Mostrando entradas con la etiqueta concursos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta concursos. Mostrar todas las entradas

jueves, 18 de enero de 2024

Ventilador

El pasado día 11 de enero, Diversidad Literaria me comunicó por escrito que mi poesía "Ventilador" se encontraba entre las seleccionadas del "VII Concurso internacional Haikus", y que junto al resto de seleccionadas, las finalistas y la ganadora aparecería en la antología que se ha publicado con el mismo título.



Si deseas leer mi poesía, puedes hacerlo bajo esta línea:

VENTILADOR

Gira insomne,

de su ruido al compás

el aire mueve.

©Aji ~ ©María José Gómez Fernández


lunes, 1 de enero de 2024

Deambulando

 El pasado día 22 de diciembre, Diversidad Literaria me comunicó por escrito que mi relato "Deambulando" se encontraba entre los seleccionados del "II Concurso de microrrelatos Crónicas Microvampíricas", y que junto al resto de seleccionados, los finalistas y el ganador aparecería en la antología que se ha publicado con el mismo título.



Si deseas leer mi relato puedes hacerlo bajo esta línea:

DEAMBULANDO

Comenzó su sufrimiento cuando empezó a sentir ansiedad, el pulso acelerado, mariposas en el estómago al verla, estar cerca o percibir su olor. Cualquier hombre lobo, vampiro o híbrido sabía que el enamoramiento iba contra natura. Pero ocurrió. Él, fuerte, astuto, feroz, veloz y despiadado había caído rendido ante aquella mujer delgada, cual junco, de tez pálida que sonreía hierática desde sus labios salvajemente rojos. En las noches de luna llena solo ella lograba aplacar su instinto de licántropo.

©Aji ~ ©María José Gómez Fernández

jueves, 26 de octubre de 2023

Echo de menos tanto...

Hace dos días recibí un WhatsApp de Diversidad Literaria comunicándome que mi relato se encontraba entre los seleccionados dentro del IX Concurso de Microrrelatos románticos “Porciones del alma”, y que junto con los relatos finalistas y el ganador aparecerá en una antología que han publicado.



Si quieres leer mi relato, puedes hacerlo bajo esta línea:

ECHO DE MENOS TANTO…

Esos momentos robados para nosotros, para un beso, hacer el amor a deshora, momentos robados a la rutina, al silencio, al sueño, al trabajo, mágicos e inolvidables, en los que el alrededor podía flotar e incluso no existir, porque solo éramos tú y yo. Momentos de miradas cómplices, conversaciones, proyectos, planes, debates, ilusión, paseos tomados por la cintura, cogidos de la mano, viendo la luna de noche desde la playa; bailando, extrañando ausencias, comiéndonos de deseo; tanto echo de menos…

©Aji ~ ©María José Gómez Fernández

martes, 29 de agosto de 2023

Puesta de soles

Hoy he recibido un WhatsApp de Diversidad Literaria comunicándome que mi relato se encuentra entre los seleccionados en el VI Concurso de microrrelatos ''Microatardeceres'', y que junto con el relato ganador y los diez finalistas forma parte de la antología que han publicado.



Si quieres leer mi relato seleccionado puedes hacerlo bajo esta línea.

PUESTA DE SOLES

Mientras contempla el incandescente cielo, coronado por un sol, que glorioso, grande, asombrosamente anaranjado va jugando al escondite en el horizonte, deleitándose ante la belleza regalada por la naturaleza, que en minutos empezará a poblarse de sombras, acaricia al perro tumbado en la hierba, y un estremecimiento la recorre por dentro, evidencia de su propio atardecer, perceptible en sus arrugas, sus años, su experiencia; gris se va tornando su cabello, y pronto, ella será también sombra.


©Aji ~ ©María José Gómez Fernández

domingo, 16 de julio de 2023

Los pasos en silencio

Hace dos o tres días, recibí un WhatsApp de Diversidad Literaria comunicándome que mi relato había sido seleccionado en el VIII Concurso de Microrrelatos sobre la mujer "ELLAS" (Temática: la mujer/es), y que junto con el relato ganador y los 10 finalistas forma parte de la antología que han publicado. 

