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lunes, 19 de junio de 2017

¡Ay Maca-Maca, ay!


 Me contaron unos amigos algo sobre un hombre ya mayor del barrio que se deja la pensión en las barras de los bares y que ya ha protagonizado diversos incidentes de orden menor. Lo llaman Maca-Maca porque siempre anda canturreando, por la calle o en los bares, el estribillo de la famosa “Macarena” de Los del Río, pero en lugar de decir “ay, Macarena” él dice “ay, Maca-Maca”.

Un buen día, en el bar de la calle de atrás de casa, era tal la cogorza que llevaba que empezó a abrirse la bragueta delante de todos los presentes, porque -según decía- se estaba orinando y quería ir al servicio; se había figurado, a todas luces, que el servicio estaba allí mismo para su uso personal. Con la camisa medio remetida en el pantalón prácticamente amarrado con el cinturón, como una lechuga, bamboleándose dando tumbos y traspiés, se fue acercando a unos barriles de cerveza apilados en un extremo de la barra, abriendo del todo la portañuela del pantalón y sacando la minga, que ya le goteaba orín, y que al sentirse liberada de las telas estalló en una meada gloriosa que ni siquiera pudo parar los brazos del camarero expulsando a su dueño a la calle, con reproches a voz en grito e insultos, y también de los presentes, y bajo sus miradas atónitas.

Hace pocos días coincidí con él en el Centro de Salud. Le contaba a otra paciente de la sala de espera que se había caído de la cama y de ahí las tres o cuatro heridas en su brazo, que no parecían ser de un golpe como el que él relataba sino más bien de una paliza o pelea de medio pelo. En su voz resbalaban las palabras y sin embargo no aparentaba estar bebido. De pronto se metió la mano en uno de los bolsillos de su pantalón y la removió como si se rascara. Con sonrisa socarrona le dijo a la otra paciente: “¡Mira niña, como el del chiste!: ¿ciruelillas, cuándo he comprado yo ciruelillas?, es broma, ¿eh? Maca-Maca ¡ay!”

La enfermera lo llamó y entró. En cualquier caso lo agradecí porque, solo verlo, recordé el incidente de la meada del bar y rogué para que no hiciera un bis en la sala de espera del Centro de Salud.
Salió diciendo que se iba a tomar una copita.


Publicado por María José Gómez Fernández para #relatosBolsillos de @divagacionistas

Publicado en recopilación de #relatosBolsillos de @divagacionistas para el mes de junio.

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