo de esperanza con el que impulsarnos hacia un estado de bienestar. Si vamos juntos, si caminamos en la misma dirección, si somos íntegros y honestos podremos trabajar en la construcción de un país gobernado por personas que nos representen, que velen por los intereses de los que los escogieron, que luchen por defendernos; un gobierno de personas que también sean íntegras y honestas, dignas de los ciudadanos a los que representan.

Mañana es 28 de Febrero, Día de Andalucía. Entonaré el himno de Blas Infante con más deseos e ilusión que nunca, como el niño que mira una estrella pidiéndole que se cumpla su sueño, nuestro sueño ciudadano de tierra, trabajo, paz y libertad.

¡Salud!



miércoles, 27 de febrero de 2013

NO TITLE-NO SUBJECT-NO: RECOLECTA, 9 de Octubre, 2003


Te amaré
Después de amarte
Antes de amarte
Te amaré
Te amaré por siempre.

Acunada por el deseo,
Acariciada por tu ausencia,
Incomprensible, austera,
Sin sentido, absurda y miserable
Si tú no estás, si no puedo verte,
Así se vuelve mi existencia:
Miserable y desgraciada,
Columpiándose en mis desdichas,
Pero no me salen las lágrimas,
Ojalá me brotaran
Y me sacudieran como un temporal.

Te recuerdo y tus manos me aferran,
Me recorre el susurro de tus besos
Que no acaban, que no me dejan,
Siento cómo puedes hacer sonar
Mis gemidos de placer como acordes.

Echo de menos mirarte,
Contemplarte, observarte,
Hablarte, besarte, acariciarte,
Hacer el amor durante horas
Y perderme en el olor de tu piel
Mientras me paseo por tu cuerpo
Sólo por disfrutar cada poro.

Cuento las horas que faltan para vernos
Y creo que enloqueceré en el intento
Porque es un enigma:
No se si volveremos a vernos.
No puede terminar todo así
Y siento que está terminando.
Fue bonito, muy bello,
Pero ahora me duele tanto
Que ni llorar, ni reir, ni nada puedo.
Me quedo mirando cualquier punto
Y me corre el tiempo sin notarlo.
Yo quisiera morir si no te tengo.
Si no te voy a tener más
Quiero morir
Y que no me mate poco a poco
Esta ausencia, el amor y el deseo.

sábado, 23 de febrero de 2013

No me acaricies el pelo

"No me acaricies el pelo, que tengo poco. No me acaricies el pelo, que tengo poco. No me acaricies el pelo, que tengo poco... y ninguno de tonto".

Así empezaba una canción de Ilegales, con ese mismo título. Yo se la dedico a los que pretenden hundirme a toda costa, y para ellos también ésta otra de Kaka de Luxe: "Pero que público más tonto tengo".
Y también quiero dedicarles la imagen de este post, con este precioso texto:
Esto se lo dedico con todo mi ""cariño"" a esas personas que, a diario, y desde hace tiempo, e inexplicablemente, y sin razón alguna, pretenden hacerme la vida imposible, sometiendo a mi persona a mobbing imposible de denunciar, queriendo conseguir que me sienta inútil, declarándome inepta de forma pública, humillándome... Pero yo no me rindo, éso es lo que les digo a esas personas -por llamarlas algo, porque ni éso son-. Yo renazco como un Fénix cada día porque tengo una gran fuerza interior y se que la vida devuelve las bofetadas a quien las da.
Por favor, no me toquen más las narices y dejen que llegue hasta donde mi capacidad me pueda llevar.
Tomada de: Todo lo que se te ocurra. Animador. Facebook: https://www.facebook.com/TodoLoQueSeTeOcurra
Y dejen de acariciarme el pelo, de darme palmaditas en la espalda, de ponerme sonrisas falsas, de hacer como que me aprecian y valoran para luego hablar mal de mí por detrás y ponerme zancadillas a cada paso que doy.
Salud para todos, menos para ellos.

jueves, 21 de febrero de 2013

Buenas noches

La lluvia y el viento devoran esta noche que se cierra desapacible y fría para adentrarse incierta en la madrugada. Refugio entre sábanas... acurrucarse calentito y dejar volar los deseos hacia el umbral de los sueños en tanto se oye la lluvia en la ventana y el viento ululando en furia y desespero. Imaginar el frío que invade el exterior y no querer pensar siquiera que habrá que afrontarlo en unas horas, casi al amanecer.

Lo que menos apetece es pensar ahora en ese momento -que llegará- y es mejor disfrutar en la oscuridad del abrazo que nos da la ropa de la cama, del calor que nos da el vuelo del pensamiento, transportándonos a ese sitio que más nos apetece, a ese momento inolvidable que quisiéramos revivir; dejar a un lado lo que nos altere, lo que más nos duela, ni pensarlo, porque llorar en la noche y sentir que las lágrimas van empapando la almohada es desolador.

