domingo, 6 de mayo de 2018

Nuestros encuentros especiales, llenos de cantos, revoloteos y plumas

Me embelesaron los colores de su plumaje y el peculiar baile de su vuelo. Interpreté la irrupción del pequeño COLIBRÍ como otra visita tuya, querido padre, de esas que me haces desde que te fuiste, reencarnado cada vez en un pájaro distinto, esos que tanto te gustaban. Y así rompiste el SILENCIO de mi pensamiento perdido mientras disfrutaba del aroma del ROMERO que llegaba desde el ALFEIZAR de la ventana.
Y como siempre, me dejaste un mensaje, o así lo interpreté, como suelo hacer, porque es la forma de llevarte conmigo: “Mira siempre hacia adelante, hasta que logres tu VICTORIA”.
©Schattenwolf, libre de derechos
Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

sábado, 5 de mayo de 2018

Inevitablemente, escribo tu nombre


Escribo tu nombre en papeles, pegatinas, cristal, camisetas, en encendedores y  bolígrafos, en pins, en autobuses urbanos, en las fachadas de la ciudad, en vallas publicitarias, en todas partes. ¡Buena excusa trabajar en publicidad de perfume para evocar tu nombre!. #microrrelato

©markus53, libre de derechos

©María José Gómez Fernández
Originalmente publicado en twitter.

lunes, 30 de abril de 2018

Defensa de la autoestima ante la cobardía en manada


¡Cómo pedir CLEMENCIA!, si temía más por su vida que por su integridad física, que estaba siendo seriamente perjudicada. Mientras se la pasaban como una pelota de mano en mano, de un cuerpo a otro, de un miembro viril a otro, despojándola de sus ropas, destrozadas, desgarradas, se sintió como una AMAPOLA que deshojan.

Habrá quien lo juzgue como acoso, pero durante la brutal violación optó por evadir su humillación, dolor, impotencia y sufrimiento imaginando que paseaba contemplando el RIELAR de la LUNA en los charcos de las calles recién regadas, para enseguida mascullar que jamás podría olvidar aquella FIESTA.

©noahherrera, libre de derechos


©María José Gómez Fernández

Publicado para Cinco Palabras y Mar Olayo en su convocatoria RELATO DE MAYO (I) 2018: LA ACTRIZ ALICIA BORRACHERO @BORRACHEROALI

sábado, 28 de abril de 2018

De vez en cuando, la vida es imprevisible


Muchas gracias a Mar Olayo y a Cinco Palabras por escoger mi microrrelato para ser leído esta semana. Para mí es todo un honor.



Publicado originalmente en El Doblao del Arte. ©María José Gómez Fernández

lunes, 23 de abril de 2018

Aprendiendo a no ser débil


Mientras emitían la noticia en televisión se empleó a fondo para poder seguir la noticia y no perder el hilo de los comentarios que iban produciéndose entre los demás telespectadores del pequeño bar. La mañana lucía espléndida para oír tanta miseria humana, la del crimen y la de los televidentes. Un nuevo caso de violencia doméstica salpicaba los cafés y las conversaciones, salpicaba al verdugo y a las víctimas, como una mácula irresistible a cualquier producto de limpieza, que a su vez podía ser conato para iniciar una discusión y un debate sin más ánimo que desahogar la bilis.

-Desde luego, vaya tela, ¡anda que se habrá quedado bien tranquilo, el muy cabrón!
-Pero, digo yo, que algo habrán hecho "pa" que el hombre haya reaccionado así.
-¡Sí, claro, vamos a buscar excusas!. Que se las ha "cargao" porque se estaba separando y no soportaba el rechazo, no te digo, el típico que dice "si no eres mía no eres de nadie".
-¡Un hijo de puta en toda regla!.
-¿Y qué habrá pasado hoy para que haya reaccionado así?, porque dicen sus vecinos que el hombre era bien tranquilo, bueno, un tío normal y corriente, que nunca había dado problemas.
-Que la mujer se habrá "echao" un novio y el hombre no ha podido aguantar verse de segundo plato.

©isabellaquintana, libre de derechos


El ambiente se iba cargando cada vez más, hasta el punto que a Susana el café empezó a saberle a rayos, no solo por la desgracia que relataba el informativo con escabroso y morboso lujo de detalles, sino por la desgracia de formar parte de una sociedad que se empeña en juzgar en base a una noticia, sin conocer el caso concreto, sin abundar en la problemática del entorno de esa desgracia; una sociedad que debería de preocuparse más en buscar la raíz del problema para solventarlo, de buscar la ayuda de profesionales, de alertar cuando detecten un posible caso de violencia de género. Todo aquel gentío defendiendo su parcelita de opinión y juicio era tan peligroso como el maltratador en sí, que busca un culpable para excusar su acción, que justifica su proceder escudando su ejecución en una jerarquía de dominante y dominado.

Susana salió del bar, rumbo a su trabajo en la Unidad de la Mujer, donde enseña a otras mujeres víctimas a romper su círculo de aislamiento, a asumir que no tienen la culpa del maltrato, a reaccionar.


©María José Gómez Fernández
Con este microrrelato participo en la convocatoria #relatosCulpa de @divagacionistas (abril, 2018).

Publicado en recopilación de relatos de @divagacionistas
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