Impresiones, Crítica, Poesía: Saciar emociones, soltar amarras, decir lo que pienso, expresar lo que parece, pisar el firme, derramar silencios...
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martes, 9 de mayo de 2017
Por la inclusión de nuestras mascotas en la Declaración de la Renta
¿Tu mascota es un miembro más de tu familia?
Para él yo soy su mamá, y para mi es mi niño peludo y perruno.
Aunque Simeón no sabe hablar tiene otras formas de decirme cuánto me quiere, como sus lametones y su rabo cuando se mueve de alegría como un ventilador. Así me agradece todos los días que yo sea su mamá. Yo lo quiero tanto...
Hay que enseñarlos, a veces con ayuda de un adiestrador.
Necesitan cuidados médicos, consultas, intervenciones quirúrgicas, tratamientos médicos.
No van a alimentarse de cualquier cosa, así que requieren comida. ¡Y cómo no, también alguna chuche!
Requieren tiempo, dedicación, atención, amor, pasear, tener amigos y amigas, peludos y humanos.
Necesitan jugar, espacios para hacerlo y juguetes, aunque es cierto que la mayoría de las veces, su mejor juguete eres tú, su humano.
Es bueno que cuenten con un seguro, para su protección y la de terceras personas.
Están con nosotros por amor pero también es cierto, que aunque en torno a ellos se genera un mercado, una industria y una variedad de puestos de trabajo, entre otras cosas, la administración no los tiene en cuenta más que para incluirlos en un Registro de Animales, para que estén controlados -cosa que puede ayudar a identificarlos en caso de pérdida o robo-; la administración, el estado debería tener el gesto de que pudiéramos desgravar por ellos una cantidad, aunque fuera fija, en nuestra declaración de la renta, de esta forma, los que tenemos mascota veríamos reflejada una realidad emotiva y económica, y de otra parte, nuestras mascotas se verían más integradas, consideradas y valoradas socialmente, como parte de la sociedad y miembros de la familia a la que pertenecen.
Firma, comparte, difunde, por nuestras mascotas. Muchas gracias:
https://www.change.org/p/gobierno-de-espa%C3%B1a-inclusi%C3%B3n-de-nuestras-mascotas-en-la-declaraci%C3%B3n-de-la-renta
domingo, 7 de mayo de 2017
!Te quiero, mamá!
Otra gran mujer, como ella,
Siempre atenta y pendiente.
Es mi madre,
Fuerza y dulzura,
Amor incondicional:
Josefa Fernandez Romero
¡Te quiero, mamá!
en el Día de la Madre
en el Día de la Madre
y todos los días de mi vida.
¡Gracias por existir!
¡Gracias por existir!
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Poesía
viernes, 5 de mayo de 2017
Inclusión de nuestras mascotas en la Declaración de la Renta
Desde el pasado mes de febrero el Congreso aprobó la reforma del Código Civil para dejar de considerar a los animales, a las mascotas como cosas y que pasen a ser tenidos en cuenta como seres con sentimientos y que dejen de ser objeto de embargo.
La aprobación de esta propuesta es un gran avance para la sociedad, para los animales en general y para las mascotas en particular. Pero hay que avanzar en este sentido y llegar más allá.
Las personas que tenemos mascotas a nuestro cargo, voluntariamente, nos hacemos un bien a nosotros mismos, hacemos un bien a la mascota y también hacemos un bien social, puesto que, en muchos casos, cada vez más frecuentes, se trata de animales recogidos de la calle o de asociaciones animalistas, y en otros casos se trata de animales adquiridos en un establecimiento.
Las personas que tenemos mascotas a nuestro cargo tenemos obligaciones hacia las mascotas, obligaciones que nos nacen del corazón y del cariño que les tenemos, pero ante la ley también tenemos obligaciones y podemos ser sancionados por incumplirlas, cosa lógica y justa: no abandonarlos, tener su calendario de vacunaciones al día, alimentarlos y cuidarlos. Tenemos que registrarlos a nuestro nombre en el Registro de Identificación Animal que nos corresponda, lo que beneficia a la mascota si se pierde o es sustraída, y a su humano, facilitando que pueda encontrarla, ya que este registro permite controlar su identificación y pertenencia, su identidad como mascota, como animal.
Las personas que tenemos mascotas a cargo creemos justo, y por ello lo solicitamos, que puedan ser incluidas en nuestra Declaración de la Renta, ya que son seres con sentimientos, están a nuestro cargo, es decir, son dependientes de su humano, su dueño, absolutamente para todo, y además, requieren unas atenciones y gastos que deben ser tenidos en cuenta.
