miércoles, 25 de enero de 2012

Cooperar

De: colegiovirgenmilagrosasevilla.com

Nos encargaron hacer este trabajo en el colegio:

¿Qué es cooperar?
¿Qué problema hubo en la clase de Educación Física el miércoles pasado?
Aporta soluciones.

En el diccionario dice que cooperar significa ayudar a otras personas para hacer cosas juntos.
En Educación Física para realizar alguna actividad tenemos que cooperar para conseguir que nos salga bien la actividad.

Cooperar en una actividad es juntarnos para superar el reto que nos han puesto. Para cooperar tenemos que estar coordinados todos, es decir, las personas deben estar de acuerdo, y no que una persona quiera hacer una cosa y la otra lo contrario.

La mayoría de las actividades que hacemos en Educación Física se hacen en grupos. Esos grupos pueden ser de dos personas, tres, cuatro, etc.
De: grupofinsi.com
Cuando hacemos una actividad en grupo debemos estar coordinados, debemos estar de acuerdo unos con otros, debemos estar organizados. En un grupo cada uno se encarga de una tarea y si alguien no hace su tarea se descoordina el grupo y la actividad se estropea.
Es muy importante cooperar con el grupo para que así la actividad salga bien.

El problema que tuvimos en la clase de Educación Física el miércoles pasado tiene que ver con la cooperación, o mejor dicho con la falta de cooperación.
Estábamos haciendo una actividad que era el juego de la cadeneta. En ese juego dos personas, en un grupo, tienen que ir cogiendo a los demás. Al que van cogiendo lo van uniendo al grupo. El grupo cada vez se hace más grande. Todos los de un grupo tienen que seguir cogiendo personas, así hasta que ya no quede nadie.
Lo que pasó el miércoles pasado es que un grupo de niños estaba haciendo que su grupo fallara siempre porque hacían cosas que no eran del juego, por ejemplo, tirarse al suelo, hacer gracias, romper la cadena porque uno tiraba muy fuerte, etc.
Con todas esas tonterías nuestro grupo perdió, porque hacían que la cadeneta se rompiera y entonces perdiéramos la oportunidad de coger a las últimas personas.

Las soluciones que yo aporto son:
- Aprender todos el significado de cooperar para que así no vuelva a pasar lo mismo del otro día.
- Hacer entender a los que hacen que la actividad salga mal que algunas veces hay que hacer las cosas juntos.
- Entender todos que la Educación Física no es el recreo sino una asignatura.
- Repetir la actividad hasta que nos salga bien.
- Informar al profesor si pregunta qué pasa cuando algo sale mal.
- Castigar a los que se portan mal en Educación Física y hacen que las cosas del grupo salgan mal.
Estaría bien que el castigo fuera hacer cosas para el grupo, para toda la clase o para todo el colegio.

De: cooperacionenmovimiento.blogspot.com
Todos tenemos que cooperar en Educación Física porque en algunas actividades como el acrosport si uno falla en el grupo, si no coopera, es posible que otro se haga daño, y éso es algo muy grave porque te puede causar lesiones.

Cooperar hace más fuerte al grupo y también a las personas que lo forman.

Por Fernando Mateos Gómez, 6º, nº 21, 25/01/2012

En Enwebada: en Coowebando.

martes, 24 de enero de 2012

NO TITLE-NO SUBJECT-NO: RECOLECTA, 21 de Febrero, 2003


Para evadirme de tu ausencia,
Me pierdo en pensarnos,
Tú conmigo,
Yo contigo,
Me roza tu mano,
Me inclino hacia ti
Para besar tu boca
Con un largo beso mojado
Por tu lengua,
Por mi lengua.
Me transporto a nuestro encuentro,
Cargado de amor y ternura,
De intensos abrazos,
De placer inmenso
Cuando me lames,
Cuando te saboreo,
Cuando me penetras y te mueves
Y me muevo
Y te siento tan adentro
Que me arden las entrañas
Invadidas de un furor
Agolpado en mi vientre.
Gemidos...
Ojos cargados de amor y de deseo...
Cálida mirada...
Tu olor, recuerdo tu olor,
Tu sabor, tu sabor...
Para evadirme de tu ausencia,
Te pienso, nos pienso,
Me pierdo...