Quien desee leer mi relato puede hacerlo bajo esta línea.

LOS PASOS EN SILENCIO


La abuela solía contarme su frugal historia de amor con aquel muchacho que nunca volvió de la Guerra del Rif y tampoco olvidó. Después la casaron y su existencia, como tantas, se redujo al anonimato. No te cases, le dijo a mi madre, que abnegada, fue una buena esposa. También me lo dijo a mí, que trabajo, soy madre, pareja, alzo mi voz por la igualdad, decido por mí. Hoy saboreo victoriosa el espacio que nos separa, oigo sus voces ancestrales y creo verlas sonreír con orgullo y gratitud: “¡sigue adelante!”


©Aji ~ ©María José Gómez Fernández



jueves, 29 de junio de 2023

De amor y rutina

 El pasado lunes, 26 de junio, Diversidad Literaria me comunicó a través de un WhatsApp que había sido seleccionada como finalista en el VII Concurso Internacional de microrrelatos «Escritores al alba». Se trata de un micro de cinco líneas, pero me hizo mucha ilusión. Ha sido publicado en una obra junto con el micro ganador, los otros nueve finalistas y el resto de seleccionados.

Para quien desee leerlo, pongo aquí el microrrelato.

DE AMOR Y RUTINA

Cuando la oscuridad va siendo devorada por pinceladas que devuelven tonalidades azules, rojizas, hermosamente mágicas; cuando los campos y el mar se van iluminando, ofreciendo sus vivos colores, su inmensidad eterna; cuando la vida parece volver en sí, y las pisadas, las ruedas, el ruido, el trasiego comienzan a tomar las aceras y el asfalto… En ese momento único, su cafetera programada hace un café mientras ella se arregla para salir al paso del nuevo día, y sus sábanas quedan húmedas de amor y deseo.

©Aji ~ ©María José Gómez Fernández

jueves, 9 de septiembre de 2021

"Ciencia" para Cursiva

Con estos dos #microcuentos participé en la convocatoria de #JuevesConCuento de Cursiva (2 de septiembre, 2021).

Un día Ciencia se rebeló diciendo: “la inclusión comienza por el género de mi nombre”.

La Ciencia fue su profesión y su vida pero no pudo salvarlo de la muerte.

©María José Gómez Fernández


Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

jueves, 19 de noviembre de 2020

Hasta los pelos de desinformación: microrrelato para el concurso de la IFLA. N.N. – Día 249, 18 de noviembre

El pasado mes de septiembre envié un microrrelato a un concurso***.

Hace unos días se falló el premio, y aunque yo no fui elegida, sí que las bases del concurso permiten que el público vote entre todos los relatos participantes. El mío es el 132. "Hasta los pelos de desinformación", así que si os gusta, os invito a que lo votéis; si no os gusta, podéis votar cualquier otro o ninguno. Sea lo que sea, solo se puede votar una vez.

Este es el correo que recibí informando de que se podían votar todos los relatos participantes:

a conocer y disfrutar los casi 500 micro relatos sobre el Covid y el acceso a la salud,

Es una colección muy interesante de relatos de hasta 250 palabras de escritores de todas partes de américa, en que, ya sea con humor, tragedia, dolor o esperanza nos llevan a reflexionar sobre esta realidad que nos afecta a todos.

Ademas podràn votar por su relato favorito, tanto entre los 20 seleccionados por el jurado, y también entre todos los relatos presentados al concurso.

Ir a leer los cuentos y votar por ellos
Conocer los relatos premiados por el jurado

Esta iniciativa organizada por la Corporación Innovarte, que contò con el patrocinio del Colegio de Bibliotecarios de Chile y el Colegio de Químico y Bioquímicos de Chile tiene como finalidad crear conciencia de la problemática de acceso a las vacunas, medicamentos y otras tecnologías, así como la necesidad que se comparta el conocimiento para desarrollarlas y distribuirlas a nivel mundial.

Por favor, reenvia este mail a tus contactos para que puedan acceder a los relatos y participar en la selección!!

