domingo, 7 de mayo de 2017

!Te quiero, mamá!



Juana se llamó su madre,
Otra gran mujer, como ella,
Siempre atenta y pendiente.
Es mi madre,
Fuerza y dulzura,
Amor incondicional:

Josefa Fernandez Romero 
¡Te quiero, mamá!
en el Día de la Madre
y todos los días de mi vida.

¡Gracias por existir!

viernes, 5 de mayo de 2017

Inclusión de nuestras mascotas en la Declaración de la Renta





Desde el pasado mes de febrero el Congreso aprobó la reforma del Código Civil para dejar de considerar a los animales, a las mascotas como cosas y que pasen a ser tenidos en cuenta como seres con sentimientos y que dejen de ser objeto de embargo.
La aprobación de esta propuesta es un gran avance para la sociedad, para los animales en general y para las mascotas en particular. Pero hay que avanzar en este sentido y llegar más allá.
Las personas que tenemos mascotas a nuestro cargo, voluntariamente, nos hacemos un bien a nosotros mismos, hacemos un bien a la mascota y también hacemos un bien social, puesto que, en muchos casos, cada vez más frecuentes, se trata de animales recogidos de la calle o de asociaciones animalistas, y en otros casos se trata de animales adquiridos en un establecimiento.
Las personas que tenemos mascotas a nuestro cargo tenemos obligaciones hacia las mascotas, obligaciones que nos nacen del corazón y del cariño que les tenemos, pero ante la ley también tenemos obligaciones y podemos ser sancionados por incumplirlas, cosa lógica y justa: no abandonarlos, tener su calendario de vacunaciones al día, alimentarlos y cuidarlos. Tenemos que registrarlos a nuestro nombre en el Registro de Identificación Animal que nos corresponda, lo que beneficia a la mascota si se pierde o es sustraída, y a su humano, facilitando que pueda encontrarla, ya que este registro permite controlar su identificación y pertenencia, su identidad como mascota, como animal.
Las personas que tenemos mascotas a cargo creemos justo, y por ello lo solicitamos, que puedan ser incluidas en nuestra Declaración de la Renta, ya que son seres con sentimientos, están a nuestro cargo, es decir, son dependientes de su humano, su dueño, absolutamente para todo, y además, requieren unas atenciones y gastos que deben ser tenidos en cuenta.
Las mascotas hacen un bien social, ya que nos dan amor, compañía y nos muestran su fidelidad. Debidamente adiestradas hacen un bien social mayor al colaborar en la integración de personas con discapacidad, participar en rescates de supervivientes en desastres naturales, misiones policiales especiales, etc. Las mascotas viven entre nosotros, con nosotros, y dependen de nosotros para todo, y además de su amor incondicional prestan un servicio a la sociedad, pero a día de hoy no pueden constar en la Declaración de la Renta como un miembro más de la familia, que es lo que realmente son, un miembro dependiente y que tiene sus propios gastos, como cualquier otro miembro de la familia.
Hagamos posible que los animales tengan el lugar que les corresponde, y aún más nuestras mascotas. Únete a esta petición para que sea posible su inclusión en la Declaración de la Renta.
¡Gracias!
Firma la petición: 
https://www.change.org/p/gobierno-de-espa%C3%B1a-inclusi%C3%B3n-de-nuestras-mascotas-en-la-declaraci%C3%B3n-de-la-renta

Diversa razón


No hay un camino
ni un único destino.
Tampoco la razón
ni la verdad son únicas,
como no lo son
los puntos de vista
ni las opiniones.

No hay un camino
ni una razón,
ni un destino
ni una opinión.
No hay un punto de vista
ni una verdad.

Respeta,
responde,
razona,
tolera,
comprende,
Integra.

Hay muchas voces
y muchas miradas,
intereses diversos,
conectados.

Respeto,
empatía,
tolerancia.

lunes, 17 de abril de 2017

Momento de libertad

Después de la cena y un rato de asueto en la sala común, se disponían para retirarse. Cada cual iba entrando en su cubículo tras abandonar la fila. Las puertas se iban cerrando con estruendo de herrumbre entrechocada. Luego sonaba, una a una, cada llave entrando, girando y saliendo de su cerradura. Por último se apagaba la luz y la oscuridad se podía notar como un fino velo.

Las cerraduras calladas y cerradas, y la oscuridad serena hablaban de libertad; eran preámbulo del momento especial y mágico del día, el que le permitía evadir, eludir, volar a otro lugar, suspirar hondo y perderse en los detalles inventados, pensados, y también en los vividos en otros tiempos, tal vez mejores, o no, pero sin duda más arriesgados, en los que cada segundo se revestía de temeridad, se aliñaba de celeridad, se acompañaba de riesgo y tenía sabor de peligro, olor a placer, a ratos contenido, a ratos desatado. ¡Ah, esos tiempos no tan lejanos! Tiempos duros pero felices, pensados para sobrevivir mientras soñaba con dejar de vivir al límite por unas horas, mientras alguna chica le dedicaba una mirada cadenciosa e insinuante, le lanzaba un beso desde la barra del pub, le regalaba su encanto en privado a cambio de saberse entre los brazos del más buscado, lo que lo hacía aún más deseado.

Este momento del día, ya de noche, le hacía sentir de nuevo aquellos labios carnosos recorriendo su torso y los dedos de uñas rojas afiladas arañando en cosquilleos circulares sus nalgas.
Tumbado en su escueto colchón, para no olvidar, trataba de dibujar una y otra vez el lugar exacto donde ocultaba la mochila, su único medio de vida cuando terminara su maldita y obligada estancia. La mochila y el dinero se instalaban en el centro de sus pensamientos antes de empezar a relajarse y entregarse al sueño de cada noche; se adueñaban de él, casi podía tocar las monedas y los billetes, contarlos, olerlos, y con ese olor peculiar viajaba cada noche a un lugar y de un modo diferente mientras dormía.
Por la mañana temprano, con las primeras luces, las cerraduras volvían a sonar para abrirse y hablaban de barrotes, de otra realidad, de horas añoradas, de libertad perdida y ansiada.



lunes, 10 de abril de 2017

Alto riesgo


Subió los diez pisos hasta la azotea y lo hizo a pie para no levantar sospechas. Los demás lo seguían a corta distancia, procurando hacer el menor ruido a pesar del pertrecho armamentístico que acarreaban. Una vez arriba forzaron la puerta para salir al exterior y con cautela se arrimaron a la baranda, desplegando cuerdas, asegurando arneses y atándose bien para descolgarse en vertical hasta las ventanas del octavo piso. Entonces entraron por una ventana, irrumpiendo y sorprendiendo a los secuestradores, que intentaron huir inútilmente por la puerta donde se encontraba el resto del grupo de los GEO que los apresó. Los niños estaban asustados pero ilesos.


Presentado el 3 de abril de 2017 al concurso X Edición de relatos en cadena, del programa La Ventana, de Cadena Ser, http://escueladeescritores.com/concurso-cadena-ser/
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