Lo que menos apetece es pensar ahora en ese momento -que llegará- y es mejor disfrutar en la oscuridad del abrazo que nos da la ropa de la cama, del calor que nos da el vuelo del pensamiento, transportándonos a ese sitio que más nos apetece, a ese momento inolvidable que quisiéramos revivir; dejar a un lado lo que nos altere, lo que más nos duela, ni pensarlo, porque llorar en la noche y sentir que las lágrimas van empapando la almohada es desolador.
De: thelostsilence.blogspot.com |
Pero no hay que pensar ahora, tan sólo dejar caer los párpados, tan sólo ir entregando tu voluntad, imaginar que sueñas, soñar que imaginas, acunado por los sonidos en concierto de esta noche de lluvia con viento, calentito, arropado, acurrucado, abrazado... hasta perder la conciencia entre las sombras.