Celes llegó a casa de Ana descompuesta, nerviosa, con la respiración agitada.
Ana intentó tranquilizarla para que se explicara.
Le habían notificado que el desahucio sería en un mes.
Sentándose a su lado, cogió su cara con las dos manos y la miró fijamente.
- Celes, amiga, ten
esperanza, todo tiene solución.
- Sé que me hablas con
cariño pero no veo arreglo.
- Tómalo como un
regalo -interrumpió Ana-, te propongo compartir mi casa
contigo hasta que recibas la resolución de la dación en pago.
Celes abrazaba emocionada a su amiga, que ponía un hogar provisional a su
alcance.
© María José Gómez Fernández
Microrrelato publicado en
Cinco Palabras, 3ª semana de enero, 2018.