No lo escuchó entrar pero lo vio, sintió cómo una ráfaga fría le zumbaba en la nuca. Media hora después seguían sentados frente a frente, sin hablar, sin mirarse, como en una cita a ciegas de fantasmas, ¿o realmente lo eran desde hace tiempo?
©María José Gómez Fernández. Originalmente publicado en
twitter.
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