martes, 10 de enero de 2012

La doma

Cuando el filo de la inconsciencia se aproxima casi peligrosamente, los párpados parecen no obedecer al control voluntario, las palabras resbalan hacia diálogo absurdo, pegajosas en la boca como pegajoso el licor que incitó a deshilvanarlas de la razonable conversación que dignamente mantenían. Cuando cruza el desaire ese límite imaginario que separa lo aceptable de lo que no lo es, y la imprudencia inicia desfile por la pasarela de las miradas que inevitablemente se fijan en tu figura, se clavan en tus actos, con actitud crítica y despectiva, entonces no se puede detener ya la derrota anunciada, y es mejor emprender la retirada a la trastienda, hacia la oscura estancia que favorecerá el reposo, hacia el espacio interior que nos devolverá a nosotros mismos tal como éramos antes de ser inundados por el delirante peregrinaje de vaso en vaso, de risas convulsivas, de aspavientos, de agónicas miradas, de bailes audaces, de cigarrillos empalmados, de deseos incumplidos...

De fotonatura.org (google images filtro estricto)
Despertando del limbo, largas horas después de que la suerte, por suerte, te tumbara a lo largo del colchón mullido, te descubres entre sábanas confundidas con brazos que caen con aplomo si intentas levantarlos, te sorprendes en compañía del amor que posiblemente se consumó aunque no te atreves a afirmar si fue o no capaz de consumarse, con jaqueca hasta en el apellido -resaca lo llaman- y unos ojos lánguidos que no terminan de abrirse porque los ciega la luz que pretende filtrarse por las rendijas de la persiana.

Tras llegar hasta la cafetera, una vez salvada la distancia entre la cama y la cocina, tomas posesión de la taza que te ofrecerá ese oscuro brebaje revitalizante que mágicamente hace mejores efectos acompañado de un cigarrillo, y mientras lo tragas a pequeños sorbos, como tragas la vida habitualmente, te esfuerzas en prometerte que no te asomarás tan cerca del precipicio, te esmeras en esbozar loables propósitos de enmienda, te desprecias incluso por no haberte detenido un poco antes; te desvives entre promesas y lamentos, propósitos y desprecios; y entre sorbo y sorbo, entre calada y calada, entre propósito y lamento, dedicas un grato recuerdo a los momentos previos al peregrinaje delirante, aquéllos que horas antes te devolvieron la presencia de un amigo, un sincero abrazo, una palabra de afecto; los momentos que te arrancaron un baile, una risa, un beso.

lunes, 9 de enero de 2012

Otro horizonte

Pasó la página, la última página del capítulo, el último capítulo del libro, y tras pasar la página cerró el libro. Quedó un instante con la mirada clavada en la contracubierta, luego en el lomo, en la cubierta, mientras rememoraba los fragmentos que más le habían entusiasmado, que habían llamado más su atención, que le habían provocado una especial reacción.

Tomada de grupos.emagister.com (google images filtro estricto)

Abrió de nuevo el libro y, como si de un zoótropo se tratara, pasando las páginas rápidamente con el pulgar izquierdo tuvo la sensación de releerlo al completo, hasta que volvió a pasar la última página del último capítulo del libro y tras pasarla cerró definitivamente el libro, lo depositó con lentitud sobre la mesa auxiliar, le pasó la yema de los dedos como si lo acariciara y se quedó mirándolo mientras se escuchaban las doce campanadas que indicaban las doce en el reloj, las doce de la noche, de la última noche del año, y miró el reloj cuando dió su última campanada, y una lágrima le bajó tímida por la mejilla, y a la vez que escuchaba el jolgorio de la calle, de otras casas, se limpió la lágrima con la manga, la última lágrima que le brotaría a causa de aquella relación, hermosa pero doliente relación, que terminó unas horas antes que el año que había agonizado, que el libro que acababa de leer.
Recostó la cabeza en la orejera del sillón y en su mejilla aún húmeda comenzó a dibujarse la mueca de una tierna sonrisa, por el año nuevo que empezaba, por la nueva historia que un libro nuevo le traería, por una nueva vida por delante, que se abría ante su horizonte como un sol rasgado y naciente, que en su anaranjada forma alberga la esperanza del deseo aún dormido, latiendo acelerado bajo la piel.

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