miércoles, 15 de mayo de 2013

Seminario BUSGICIWYR

Seminario BUSGICIWYR: Búsqueda y Gestión de la Información Científica (uso de WOK y RefWorks).

Google site creado como material de apoyo al "Seminario" impartido el 14 y 16 de Mayo de 2013. 
https://sites.google.com/site/seminariobusgiciwyr/

Dirigido a personal docente de la Facultad de Física y otras Facultades y Escuelas del Campus de Reina Mercedes (Universidad de Sevilla).
Objetivo:
Ofrecer a profesores e investigadores las claves para gestionar la información científica de forma óptima, utilizando la plataforma WOK (Web of Knowledge) y el gestor de referencias bibliográficas RefWorks
.
Impartido por: María José Gómez Fernández, mjosegomez@us.es (Biblioteca de Facultad de Física) y Marta Suárez Samaniego, martas@us.es (Biblioteca de Facultad de Matemáticas)

miércoles, 8 de mayo de 2013

Agua somos

Consiguió trabajo en la presa y compró la casa de sus sueños junto al río. Hacía tiempo que no llovía así. Aquella madrugada mientras dormía la presa reventó y el agua arrasó todo a su paso. El agua que le permitía ganarse el sustento ahora también le arrebataba la vida.

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Presentado al Concurso de Microrrelatos convocado por La Red de Bibliotecas Municipales de Cartagena, en su 5ª edición de 
El tamaño no importa, léelo.

martes, 30 de abril de 2013

NO TITLE-NO SUBJECT-NO: RECOLECTA, 25 de Febrero, 2004


 
Al lado del silencio
piel que mi piel roza,
manos que me aferran,
embestidas
de tu cuerpo en el mío
me poseen:
siento que vibro
desvanecida
de deseo ardiente,
mi vientre invadido,
mis pechos en vaivén
acelerado;
tú al galope
en mis caderas...
Te miro de soslayo,
los ojos entornados
por el placer inmenso.
No quiero más
salvo saberte amado
como yo me siento.
No puedo amar más
salvo a tí.
Escóndeme en tus brazos,
cállame con tus labios
en los míos.
Destruye mis pensamientos
cuando se atreven
a desvariar que podría perderte.
Amor mío...
no sé cómo decirte
todo lo que te siento,
todo lo que te quiero.

Incluso más allá de la muerte.

lunes, 8 de abril de 2013

Con el alma al aire: Amanece el barrio

Parir las horas de un domingo se vuelve lento y hasta tedioso. Hay que inventar un entramado de ilusiones para avanzar los minutos compaginando con esas obligaciones que te cuelgan por herencia de siglos, por narices. Axi se asoma a la ventana para tomar un respiro: unos pasean a los perros, otros empujan un carrito de bebé, algún niño monta en bicicleta, un matrimonio de abuelos vuelve del parque, el indigente rebusca en los contenedores de la basura sin importarle quién pueda verlo, un grupo de amigos camina hacia el bar de la calle de atrás. Parece que el barrio va cobrando color y forma ahora que está bien entrada la mañana.

-Tendré que ir a comprar pan –piensa Axi con cierta pereza, porque no tiene muchas ganas de pisar la calle-.

 Al otro lado de la plaza la ventana de María parece haber retenido el tiempo en ella, siempre a la misma altura, ni levantada ni bajada, justo a un palmo del alféizar, como si nadie habitara tras ella, pero sí. Axi la mira durante un buen rato mientras se pregunta cómo terminarían ayer las cosas entre Martín y María, o cómo habrán empezado esta mañana. Siente un pellizco por dentro porque no vaticina nada bueno.

 María se retiró temprano, casi al poco de atardecer, aburrida hasta el hastío de estar sola o con algún amigo, pero sola. Martín agrandó la tarde y la estiró como chicle hasta confundirla con la noche y la madrugada, y a la primera oportunidad escabulló el bulto con un par de conocidos de barra para seguir la parranda, pero sin María. Como otras tantas veces agotó un bar y otro hasta cerrarlos, entre risotadas y canturreos, picoteando escasamente un aperitivo compartido, sin mayores consideraciones que sus propios intereses y caprichos. Con el cansancio y la bebida de más a cuestas, como la chaqueta al hombro, finalmente regresó a casa, creyendo que evitaba hacer ruidos que pudieran despertar a María, cayendo en la cama casi sin desvestir, y durmiendo con aplomo entre vapores etílicos que por la mañana le cambiarían el humor hasta la primera cerveza en el bar, con María cerca, aparentando la normalidad de la felicidad estable, pero reviviendo flash a flash los fogonazos de flirteo vacío, los besos de plástico recibidos, las palabras agolpadas que se derraman sin contenido en conversaciones imposibles de recordar.


Partes completas: Con el alma al aire

jueves, 4 de abril de 2013

Con el alma al aire: De vuelta (2)

Se despidieron del grupo de conocidos y subieron a casa mientras el bar empezaba a recoger para cerrar pronto sus puertas. Otros ya se habían retirado un rato antes, y el resto de clientes lo iba haciendo poco a poco.

El silencio de la noche se rompía a intervalos por la sirena de una ambulancia que enfilaba camino al hospital Virgen del Rocío con gran velocidad. Para la gente del barrio un sonido familiar que podía oírse de día y de noche pero que en la noche podía desgarrar y levantar inquietud, clamando desde la oscuridad como el grito del que pide ayuda con desespero. La sirena con su acompasado ritmo fue alejando su reclamo hasta que finalmente dejó de oírse y de nuevo se instauró el silencio, tan sólo roto por algún coche pasando por la avenida, por el eco de la conversación de algún transeúnte.

De los altavoces del ordenador fluía la música suave con volumen adecuado para no distorsionar la magia de la estancia, iluminada por una tenue luz de vela cuya llama cambiaba de forma y tamaño a voluntad. Una copa de licor, un baile lento, miradas cómplices y el lenguaje corporal ponían la guinda al espacio y al momento íntimo. Unas horas después, consumido el licor, apagada la vela, la música susurrando al fondo, el cansancio hizo mella y el sueño los embargó sin preguntar.

Las primeras horas de la mañana los sorprendió acomodados entre sábanas, con las primeras luces filtrándose por los agujeritos de la persiana. Con los ojos llenos de sueño y el cuerpo perezoso se permitieron un rato más.


Partes completas: Con el alma al aire
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