Las mascotas hacen un bien social, ya que nos dan amor, compañía y nos muestran su fidelidad. Debidamente adiestradas hacen un bien social mayor al colaborar en la integración de personas con discapacidad, participar en rescates de supervivientes en desastres naturales, misiones policiales especiales, etc. Las mascotas viven entre nosotros, con nosotros, y dependen de nosotros para todo, y además de su amor incondicional prestan un servicio a la sociedad, pero a día de hoy no pueden constar en la Declaración de la Renta como un miembro más de la familia, que es lo que realmente son, un miembro dependiente y que tiene sus propios gastos, como cualquier otro miembro de la familia.
Hagamos posible que los animales tengan el lugar que les corresponde, y aún más nuestras mascotas. Únete a esta petición para que sea posible su inclusión en la Declaración de la Renta.
¡Gracias!
Firma la petición: https://www.change.org/p/gobierno-de-espa%C3%B1a-inclusi%C3%B3n-de-nuestras-mascotas-en-la-declaraci%C3%B3n-de-la-renta
Diversa razón
No hay un camino
ni un único destino.
Tampoco la razón
ni la verdad son únicas,
como no lo son
los puntos de vista
ni las opiniones.

ni una razón,
ni un destino
ni una opinión.
No hay un punto de vista
ni una verdad.
Respeta,
responde,
razona,
tolera,
comprende,
Integra.
Hay muchas voces
y muchas miradas,
intereses diversos,
conectados.
Respeto,
empatía,
tolerancia.
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lunes, 17 de abril de 2017
Momento de libertad
Después de la cena y un rato de asueto en la sala común, se disponían
para retirarse. Cada cual iba entrando en su cubículo tras abandonar la fila.
Las puertas se iban cerrando con estruendo de herrumbre entrechocada. Luego
sonaba, una a una, cada llave entrando, girando y saliendo de su cerradura. Por
último se apagaba la luz y la oscuridad se podía notar como un fino velo.
Este momento del día, ya de noche, le hacía sentir de nuevo aquellos labios carnosos recorriendo su torso y los dedos de uñas rojas afiladas arañando en cosquilleos circulares sus nalgas.
Tumbado en su escueto colchón, para no olvidar, trataba de dibujar una y otra vez el lugar exacto donde ocultaba la mochila, su único medio de vida cuando terminara su maldita y obligada estancia. La mochila y el dinero se instalaban en el centro de sus pensamientos antes de empezar a relajarse y entregarse al sueño de cada noche; se adueñaban de él, casi podía tocar las monedas y los billetes, contarlos, olerlos, y con ese olor peculiar viajaba cada noche a un lugar y de un modo diferente mientras dormía.
Por la mañana temprano, con las primeras luces, las cerraduras volvían a sonar para abrirse y hablaban de barrotes, de otra realidad, de horas añoradas, de libertad perdida y ansiada.
Las cerraduras calladas y cerradas, y la oscuridad serena hablaban de libertad;
eran preámbulo del momento especial y mágico del día, el que le permitía evadir,
eludir, volar a otro lugar, suspirar hondo y perderse en los detalles
inventados, pensados, y también en los vividos en otros tiempos, tal vez
mejores, o no, pero sin duda más arriesgados, en los que cada segundo se
revestía de temeridad, se aliñaba de celeridad, se acompañaba de riesgo y tenía
sabor de peligro, olor a placer, a ratos contenido, a ratos desatado. ¡Ah, esos
tiempos no tan lejanos! Tiempos duros pero felices, pensados para sobrevivir
mientras soñaba con dejar de vivir al límite por unas horas, mientras alguna
chica le dedicaba una mirada cadenciosa e insinuante, le lanzaba un beso desde
la barra del pub, le regalaba su encanto en privado a cambio de saberse entre los
brazos del más buscado, lo que lo hacía aún más deseado.
Este momento del día, ya de noche, le hacía sentir de nuevo aquellos labios carnosos recorriendo su torso y los dedos de uñas rojas afiladas arañando en cosquilleos circulares sus nalgas.
Tumbado en su escueto colchón, para no olvidar, trataba de dibujar una y otra vez el lugar exacto donde ocultaba la mochila, su único medio de vida cuando terminara su maldita y obligada estancia. La mochila y el dinero se instalaban en el centro de sus pensamientos antes de empezar a relajarse y entregarse al sueño de cada noche; se adueñaban de él, casi podía tocar las monedas y los billetes, contarlos, olerlos, y con ese olor peculiar viajaba cada noche a un lugar y de un modo diferente mientras dormía.
Por la mañana temprano, con las primeras luces, las cerraduras volvían a sonar para abrirse y hablaban de barrotes, de otra realidad, de horas añoradas, de libertad perdida y ansiada.
Publicado por María José
Gómez Fernández para #relatosCerraduras de @divagacionistas
Publicado en recopilación de #relatosCerraduras de @divagacionistas para el mes de abril.
Publicado en recopilación de #relatosCerraduras de @divagacionistas para el mes de abril.
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