Corporación Innovarte

***

Entre otras cosas, un microrrelato me motivó el día. Descubrí la convocatoria del concurso hace dos días, a través de IWETEL, una lista de distribución de mi profesión (bibliotecaria y otras hierbas), y esa misma tarde me puse a darle vueltas a una idea que se me fijó irremediablemente.
Por la noche tenía la idea con forma. Di la brasa a alguna que otra persona cuya opinión y observaciones me merecía la pena, y les doy las gracias por la atención que me han prestado, su tiempo y su interés. Hoy, una vez incorporadas todas las sugerencias recibidas, envié el microrrelato al concurso de la IFLA (Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas). Se titula "Hasta los pelos de desinformación". Ahora toca esperar. Lo más importante ya está hecho, y eso es participar, porque participando se escribe, se ensaya, se aprende, y aprender es lo más gratificante que existe.

Por si alguien quiere participar, pongo aquí el enlace al concurso y a sus bases; estará abierto hasta el 22 de septiembre próximo.

©María José Gómez Fernández

Publicado originalmente en El Doblao del Arte.

domingo, 18 de octubre de 2020

El pueblo adentro


Fotografía ©María José Fernández Arias, todos los derechos reservados.

                  
– Ahora ya podemos contar. Desde aquí son cuatro curvas. ¡Venga!. ¡Una, dos, tres y cuatro!.

            Mamá nos animaba a contar cuando ya estábamos un poco cansados y patosos después de cuatro horas de viaje en automóvil. El vaivén hacia derecha e izquierda, con cada movimiento del coche, provocaba que los cuatro niños nos agolpáramos en el asiento trasero unos contra otros, y en efecto, al contar la cuarta curva se dejaba ver el castillo en toda su magnitud, majestuoso, en la cima de la montaña que alberga la Gruta. El castillo, que se dibuja sobre el cielo de la sierra, con su muralla y su torreón, con su campanario aporticado. Y el pueblo a los pies. Parece una estampa medieval, tomada de algún álbum antiguo.

        Esa primera impresión se ha quedado grabada para siempre en mi subconsciente y es la que acude a mi recuerdo automáticamente cada vez que pienso en Aracena.

Se me viene a la cabeza la última vez que sentí el pueblo tan cerca, gracias a tus palabras, a tu referente, porque te oía hablar y me hacías ver tu pueblo; tenías la capacidad de describir tan bien con la palabra como lo hacías con tus dibujos de carboncillo. Estoy a los pies de tu cama en el hospital, escuchando cómo resumes tu vida, y maldiciendo no tener más grabadora que lo que mi memoria pueda retener. Hablas de tu niñez por las calles de ese, tu pueblo, al que sabes que ya no vas a volver; de tu juventud y de las veces que has tenido que abandonarlo, para volver tantas y tantas veces, de niño, de joven y en la madurez; al que has vuelto para lo bueno y para lo malo, para celebrar y compartir momentos increíbles y para llorar y despedir a algunos seres queridos. Ahora, y hace once años, cuando te fuiste, ya el pueblo había cambiado mucho respecto al que viviste y conociste en otros tiempos, pero sigues llevando el pueblo bien adentro, el amor por sus calles empedradas, por sus rincones y alrededores, por su gastronomía y la naturaleza que lo rodea, el amor por su gente y su talante servicial, llano y sencillo, como el tuyo. Y cuando te vayas el pueblo quedará dentro de mí, porque mamá también me lo trae a la memoria muchas veces, y, porque desde los pies de tu cama, escuchándote -ignoro cuándo, pero intuyo cercana tu partida-, me lo inyectas gota a gota, como te inyectan a ti la medicación vía gotero.