De: thelostsilence.blogspot.com
Pensar en aquel beso que te hizo rozar las nubes, olvidar la tristeza que te invade sin remedio... Hay que intentar remontar de nuevo de la misma forma que hay que intentar volver a empezar mañana y para éso hay que coger la fuerza desde dentro, arropando los sueños con el edredón, sentirte afortunado por tener un sitio donde poder reposar, porque no todos lo tienen, mientras el viento sigue azotando las calles, con esa lluvia racheada, con ese frío que te corta con agudo dolor como afilados cuchillos, como el dolor que producen las bofetadas de la vida...

Pero no hay que pensar ahora, tan sólo dejar caer los párpados, tan sólo ir entregando tu voluntad, imaginar que sueñas, soñar que imaginas, acunado por los sonidos en concierto de esta noche de lluvia con viento, calentito, arropado, acurrucado, abrazado... hasta perder la conciencia entre las sombras.

lunes, 11 de febrero de 2013

Renovarse y caminar

De: http://www.elmundo.es/elmundo/2012/05/02/andalucia/1335979340.html
Una forma de renovar el espíritu, alentar el ánimo, recobrar la fuerza, levantar la autoestima, disfrutar de modo diferente. Y además, estar juntos.
La idea fue de mi hijo mayor, que desde hace dos meses buscó la ruta y fijó la fecha aproximada; comprobó las condiciones meteorológicas, la dificultad para cada uno de nosotros.
Pude desconectar de problemas cotidianos, reir con ganas, estar con mi familia, escucharlos y verlos, sentir la naturaleza en cada poro, comer al aire libre, y caminar, caminar, respirar profundo y limpio.
Desde Cazalla de la Sierra, empezamos a recorrer el sendero en la Fuente del Chorrillo, que hace un elogio del agua en un azulejo con una frase de la canción "Como el agua" de Camarón de La Isla, mi Isla. Durante cuatro horas y cuarto hicimos el camino de 9 kilómetros del Sendero de Las Laderas, incluída la parada para comer y algunas paradas para descansar.

Encinas, alcornoques, ovejas, cerdos, vacas, burros, olivos, viñedos, pinos, un cielo azul inmenso y otros senderistas fueron parte del paisaje que se abrió ante nuestros ojos cansados de ciudad. Bajada hasta la Rivera del Huéznar y subida a Cazalla por el antiguo Camino de la Estación.

La vuelta a casa en coche sirvió para recordar las vivencias que a la ida tan sólo podíamos imaginar.
¡¡¡Tenemos que repetir...!!!

sábado, 2 de febrero de 2013

Levando ancla

Quiso abrazar lo más bello de la vida en un segundo y al mismo tiempo, liarse a patadas con todo lo que le provocaba odio, malestar, inseguridad. Empezó a contarle su historia, a pesar de que se conocían desde siempre, pero se la contó como si nunca antes se hubieran visto. Iba a dejar atrás todo, iba a irse y lo sabía, aunque nadie se lo hubiera dicho, pero lo sentía muy adentro, muy directo. Sus fuerzas se reducían sin poder evitarlo y le parecía que cualquier cosa que quisiera hacer sería insuperable.

De: blogdenjan.blogspot.com

Su interlocutor no pudo contenerse y estalló, como era de esperar.
El diablo se frotó las manos, se encogió de hombros, miró a izquierda y derecha, miró hacia donde se situaba la corte celeste, escupió al suelo, blasfemó -¿el diablo blasfema?- y asombrado sentenció sin alardes:
-Estas cabronas casi me ganan la partida. Son tan malas como yo mismo: corruptas, ineptas, estúpidas, ineficaces y para rematar: incautas y descuidadas. Las han pillado, aunque no se pueda demostrar porque la subjetividad de los hechos complica la defensa.
Y añadió:
-¡Son peores que yo! Ni yo lo hubiera hecho tan bien, aunque tienen que refinar sus métodos...
Después de escucharlo le dio la espalda, entendió que no podría hacer más, que su historia, triste e injusta historia, no tenía solución final, que ella misma debía desencadenar su desenlace, dedicando sus maltrechas energías a hacer cosas que realmente le produjeran satisfacción; muy simple, ser valiente y centrarse en lo que más te guste, en lo que más te aporte. Muy simple y sin embargo, nada fácil. Pero debía seguir avanzando en su camino.

miércoles, 30 de enero de 2013

NO TITLE-NO SUBJECT-NO: RECOLECTA, 23 de Marzo, 2003


El deseo por tenerte me acompaña:
se acuesta conmigo cada noche
y da vueltas en la cama como yo.

El deseo por amarte camina a mi lado:
a cada paso que doy,
en cada kilómetro que hago,
por las calles que frecuento,
por las esquinas que doblo.

La necesidad de verte me urge,
me apremia cada día con más fuerza,
me coge de las solapas
y me zarandea y me amenaza
con su aliento de amor desesperado.

No es preciso descifrar cuánto te amo...
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