lunes, 29 de enero de 2024

Ni videncia, ni psicoterapia

Sabe que el cielo y la tierra, las personas, las poblaciones, el mar, los ríos, los bosques y las montañas se extienden más allá de lo que su vista alcanza; lo sabe de sobra, es más, ha podido constatarlo cuando ha ido a algún lugar diferente, cuando ha visto a otras personas, o cuando parte de ello ha sido retransmitido en televisión, pero no es capaz de vislumbrar aquello que nunca ha conocido, lo puede imaginar, pero solo eso, y con márgenes de error.
Le ocurre lo mismo con su existencia; sabe que su pasado guarda lo vivido, y eso lo conoce bien, lo recuerda incluso con nostalgia, y también conoce su presente, que se diluye en segundos porque es tan efímero que se sucede con cada latido, pero, por mucho que lo intenta es incapaz de vislumbrar su futuro, ni el más lejano, ni a medio plazo, ni siquiera el más inmediato.
Le produce cierta incertidumbre no controlar lo próximo que vendrá, o cómo será todo aquello que aún no ha conocido pero irá conociendo, qué le deparará el destino, cuál será la siguiente piedra con la que tropezará. La incertidumbre se torna, incluso, en angustia cuando intuye que algo importante está pendiente de ocurrir, o cuando espera un resultado determinante y se devana los sesos situándose en las diferentes soluciones, sabiendo que hay otras que no está contemplando porque no es capaz de luchar con la incógnita de lo desconocido, de ver más allá, traspasando la esencia de lo que está por venir, y la incertidumbre, la angustia y un temor irracional le hacen volver una y otra vez a un lugar seguro, a una zona de confort, desde donde solo es posible dejarse llevar por cada segundo que marca el reloj, cada instante fugaz del momento, esencia del presente. Por eso no se atreve a acudir a psicoterapia, por no hurgar en el pasado ni en su entorno, cuyo conocimiento y dominio es lo único que le otorga cierta estabilidad, o así lo cree fervientemente. Y por eso mismo, aún menos, tampoco se atreve a acudir a una consulta de videncia, porque prefiere la angustia de la incertidumbre ante lo que está por suceder que enfrentarse a conocer un pronóstico aún más incierto realizado por azar. Mejor dejar que todo vaya sucediendo con cada paso que dé, con cada segundo que avance en el tiempo.

©Aji ~ ©María José Gómez Fernández

Mi contribución para la convocatoria de @divagacionistas de enero 2024 #relatosEsencia 

2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho, María José, sobre todo como está escrito, una gozada leerte. Maravilla de relato!!

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  2. Muchísimas gracias, Lola!! Me alegra tanto que te guste!! Lo escribí sobre la marcha esta mañana y no las tenía todas conmigo de que fuera un relato de esos que puedan gustar, pero, me equivoqué. Un abrazo!!

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