Te escucho embelesada, no quiero que ni el vuelo de una mosca te interrumpa. Cuentas cómo te quedaste sin padre con cinco años, y lo difícil que se volvió la vida desde entonces, y que los nacionales os despojaron del ultramarinos, de los camiones y de la casa. Por un chivatazo de algún vecino, tu padre y tu tío fueron delatados como rojos indeseables (secretario de la Casa del Pueblo y concejal del Ayuntamiento, respectivamente); por salvar sus vidas, escaparon hacia Portugal pero fueron apresados en el Rosal de la Frontera, y de ahí devueltos a Aracena. Ingresaron en la cárcel y ya no vieron el alba. El carcelero, amigo, le permitió al abuelo escribir una carta para la abuela; una cuartilla a lápiz llena de cariñosas y sinceras palabras de inevitable despedida para la que aún era su amor y para los nueve hijos que dejaba -la única vez que he tenido esa carta en las manos confieso que he llorado de rabia-. El libro de entradas y salidas de la cárcel de Aracena solo recoge junto al nombre del abuelo la fecha de entrada, la de salida y la aclaración “salió”. La vida cambió para vosotros después. Hermanos repartidos entre familiares y benefactores. Hablas de cómo veíais los encierros de los toros desde tu casa, cercana a la pequeña plaza de toros, y que tu madre, la abuela Paula, no mostraba miedo alguno, al contrario que otras vecinas. Cuentas cómo, una noche de Reyes, cuando fuiste a comprar pan, te cogieron en brazos, te pintaron la cara de negro y te subieron a la carroza del Rey Baltasar, y cómo tu madre quedó estupefacta cuando la saludaste desde el cortejo al pasar por la puerta de vuestra casa -ya estaba preocupada por tu tardanza-. Tus salidas por los campos con los amigos, buscando pajarillos hasta el anochecer, regresando por las cuestas de Marimateos. La oportunidad que tuviste de acudir a estudiar a los Salesianos a Sevilla, interno, aprovechando que tu hermano Miguel se escapó porque no quería estudiar. Aunque echabas en falta el pueblo por las largas ausencias, obtuviste unas calificaciones brillantísimas. Pocos años después te fuiste de nuevo para hacer el servicio militar en el Valle de Arán, otra posibilidad de conocer un poco de mundo y otro regreso al pueblo que te corría por dentro. Conociste a la chica más guapa y elegante de Aracena, mamá, discreta modista que se enamoró igualmente de ti, pero el destino quiso que mantuvierais un largo noviazgo por carta, ya que pronto marchaste a trabajar a Barcelona. En uno de tus regresos mamá y tú os casasteis y, de nuevo, os fuisteis llevando el pueblo muy adentro. Cada dos años volvíais en vacaciones y abrazabais a los amigos, a los familiares, os llenabais los pulmones del aire de la sierra, recargando las baterías de identidad y raíces; aunque cambiara vuestro lugar de residencia, siempre volvíais al pueblo, y una vez afincados en Cádiz, donde yo nací, íbamos una vez al mes.

Desde los pies de la cama del hospital me impregnaste del pueblo, de la Loli, la vecina, de Manolao, el barrendero, de mis primos y mis tíos; me llenaste de la ribera, de castañas, de sierra, corcho, encinas, bellotas, cerros y noches plagadas de estrellas, de la Gruta, de “La Julianita”, del Castillo, de la Iglesia del Mayor Dolor, del Paseo de Aracena… Ahora, aunque ya no estás, yo te sigo llevando muy adentro, tanto como a tu querido pueblo.


©María José Gómez Fernández


Publicado originalmente en El Doblao del Arte.


Relato participante en Concurso de Historias Rurales de Zenda Libros, Concurso #historiasrurales.

sábado, 10 de octubre de 2020

Alma de piedra. N.N. – Día 210, 10 de octubre

Esta mañana me he topado con la XXIII Edición Jim Thompson 1280 Almas, concurso que propone David Rubio en El Tintero de Oro, y para quitarme un poco de la caspa que me abruma y me satura he decidido participar, a ver si así, pensando en otras cosas, consigo remontar este momento que me está sobrepasando y que ya me va durando casi una semana.

Les dejo con mi relato esperando que mi psicópata esté a la altura, y que os guste.

ALMA DE PIEDRA

Hace una semana que empecé a trabajar en la biblioteca para cubrir una sustitución por enfermedad. Espero que dure mucho la enfermedad de esa persona que ni conozco ni quiero conocer; me importa tres pares de cojones. Está bien que me hayan llamado porque esta mierda de trabajo me dejará algo más de dinero al mes, aunque no pienso dejar de hacer las otras dos cosas que hago para ganar un poco de pasta.

Ya ni me acordaba de que estaba en una bolsa de interinos, y mira tú por dónde sonó el teléfono y allí me planté a firmar el contrato. El trabajo tiene alguna pequeña dificultad pero es bastante llevadero, y más en la situación extraña sobrevenida por este puto virus. Si viene menos gente a la biblioteca, mejor que mejor, porque así puedo seguir escribiendo los relatos pornos para la web de citas. Me la pela si hay blandengues que entran y leen, que entran y conciertan una cita con una de las putas; me la pela que acudan a la cita, que la puta o el cliente se contagien del virus o de cualquier otra enfermedad; me la pela, solo me importa que me paguen por los relatos. Hay quien los lee y pone comentarios, y me gusta contestarlos con desdén, como si los que comentan fueran insignificantes -para mí lo son-, desde mi posición dominante. Así que todo el tiempo que pueda me dedicaré a esto desde la biblioteca; no voy a volverme melindroso y a pensar en el dinero público y en malgastar las horas de trabajo de la administración en temas personales porque, es que me importa un carajo la administración, los usuarios y el dinero público; lo que me importa es que me paguen. Antes tenían que haberme llamado para otra sustitución, así que ahora voy a hacer lo que me salga de los huevos para resarcirme de todo el tiempo que llevo esperando este contrato. No se va a enterar ni Dios, porque aquí cada uno hace lo que le da la real gana. La cuarentona que trabaja en mi turno y me ha enseñado todo lo que tengo que hacer es una lameculos y una trepa que parece que hace mucho pero que luego no hace casi nada, y el jefe, ese está tan enredado con sus cosas que ni se fija en mí ni en lo que hago, solo me ve como alguien que cubre un hueco que hacía falta cubrir y como no sabe cuánto estaré no se atreve a darme más tareas, así que mejor, yo a lo mío. Por la tarde viene poca gente a la biblioteca pero ya he podido tirarle los tejos a alguna estudiante, poniéndole ojitos, haciéndome el interesante, y si alguna cae y me echo un buen rato eso que me llevo, lo demás me da igual.

Cuando salgo de la biblioteca a las 9 de la noche, aún voy bien para ir al otro trabajo que tengo, casual y en continuo cambio, y ahora más. Pongo esa cara y esa disposición de bueno y me dedico a cuidar viejos por horas, sí, abuelos y abuelas que no pueden quedarse solos mientras sus familiares tienen que trabajar de noche o atender otros asuntos. Es fácil, no hago mucho caso a los viejos, lo justo para que coman y se queden en la cama dormidos la mayor parte del tiempo, sin dar mucho por culo, y así yo también duermo, que es lo que necesito. A las 8 de la mañana llega el relevo, y con suerte, los viejos aún duermen porque si lo toleran les doy una mínima dosis de relajante muscular, así que mi relevo es quien se encarga de bregar a tope con ellos; yo, mientras vayan durando me vale, y si no, pues a buscar otro cliente nuevo.

Anoche recibí una llamada de mi ex-mujer. No sé cómo aún tiene agallas ni ganas de llamarme con todo lo que ya ha sufrido por mi culpa -según dice ella misma-. No se puede ser más tonta, que si el niño, que si mi madre, que si no tengo corazón... Pues no, no tengo nada, y para ella menos; solo tengo para mí, para el resto del mundo no me importa nada. Le he dicho que se busque la vida y deje de molestarme si no quiere pasar los días y las noches llorando por cada cosa que le hago. La última vez que me quedé con mi hijo me lo llevé de pubs -eso fue antes del confinamiento-, y como no me di cuenta, le dio un sorbo a un cubata y se quedó dormido entre las tetas de la medio amiga striper que me acompañaba esa noche. El niño se cogió la primera cogorza de su vida, y en vez de agradecer que lo hiciera con su padre, la madre puso el grito en el cielo. Ahora quiere que le vuelva a pagar manutención porque se ha enterado de que tengo el contrato de la biblioteca. ¡Que le den! ¡Que me demande! Mientras resuelven y no, igual ya no tengo trabajo con nómina, y luego, con no pagarle ya estará todo arreglado ¡No pienso dar un céntimo de los míos a nadie, y a ella menos, que para eso es mi dinero! Nunca me gustó que intentaran quitarme mis cosas. ¡Que vaya a llorar al río, me da igual!

©María José Gómez Fernández

sábado, 19 de septiembre de 2020

El concurso de la IFLA. N.N. – Día 189, 19 de septiembre

Entre otras cosas, un microrrelato me motivó el día. Descubrí la convocatoria del concurso hace dos días, a través de IWETEL, una lista de distribución de mi profesión (bibliotecaria y otras hierbas), y esa misma tarde me puse a darle vueltas a una idea que se me fijó irremediablemente.
Por la noche tenía la idea con forma. Di la brasa a alguna que otra persona cuya opinión y observaciones me merecía la pena, y les doy las gracias por la atención que me han prestado, su tiempo y su interés. Hoy, una vez incorporadas todas las sugerencias recibidas, envié el microrrelato al concurso de la IFLA (Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas). Se titula "Hasta los pelos de desinformación". Ahora toca esperar. Lo más importante ya está hecho, y eso es participar, porque participando se escribe, se ensaya, se aprende, y aprender es lo más gratificante que existe.

Por si alguien quiere participar, pongo aquí el enlace al concurso y a sus bases; estará abierto hasta el 22 de septiembre próximo.

©María José Gómez Fernández

domingo, 28 de octubre de 2018

Embeleso (microrrelato)


Le guiña un ojito, le sonríe si le toca la barbilla con el índice y al tiempo lo llama por su nombre, emite gorjeos mientras sus ojos se abren como platos y pone expresión de asombro, patalea y manotea por gusto; su hijo, lo mejor del mundo.

©LuidmilaKot, libre de derechos.


©María José Gómez Fernández. Publicado originalmente en twitter.

Distanciados (microrrelato)


No lo escuchó entrar pero lo vio, sintió cómo una ráfaga fría le zumbaba en la nuca. Media hora después seguían sentados frente a frente, sin hablar, sin mirarse, como en una cita a ciegas de fantasmas, ¿o realmente lo eran desde hace tiempo?


©María José Gómez Fernández. Originalmente publicado en twitter.

domingo, 21 de octubre de 2018

Haikus para un irremediable y necesario cambio de estación


Te llego roto,
de estío ahíto
clamando frescor.

De color lleno,
ocres, verdes, rojizos,
bosques y prados.

Llego filtrando
sol entre lluvias, vientos:
Otoño soy yo.



©Bara Cross, libre de derechos.


©María José Gómez Fernández. Con este poema participo en el concurso de #poesía #otoño de  y de 
Originalmente publicado en El Doblao Del Arte.

sábado, 13 de octubre de 2018

Preámbulo y otoño


Ya los árboles
cargados de hojas
anuncian su caída,
premonición de otoño.
Un día
rompen lluvias con tormentas
y al otro
el sol abrasador reina.
Cantan las cigarras,
aún el calor aprieta.
Las horas de las tardes
buscan, infructuosamente,
cómo alargarse.
A la espera,
en las noches
ya refresca.
Cada año más tardío,
demorado llegas,
buscando una oquedad
para infiltrarte,
en pugna
contra el cambio climático
que avanza inexorable,
batiéndote con los rescoldos
de este verano
que se resiste
a entregar el sable.
Con las últimas vendimias
de septiembre
llenas de frescor el aire,
de calidez los hogares.
Ya los árboles
van descargando sus hojas,
hojas secas
las que caen
y alfombran
veredas y campos,
plazas y calles;
hojas secas
para un libro,
hojas secas
que llegan al corazón
y acunan tantos amores
que se acurrucan
con arrumacos,
al calor de las estancias
en las últimas, tempranas
horas de la tarde.
Comienzas como primavera
que avanza en retroceso
hacia declive de invierno.
Cuaja la aceituna,
entre setas y matanzas,
hibiscos y crisantemos,
pensamientos y castañas,
cosechas de algodón,
siembras de trigo y cebada,
lluvias frecuentes,
nubes grises bajas,
movidas por el viento
de levante o poniente.
Tulipanes y manzanos,
girasoles y ciruelos,
prímulas y geranios
vienen a dar color
a ventanas y balcones,
a jardines y plazuelas,
a campos que amarillean,
a bosques que enrojecen,
a prados que verdean,
a cementerios que florecen.
Entre septiembre y diciembre,
en tránsito hacia el frío,
reconfortando amores
tras cristales y postigos,
a la lumbre, otoño,
te meces en tus días
y transcurres
enfilando el invierno
en un ciclo sin fin,
rueda de la vida,
el ciclo de las estaciones
que se suceden
con su ritmo previsible.
Ya los árboles
de hoja caduca
van quedando
desvestidos;
cruje el suelo
al paso
y el viento
levanta chasquidos.
El frío arrecia
y la lluvia,
en tanto tú,
otoño,
sobre el invierno
agonizas.
©Bara Cross, libre de derechos.

©María José Gómez Fernández. Con este poema participo en el concurso de #poesía #otoño de  y de 
Originalmente publicado en El Doblao Del Arte.

lunes, 10 de abril de 2017

Alto riesgo


Subió los diez pisos hasta la azotea y lo hizo a pie para no levantar sospechas. Los demás lo seguían a corta distancia, procurando hacer el menor ruido a pesar del pertrecho armamentístico que acarreaban. Una vez arriba forzaron la puerta para salir al exterior y con cautela se arrimaron a la baranda, desplegando cuerdas, asegurando arneses y atándose bien para descolgarse en vertical hasta las ventanas del octavo piso. Entonces entraron por una ventana, irrumpiendo y sorprendiendo a los secuestradores, que intentaron huir inútilmente por la puerta donde se encontraba el resto del grupo de los GEO que los apresó. Los niños estaban asustados pero ilesos.


Presentado el 3 de abril de 2017 al concurso X Edición de relatos en cadena, del programa La Ventana, de Cadena Ser, http://escueladeescritores.com/concurso-cadena-ser/

domingo, 10 de julio de 2011

Viviendo en el astillero

Hace ahora seis años que conocimos la sentencia del juicio de primera instancia, unos días después de acabarse la Feria de Abril: habíamos perdido. Toda la algarabía de la ciudad, engalanada de encajes y volantes, se apagó repentinamente como de costumbre, igual que nuestra esperanza, como la colilla de un cigarro aplastada con saña contra el cenicero. No nos rendimos y nuestro caso se juzgó en segunda instancia: esta vez ganamos. Entonces la parte contraria se revolvió y nos llevó ante el Tribunal Supremo. Su decisión fue inapelable: habíamos ganado. Contentos, como un acusado absuelto de su presunto delito, comenzamos a organizarnos para que en pocos meses se iniciara la reparación de nuestro edificio, malogrado, agrietado, que inclinado como un barco siniestrado, seguía hundiéndose por uno de sus pilares. Pasarán unos años pero nuestro abogado conseguirá borrar de la memoria colectiva que algún día fuimos el Titanic de la Oliva.

En la biblioteca

Cn sta crisis,algo rápido y productivo:1 portátil d préstamo. S era 1 sitio idal dnd pasar dsapercibido. Algo falló:cazado en la bibliotca,lo dtuvo la policía.
Presentado al IV Concurso Literario xsms "En la Biblioteca", convocado por el Cabildo de Gran Canaria a través de su Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico y Cultural.

En Enwebada, en Micros.



Leyendo la nube

Debía hacer un trabajo de clase: “propiedades y características de materiales cerámicos”. ¿Por dónde empezar? La bibliotecaria me aconsejó pensar palabras que resumieran lo que necesitaba, buscarlas en el catálogo. Junto al resultado, a la derecha, aparecieron otras palabras relacionadas grandesmedianaspequeñas: nube de etiquetas, puerta para más información.

Microrrelato Finalista, presentado al Concurso de Microrrelatos "El tamaño no importa, léelo" del Ayuntamiento de Cartagena. Abril de 2011. Tema: La Nube (Cloud Computing).
En Enwebada, en Micros.


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...